CINE Y SERIES |
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Atención: Ver antes de morir American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions Por fin se ha estrenado la tercera temporada de Twin Peaks tras más de 25 años y de momento no ha defraudado en líneas generales, ésta es sin duda una de las mejores series de todos los tiempos pero a diferencia de otras obras maestras, sí, habéis escuchado bien: obra maestra, esta no deja indiferente a nadie, la amas o la odias. A lo largo de estos días se pueden encontrar infinidad de críticas muy sesudas, artículos y reportajes con un lenguaje realmente incomprensible para justificar hablar correctamente de dicha serie y estar a la altura. Para colmo, muchos caraduras para escribir un pequeño artículo sobre las anécdotas de la serie original, te harán pasar cuatro o cinco páginas de publicidad: “para conocer más anécdotas haz “clic”. Todo vale para aprovechar el lanzamiento de esta nueva temporada y por una vez no vamos a ser menos, aunque en el buen sentido de la palabra, pero sin clics, publicidad ni lenguaje enrevesado que demuestre que no tenemos ni idea (bueno, algunos no tenemos ni idea, pero damos bien el pego con nuestros sinónimos extraídos con tenazas del María Moliner) Vamos a hablar de una manera diferente de la serie original, somos conscientes de cuánta gente la odia, le aburre o sencillamente la encuentra absurda, así que intentaremos explicar el fenómeno desde varios prismas, pero sin descender a los infiernos de la mente de David Lynch, tan sólo quizás al Averno adolescente del escritor que perpetra esto, será un periplo largo y complejo, como ya os tenemos acostumbrados, así, a lo mejor, alguien pueda comprender porque hay que adentrarse en ese oscuro mundo y ver esta fantástica serie antes de morir o morir al verla… Quizás esta sea una de las imágenes más icónicas de la televisión de los años 90, grabada en nuestra mente, tanto si vimos las serie como si no. El rostro de la fallecida Laura Palmer envuelto en plástico, fue sin duda una de las composiciones más sugerentes y a la vez escalofriantes que nos ofreció la serie. La imagen es un digno ejemplo del detalle que alcanza David Lynch y su equipo a la hora de realizar su trabajo: la muerte queda reflejada con inteligencia a través de la decoloración labial y los tonos frios, la belleza del rostro inteligentemente enmarcado, aparentemente dormido con un cutis intacto pero ensuciado con fragmentos de tierra o piedras casi brillantes, como purpurina casi mágica sobre un lecho de plástico que asemeja agua sobre la que emerge su imagen desde un profundo mar oscuro y no es casualidad… American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions Tomen asiento y relájense, porque esto no va a ser nuestro típico articulito de reseña, un entremés para perder cinco minutos en el metro, ni un gancho para vender anuncios al más digno estilo Berlusconi en la propia serie, esto es negocioscontra y si una serie define nuestro espíritu audiovisual y bizarro donde todo parece normal y no lo es, pues aquí la tienen. Tensión en las aulas Twin Peaks, se emite por primera vez en la cadena de televisión estadounidense ABC el 8 de abril de 1990 (finalizará el 10 de junio del año siguiente), creada por David Lynch y Mark Frost, la serie llegó a España de la mano del todopoderoso Berlusconi a Tele5 el 15 de noviembre de 1990 (así que por favor señores editores de medio mundo: dejen de poner la fecha de estreno en USA como si fuera la de España, Brasil o Sierra Leona) por entonces las televisiones privadas eran algo nuevo, ni siquiera alcanzaban todo el territorio y la cadena en cuestión todavía no era conocida como la tienda de comida rápida recalentada con aceite de palma, otras grasas saturadas y kilos de azucares ideales para tener un infarto. Seamos justos, un joven telespectador como yo descubrió Expediente X o El Caiga quien caiga, semillero de nuevas formas de periodismo ácido y crítico, y bueno… las Mama Chicho eran lo que eran y yo en mi ingenuidad sencillamente me limitaba a quemar alguna neurona, pensando que aún me quedaban muchas, la dignidad era algo ausente todavía de mi vocabulario de la E.G.B y la LOGSE, vivía feliz sin saber que aún me esperaban Esta noche Cruzamos el Mississippi, Crónicas Marcianas, Aquí hay tomate o Sálvame, España era el orgullo planetario, el país del progreso, y ver a Gil y Gil en un Jacuzzi rodeado de señoritas no escandalizaba a nadie ¿Verdad?, éramos muy modernos y todo, todito era nuevo, brillante, reluciente, todo nos prometía un futuro espectacular, tan dorado y chulo como el logo de la cadena. La expectación era total, aquel frio día de noviembre en el instituto yo no hablaba de otra cosa, las clases sencillamente me importaban un pimiento, solo estaba pendiente de la llegada de la noche y observar los atuendos de mis compañeras era lo único que podía paliar la angustia de la espera por muy reprobable que fuera tal conducta. La serie hace gala en todo momento del amor de Lynch por la ambientación y la composición plástica de las imágenes de sus escenarios como parte importante de un todo destinado a transmitir sensaciones, que nos acompañan desde entonces en el imaginario colectivo y en los que desde entonces la cultura popular ha indagado, en este caso: El puente de Reinig, también conocido como “Ronette´s Bridge” construido en 1916 al SE de Reining Road en Snoqualmie, Whashington. American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions La serie no me defraudó, quedé automáticamente hipnotizado con la música de Angelo Badalamenti , el lugar era espectacular y los personajes aparentemente normales, un sorprendente catálogo de perturbados, extraños y retorcidos seres que me atraían malsanamente a su pueblo idílico, guiados de manera exquisita, educada y cortésmente por el agente del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan). Tras finalizar la emisión quedé en una especie de desagradable hipnosis, mezcla de la belleza de los paisajes, la música, los extraños personajes y una narración que se volvía cada vez más extraña y surrealista, mis padres entre tanto, estupefactos por la sensación de tomadura de pelo y cabreo por la descomunal avalancha de anuncios capaz de acabar con el clímax más intenso. Hasta la manera de emitirla en España fue bastante innovadora, a modo de prehistórico binge watching, la primera temporada de la serie se transmitió de golpe en dos semanas (así que los genios que estáis escribiendo ahora sobre la serie no pongáis cosas como: “fueron 30 pequeñas píldoras que semana a semana calaron en el imaginario de una sociedad”, porque se nota que hacéis mucha publicidad, tenéis muchos medios como periódico y NI IDEA de que estáis hablando señores del (..…) y otros medios que os habéis copiado los unos a los otros, si la hubieseis visto en directo y supierais de que habláis, sabríais que se emitió la primera temporada en tan solo dos semanas, documéntense por favor, que aquí el menda es muy puntilloso). El guión a simple vista parece poco menos que un telefilm policíaco o un culebrón normalito (en la misma serie se ríen de ellos), ambientado en un idílico pueblo de Estados Unidos con un precioso hotel y un aserradero, donde se ha producido un asesinato y aparece el cadáver de una joven y bella lugareña envuelto en un plástico transparente, su nombre: Laura Palmer. La serie estructurada a modo de “Soap Opera” (telenovela) cuenta con un nutrido de actores secundarios inolvidables, perfectamente elaborados y llenos de matices que nutren el universo de Twin Peaks obviando el rol de comparsa tan visto en los guiones televisivos, en este caso el dúo de investigadores protagonistas: el Sheriff Harry S. Truman (Michael Ontkean) y el agente especial del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan) junto a los fieles ayudantes del Sheriff. American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions Para encontrar la luz en el misterioso asesinato el FBI envía al educado y modélico agente Cooper, interpretado por Kyle MacLachlan, escrupuloso agente de la ley que educadamente deja notas y recordatorios para su secretaria Diane en una grabadora, es un tipo chocante, amante del buen café y las tartas de cereza caseras que alaba sin cortarse un pelo la cocina autóctona de darse la ocasión. No es un chulo prepotente dispuesto a pegarle un tiro al primero que se le cruce cual justiciero barato a lo Harry, el sucio, tiene una mente abierta y comprensiva, su empatía no es aparente y su esfuerzo por realizar un trabajo competente no le exime de comprender la idiosincrasia propia de los lugareños y sus costumbres, disfruta de los paisajes, las charlas y sus propias reflexiones, le fascina lo desconocido y pese a su mente empírica y científica, no pone trabas a plantear las preguntas desde otros prismas mas aventurados sin perder el análisis crítico. Rompe con los moldes vistos hasta el momento tanto en cine como televisión, no negaré que ya había visto inspectores más especiales en el cine, pero su carácter se disipaba casi siempre en el escueto metraje que suponía la duración de una película, por mucho esfuerzo que guionista, actor y director pusieran, (perdona Philip Marlowe, no va contigo ni con Raymond Chandler) aquí la barrera del tiempo se elimina y de una forma más fluida observamos el agradable carácter de un hombre justo pero amable, siempre con una sonrisa en la boca y dispuesto a ayudar a quién lo necesite más allá de su deber. En una época de héroes sobre musculados, atormentados y con dosis de testosterona tan elevadas que irritaban las pupilas del espectador más aguerrido, aquel agente del FBI transmite equilibrio, sentido común y bondad entre un atajo de locos y desquiciados atormentados por sus oscuros secretos, su maldad o incluso su codicia. ¡No me digas quien es el asesino, por favor! En la segunda temporada los genios directivos de la cadena ABC obligaron a David Lynch a desvelar quién era el asesino a principios de su emisión, concretamente en el episodio noveno, o sea en el 17, pese a que él no quería hacerlo pero claro, el que pone el dinero manda, así que aquello le supuso que abandonar la serie durante un tiempo. El asesino es revelado al detective por Laura Palmer durante un sueño y claro, entre eso y la especial manera de ser de la serie, los espectadores comenzaron a salir corriendo en desbandada, a partir de aquí, el resto de los 30 episodios correrían una triste suerte por parte del público. Uno de los escenarios más inquietantes de la serie: La habitación roja, extraña representación del nexo entre dos mundos o realidades, inicialmente presentado como inquietante mundo onírico y que poco a poco va tomando fuerza en el relato. Lynch obligó a los actores a memorizar los diálogos al revés y actuar en consecuencia, para luego reproducirlos de nuevo en sentido contrario, es decir para dar la sensación de ser visionados de modo normal, provocando un efecto realmente inquietante y sello característico de la habitación roja, que deja claro que no estamos precisamente en este plano del espacio-tiempo sin necesidad de elaboradas explicaciones narradas, es un universo diferente originalmente presentado sin los trillados lugares comunes. American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions Resulta curioso, que cuando terminó la primera temporada, la centralita de la cadena, quedó colapsada por los televidentes enfurecidos que exigían saber quién era el asesino y porqué no había sido desvelado… Telecinco había anunciado que la noche del 29 de noviembre en la cual se emitía el último capítulo de la primera temporada, se desvelaría la identidad del asesino de Laura Palmer, sin embargo, el episodio terminó con el agente Cooper herido de un disparo, dejando a todo el mundo con cara de primo…bueno el respeto por el telespectador nunca ha sido marca de la casa por estos lares, pero no estoy aquí para meter el dedo en esta llaga infectada y ulcerosa, corramos un tupido velo… Yo produzco, tú produces, él produce. Pese a que Lynch está detrás de la producción y el conjunto de la trama, solo dirigió el episodio piloto más el tercero en la primera temporada, mientras que el resto lo hicieron directores invitados. Como comentamos antes, a principios de la segunda temporada ya teníamos resuelto el misterioso eslogan: ¿Quién mató a Laura Palmer?, publicado semanas antes de su estreno, esta pregunta había sido colocada de manera muy inteligente en la mayoría de los medios de comunicación a bombo y platillo para generar la adecuada expectación, ahora este MacGuffin, tan brillantemente elaborado como los del maestro Hitchcock estaba revelado antes de tiempo, pues en el fondo lo importante es realmente cómo vamos averiguando que la apariencia normal del pueblo de Twin Peaks comienza a desmoronarse, revelando los extraños secretos que muestran los aspectos más perturbadores del lugar y de sus habitantes, con los que Laura convivía alternando otra vida oculta, mucho más terrorífica y oscura. El asesinato se convierte en una disculpa para contar la historia de un pueblo muy especial con unas tramas tan desarrolladas, complejas y extrañas que enganchan de una manera magistral, pero para muchos espectadores revelar el asesino fue el colmo, acostumbrados a sus series normales, sencillas y autoconclusivas, me explico: Antes de la llegada de Twin Peaks, existían principalmente series con historias autoconclusivas, es decir los episodios tenían historias con un principio y final, principalmente consistía en una trama principal bien definida, unos personajes principales y secundarios, se resolvía dicha trama, por ejemplo el consabido caso policial y todos tan felices hasta el siguiente capítulo. Con su segunda película “El hombre Elefante” (1980), David Lynch ya deja claro su dominio del lenguaje cinematográfico, el dominio de la imagen y los escenarios para comunicar sensaciones. Abandonando la etiqueta de director de “arte y ensayo” y demostrando que su peculiar forma de rodar no era fruto del desconocimiento o la casualidad. La naturaleza humana queda plasmada con una delicadeza y crueldad a la vez que no deja indiferente en un blanco y negro soberbio. Pese al paso del tiempo este film sigue siendo una de sus películas más accesibles y memorables. Brooksfilms, Paramount Pictures. Si bien era cierto que este mecanismo no era el único y muchas series de calidad habían ofrecido un estilo narrativo continuado, la mayoría ofrecían un planteamiento televisivo común y no pretendían ni de lejos enfrentarse a las reglas del juego. Series como Shogun, Canción triste de Hill Street (Hill Street Blues), El pájaro Espino o por ejemplo en nuestro caso la española Cañas y Barro (basada en la obra del Valenciano Vicente Blasco Ibáñez) o Los Gozos y las Sombras (del escritor Gonzalo Torrente Ballester) ya nos habían ofrecido productos de calidad con planteamientos no autoconclusivos o buscando escapar de la complacencia y el masaje típico de la televisión imperante. Aquí lo que yo estaba presenciando entre corte y corte publicitario era una serie artísticamente más cercana al cine que a la típica papilla sin tropezones que en aquel momento se hacía principalmente en televisión. Pero en fin, políticas comerciales a parte, Lynch tomó el toro por los cuernos, me trató como un adulto inteligente, deseoso de ser espoleado en su comodidad casera, me ofreció algo desasosegador, extraño, montado como una película más que como un capítulo de fácil deglución, al igual que ya hiciera en películas como Terciopelo Azúl (1986) donde la normalidad y la belleza de un barrio típico americano en el que se desarrolla el American Way of Life tan solo es un agradable envoltorio al que subyace una realidad paralela enfermiza y podrida como en el idílico pueblo de bellas vistas y gente encantadora. Podía escuchar las acaloradas críticas de mis padres acusando al director de no tener ni la menor idea de dirigir: “Un advenedizo con ínfulas de creador modernista pero que realmente solo sabe lazar brochazos aleatorios y rabiosos sobre el lienzo”, -mi padre dixit (más o menos)… Obviamente no habían visto El hombre elefante (1980), la película con la que tan solo tres años después de debutar con la pesadillesca Cabeza borradora (1977) nos ofrece en una espléndida fotografía en blanco y negro para pantalla ancha, la terrible narración sobre la vida del pobre Joseph Carey Merrick y las terribles malformaciones que padeció, contrastando con maestría la delicada sensibilidad de la sociedad victoriana con la fea y descarnada realidad de la revolución industrial del Londres del siglo XIX, creando desde una narración técnicamente formal, una emotiva afirmación humanística que denota su dominio del arte cinematográfico por sus cauces más formales y que de paso le granjeó el éxito que necesitaba para huir de la etiqueta de director de “arte y ensayo” dándole la oportunidad de financiar proyectos más acordes a sus ideas más innovadoras detrás de una cámara. En la inmediatamente anterior Terciopelo Azul (1986) Lynch ya nos pone en antecedentes sobre sus planteamientos de ese mundo extraño, corrupto y perturbado que se encuentra tan solo a dos pasos de nuestra idílica realidad aparente acechando para saltar sobre nosotros. De Laurentiis Entertainment Group. Para cuando descubrí esta maravilla televisiva ya conocía sobradamente el mundo de Lynch como muchos jóvenes en aquella época, gracias a ese maravilloso invento llamado videoclub, las revistas de importación de algunas bibliotecas y unos cuantos amigos raritos repartidos por el mundo, pude ver Eraserhead (1977), Dune (1984) o la perturbadora y germinal a mi entender de Twin Peaks: Terciopelo Azul (1986), sin duda mi favorita por aquel entonces. Aquel director conectaba con las inquietudes de unos espectadores jóvenes que escapaban del cine comercial convencional, de la pirotecnia sin sentido o de cualquier cosa que amortiguara su joven rebeldía (o eso creíamos…), veíamos películas como Tetsuo: The Iron Man (1989 - Shinya Tsukamoto), soñábamos con la película de animación Akira (1988 - Katsuhiro Otomo) antes de que la palabra manga estuviera hasta en la sopa o hablábamos a escondidas de un director alemán perturbado y su perversa Nekromantik (1987- Jörg Buttgereit). Es difícil plasmar blanco sobre negro realmente lo que quiero expresar y no estoy dispuesto a arruinar mi escasa reputación intentándolo, aunque no dudo que quien sepa de lo que hablo o realmente fuese consciente de ser joven me comprende perfectamente. Nacen nuevos caminos Así que en esas estábamos, Lynch había conseguido romper ese muro de convencionalismo, formalidad y complacencia barata que rodeaba a la caja tonta, hermano pequeño, retrasado y acomplejado del séptimo arte. La diferencia con multitud de series anteriores que nos ofrecían ese intento de madurez de la televisión era patente, incluso aquí mismo en España teníamos ya buenos ejemplos de series con calidad y modernidad en los planteamientos, además de las anteriormente comentadas en el plano de la ficción, el fin de los años setenta nos ofreció La edad de Oro (1983-1985 presentado por Paloma Chamorro) o la subversiva serie infantil La bola de Cristal (dirigida por Lolo Rico) en el plano del documental incluso la televisión ya había mostrado sobradamente su valía, solvencia y respeto por la audiencia: Cosmos (Carl Sagan), El mundo submarino de Jacs Cousteau (L'Odyssée sous-marine du Commandant Cousteau) o la digna y ejemplar representante española El hombre y la tierra (Félix Rodríguez de la Fuente). Pero las series estaban todavía en un plano muy inferior en muchos aspectos al séptimo arte y aquí fue donde Twin Peaks marcó un punto de inflexión que llega a nuestros días, rápidamente la serie, que no cabía ya duda alguna al poco de estrenarse, se trataba de unos de los productos televisivos más arriesgados y complejos emitidos hasta la fecha y se convirtió rápidamente en una serie de “culto”, probablemente la primera serie de ficción serializada a la que podamos aplicarle realmente esta etiqueta en su más estricto significado, transformándose en un fenómeno clave de la cultura popular, trascendiendo su impacto televisivo a nivel comercial o social hasta marcar uno de esos momentos en la línea de la historia de arte con mayúsculas donde una obra creativa nos guste o no el resultado obtenido por el creador, cuestiona el camino a seguir, y por suerte esta vez, el cambio de dirección propuesto si se iba a realizar. Tarta de cerezas, café y un buen surtido de donuts, los detalles sí importan y mucho además, enriqueciendo y nunca mejor dicho el universo que contemplamos, enmarcando y definiendo a sus personajes, humanizándolos y dotándolos de una normalidad que nos acomoda y tranquiliza, pero que actuará como drástico contraste con ese mundo paralelo, mágico y terrible que acecha detrás de esa aparente cotidianeidad. American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions Desde entonces la serie fue señalada como aquella que rompió esquemas, abrió espacios a la experimentación y a un tratamiento más cinematográfico del formato televisivo, pero no nos engañemos, se trata también de una serie que conoció el éxito y el fracaso en un espacio de tiempo muy corto (tan solo dos temporadas entre 1990 y 1991), lastrada por unos directivos sin la menor inteligencia y un público demasiado acostumbrado al puré catódico de la época, insisto no nos confundamos, hoy en día cualquiera puede todavía inmolarse el cerebro con Hombres, mujeres y viceversa, Sálvame y demás cicutas elaboradas bajo los mismos planteamientos y fórmulas que hace 2.000 años los Romanos diseñaran en sus espectaculares circos. Aquí la diferencia reside en la capacidad de elección que actualmente bebe de aquellos planteamientos ofrecidos por Lynch y que la nueva era digital han hecho posibles en un mercado fragmentado y plagado de audiencia exigente, joven o con experiencia que puede acceder a estos nuevos caminos gracias a productoras como HBO, AMC o NETFLIX que han comprendido perfectamente el nuevo rumbo de la televisión en la era de Internet. ¿Tan diferentes fueron las dos primeras temporadas? Análisis forense. Para analizar las causas del fracaso de la segunda temporada, creo que lo mejor será abandonar por un momento mis experiencias de juventud y centrarme en el devenir de la serie en Estados Unidos durante tal periodo para explicaros que ocurrió realmente para tan rápida debacle. Tras el gran éxito de crítica y público obtenido en la primera temporada, la cadena de televisión ABC en completo estado de euforia no dudó en realizar el pedido de una segunda temporada más en línea con la lógica de las series americanas continuadas, es decir, veintidós episodios emitidos a partir de septiembre, a diferencia de la primera temporada, una serie corta de tan solo ocho episodios, ofrecida entre abril y mayo antes de las vacaciones de verano. El primer episodio de la segunda temporada de dos horas de duración, fue emitido el 30 de septiembre por la noche, pero el horario de la serie fue distinto al de la temporada pasada, ya empezábamos a liarla… desde un principio podíamos ver que la primera temporada nos ofrecía la estructura de una miniserie, o más bien dicho de una película fraccionada en forma de miniserie que navega en ambos mares, mientras que la segunda temporada se ajustaba más a la estructura de una serie tradicional. La veterana actriz Piper Laurie junto a la bellísima Joan Chen son un ejemplo de esa increíble gama de actores secundarios que dotan a la serie de personalidad propia tras esa compleja trama al estilo de una telenovela que emula deliberadamente sin sonrojo, con sus historias de amor y turbios complots. American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions En el episodio piloto quedaban ya perfectamente definidos los actores, los escenarios, la atmosfera y los tiempos de la serie. Nos ofrece a primera vista al héroe (el binomio formado por el agente del FBI Dale Cooper y el sheriff Truman), los personajes que le rodean y la pregunta fundamental de la trama, o al menos eso nos hacían creer: «¿Quién mató a Laura Palmer?». La ambientación de la serie estaba dada por esos maravillosos espacios presentados: un idílico pueblo en el norte de los Estados Unidos, recreado como una representación deliberada y descarada próxima al cliché del pequeño pueblo de ensueño americano: las casas pequeñas, el bosque imponente, las bellas y majestuosas cataratas y en mitad de todo eso aparece ese acto perturbador que rompe la paz y la armonía: el asesinato de Laura Palmer que nos llevará a ir revelando precisamente lo que se oculta bajo este aparente paraíso. David Lynch da a Twin Peaks el estilo y la estructura de una telenovela desde el principio y no es casualidad, entrecruza diversas líneas narrativas que transcienden la aparentemente principal, la cual actúa en un principio como hilo conductor, así la investigación policial es tan solo una de las diversas tramas que se desgranan nada más iniciar la serie: las diversas historias de amor entre Donna y James, el sheriff y Josie Packard, el retorcido complot por la propiedad del aserradero o el sórdido negocio de tráfico de drogas de Leo Johnson, prostitución, etc... Ahora bien, el estilo narrativo en la primera temporada pivota sobre la investigación del asesinato de Laura Palmer, mientras que la segunda se estructura a partir de saltos narrativos más breves que se suceden en cadena. Lo cual para empezar mareaba mucho a un espectador que no siguiera la trama en profundidad o estuviera acostumbrado a las estructuras narrativas clásicas de la televisión donde se nos repite el argumento, se simplifica lo máximo posible o sencillamente se diseña para que no importe que nos perdamos una parte de la trama por diversas razones, es decir y con perdón: se nos trataba como tontos que mirábamos el televisor como el niño pequeño que es entretenido con juguetitos y muñequitos que giran y brillan desde lo alto de la cuna simplemente para hacernos pasar el rato. Por supuesto es una explicación simplista, pero deja bien claro las sensaciones juveniles y rebeldes que me ocurrían cuando presenciaba el esperpento televisivo que ofrecían a mi generación, y que conste que en ningún momento estoy aquí para comparar con los actuales modelos de emisión, cosa que sin duda dejo al criterio de nuestros críticos usuarios. La hermosa Sherilyn Fenn ofrece ese contrapunto perturbador en la incorruptible voluntad del honesto agente del FBI, un juego clásico en los personajes del autor, siempre bordeando y cuestionando los límites sociales y morales hasta incomodar al espectador si es necesario. American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions Por otro lado la serie se apoyaba en la perturbadora sensación de enfrentamiento entre un mundo bello, idílico e inocente frente a otro perverso, malvado, plagado de fantasmas, extraños sueños y alucinaciones, muy cercano al terror sobrenatural que intenta invadir por momentos la pantalla. Este enfrentamiento es también representado por la oposición entre escenarios y actores, así el pueblo de Twin Peaks y sus habitantes tienen como contrario a la corrupta The Black Lodge (Logia Negra) y al malvado Bob. Podemos ver ese contraste clásico entre la inocencia aparente de los habitantes de Twin Peaks y la perversidad que envuelve a todas las tramas. Al principio de la serie podemos ver un claro equilibrio narrativo que opone esta bella e inocencia a ese lado oscuro y terrible, pero conforme los episodios iban avanzando, la serie empezó a desarrollar un planteamiento más confuso y oscuro, demasiado complejo y perturbador para un público acostumbrado a los mecanismos clásicos y habituales para la época. Y entonces… todo se fue al infierno Los planteamientos narrativos ofrecidos en torno a la primera parte de la serie ofrecen esos mecanismos estables que el espectador medio de la época esperaba, a pesar de los caminos dispares de su formato y planteamientos, por ejemplo la narrativa a modo de telenovela, todo discurría más o menos en una agradable zona de confort para el espectador, tan solo salpimentada con el ingenio de Lynch. La primera temporada ofrecía una premisa clara y sencilla: ¿Quién mató a Laura Palmer?, así que ese eje mantenía el equilibrio que digamos… ofrecía un apoyo al que agarrarse a muchos espectadores, pese a las salidas del camino por parte del creador. La preeminencia del relato policial sobre las otras historias era muy clara y marcada. De los ocho episodios, seis (los cuatro primeros y los dos últimos) terminan con una escena relacionada con esta línea narrativa donde buscamos una respuesta a la muerte de Laura Palmer, pero a partir de aquí las cosas se empiezan a torcer, en esta primera temporada no se revelaba quién era el autor de la muerte de Laura Palmer, lo cual ya comenzó a enfadar y desorientar al personal, en España las insinuaciones por parte de la cadena de televisión sobre la resolución de la pregunta en el último episodio de la primera temporada para aumentar la audiencia y así los beneficios por publicidad lo empeoraron todo. En 1992 el propio David Lynch co-escribió junto a Robert Engels y dirigió: “Twin Peaks: Fire Walk wiht Me” (conocida también como “Twin Peaks, El diario de Laura Palmer” o “Twin Peaks, El fuego camina conmigo) donde se relatan los últimos siete días de Laura Palmer. Profundizando en el universo de la serie de una manera más acorde a como Lynch quería concebir la narración, aún y así se eliminaron gran cantidad de escenas hasta el punto que desaparecieron algunos personajes. New Line Cinema, CiBy 2000 (as CIBY Pictures), Twin Peaks Pese a ello y sin esa revelación, se tenía la sensación al final de esta primera parte de que la investigación había avanzado y no se estaba lejos de saber quién había matado a la pobre adolescente. El final de esta primera parte recordaba demasiado a aquel famoso final de temporada de Dallas (1978-1991), siendo reemplazado el ingenioso y malvado magnate J.R por el agente del F.B.I, Dale Cooper. No podía ser casualidad…, las similitudes y guiños con la telenovela que aparece en los aparatos catódicos de los habitantes de Twin Peaks no son casualidad ni mucho menos, podemos ver así a una actriz que interpreta dos personajes en el culebrón que ven los lugareños¨: Invitation to love, a la vez que aparece Maddy, la prima de Laura Palmer, interpretada por la misma actriz es decir Sheryl Lee. La primera temporada ofrecía una narración de tipo policial, pero bajo una forma bastante innovadora para su época: como telenovela, que por si fuera poco, jugaba con los clichés del género y nos los ofrecía en bandeja de plata. Podíamos llegar a ver incluso como la trama de la telenovela llegaba a solaparse en muchos puntos con la lectura que hacíamos del guión de la propia serie. Al llegar la segunda temporada teníamos veintidós episodios que se nos ofrecieron tanto en EEUU como aquí de una manera mucho más confusa y complicada que la primera parte, debido a sus cada vez peores resultados en los índices de audiencia, en aquella época no existía la televisión a la carta, ni nada por el estilo más allá de nuestro grabador de VHS (si, VHS, ni Beta ni V2000 ¿Algún problema???) Así que los hábitos de todos nosotros independientemente de nuestros gustos e inquietudes eran más o menos similares, digamos que estábamos muy acostumbrados a la linealidad y los patrones de programación sencillos. Las discrepancias entre el director y los productores se pusieron de manifiesto en la obligación de tener que desentrañar al asesino al comienzo de la segunda temporada, el creador abandono varias veces la serie, relevado por directores y guionistas de encargo que introdujeron argumentos paralelos y personajes que no agradaron a sus seguidores, pese a que sus creadores volvieron a los últimos 6 capítulos mejorando claramente la calidad, la serie fue finalmente cancelada. El propio David Lynch interpretó un papel en la serie como el jefe regional del F.B.I. con problemas de audición Gordon Cole. American Broadcasting Company (ABC), Lynch/Frost Productions Para liarla más, nadie nos advirtió de las grandes diferencias en ambas temporadas, para empezar, casi nada nos hace sospechar que vamos a acabar navegando en el terreno de lo fantástico, lo cual en mi caso era algo genial que daba muchos puntos a la serie, desafortunadamente, la visión y respeto de este género para gran parte de la audiencia no iba por ese camino en aquel momento, explicar Blade Runner, Solaris, 2001 Una Odisea del Espacio o Alien, el octavo pasajero a mi vecino del cuarto o al quiosquero de mi barrio como que no… Casi nada salvo unas visiones de Laura Palmer en los ocho primeros episodios anteriores o el episodio tres, con el enano en la famosa habitación roja, los diálogos dichos al revés o la aparición de Mike y Bob dentro del sueño del agente del F.B.I. para justificarlo, nos hacía sospechar. El universo de la serie era más bien realista y nada nos permitía deducir con claridad como la serie se adentraría en el territorio de lo fantástico, pero al comienzo del primer episodio de la segunda temporada se le aparece así por las buenas, un gigante que le da diversos indicios sobre el caso cual informador de la policía y ahí comprendimos que la investigación del asesinato se deslizaba a una peligrosa pendiente sobrenatural que obviamente mi abuela o la vecina del quinto, que aprovechaban ese rato para planchar mientras veían al guapo del agente Cooper no iban a comprender muy bien, por decirlo de una manera suave y educada. Podemos decir de todo y analizar lo que queramos, pero fue tan sencillo como lo que acabo de contar, si a esto sumamos que la narración principal se fragmentaba dando relevancia desigual a otras sub-tramas ya la tenemos liada, para el espectador habitual del Coche Fantástico, Dallas o El equipo A esto era mucho más de lo que podía procesar. No es que fuera la primera vez que nos cargábamos esa estructura principal que articulaba una serie, ya estaba visto, pero en este caso la deriva hacía lo sobrenatural y bizarro en una aparente trama de telenovela pero de una complejidad plástica, narrativa e intelectual infinitamente mayor era mucho más de lo que el telespectador medio iba a aceptar, resultaba en muchos casos casi ofensivo, diría yo. La herencia de Twin Peaks es amplia y casi inabarcable pero desde luego pocos homenajes-plagios o como ustedes deseen llamarlo como el que rodó M Night Shyamalan con la serie Wayward Pines, ¿Quién diría a simple vista que no estamos en Twin Peaks? Blinding Edge Pictures, De Line Pictures, Storyland, FX Productions Poco comenté anteriormente, los directivos forzaron a desvelar el nombre del asesino al poco tiempo, y como incluso David Lynch admitió tiempo después fue un error tremendo y así, poco a poco la serie fue perdiendo su audiencia y todo se acabó, en tan solo unos meses la historia de amor se transformó en divorcio con acusaciones de no consumación. La trama fue lo de menos… Analizar bien la trama y su mecánica narrativa es una buena manera como cualquier otra, para destripar una serie (además no se admiten quejas en este sentido, se han obviado concienzudamente los spoilers, para quienes todavía no la conozcan). La serie es mucho más que su historia o sus peculiares actores, pero es difícil adentrarse en ella sin comprender primero como fue posible que una obra tan increíble conociera el éxito y el fracaso en tan poco tiempo. Aquí están las claves de ese rápido fracaso. Pero una vez resuelto esto, todavía queda mucho que explicar sobre el complejo y fascinante mundo de Twin Peaks, a diferencia que la mayoría de nuestros colegas no vamos a analizar la tercera temporada con tan solo unos pocos episodios emitidos, ni hacer ocurrentes comentarios sobre lo poco que hasta ahora hemos visto, si es cierto que a mí personalmente me ha sorprendido gratamente la ampliación del universo de la serie original, circunscrito inicialmente a dicho pueblo únicamente, así como la manera en la que Lynch ha cambiado el planteamiento de la historia para seguir siendo “Lynch” y no solo una continuación esperpéntica con ánimos crematísticos como hemos visto tantas veces. Solo el paso del tiempo y un visionado pausado nos dirá si la tercera temporada está a la altura del universo creado hace ya más de 25 años, de momento no vamos a juzgar de antemano, si no que intentaremos daros algunas de las claves para que podáis adentraros en “la habitación roja” y no quedéis atrapados… si no es vuestro deseo, claro. Rancho Rosa Partnership, Showtime Networks, Movistar+
Pese a ello, voy a seguir desgranando las primeras etapas de la serie en las siguientes entregas desde prismas diferentes para que comprendáis mejor su relevancia y calidad artística antes que actuar como crítico y censor de la nueva temporada. Quiero que se comparen mis textos con el devenir de la tercera temporada, y si es posible sirvan como punto de partida a los más alejados, analizaré en profundidad esta tercera temporada una vez finalice, si realmente considero que está a la altura de merecer tal trato por mi parte, sinceramente me importa un rábano que eso signifique menos audiencia en la página (total, esto no es mío, ni me importa) pero tengo que ser honesto, así que no voy a sentenciar algo hasta que no haya reposado en mis maltrechas neuronas durante un tiempo, cual buen vino. Por cierto, hablando de grandes series, pronto se acerca la última temporada de Juego de tronos y con ella la última de las cinco alocadas razones para ver la serie, así que tranquilos que nadie se olvida. Inflexion Point Doctor Temas relacionados: Atención: Ver antes de morir, Series, Inflexion Point Doctor Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
1 Comentario
Diosamorrigan
9/8/2017 01:40:35
Como buena cinefila y seguidora de series, evidentemente twin peaks para mí fue un antes y un después.
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