MEDICINA |
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Análisis de una de las principales bacterias causantes de infecciones alimentarias y las medidas tomadas ante una de las crisis alimentarias más preocupantes de los últimos años.
Cuando hablamos de Listeria (Listeria monocytogenes) nos referimos a una bacteria que pese a no ser conocida adecuadamente por el público es realmente un grave problema pues se adapta con facilidad a diferentes ambientes, es capaz de colonizar todo tipo de comidas y tiene la resistencia necesaria para poder multiplicarse incluso a bajas temperaturas con sería el interior de una nevera. Todo ello hace de esta bacteria una de las principales causantes de infecciones alimentarias alrededor del mundo.
Sin embargo, normalmente, una infección causada por Listeria no suele provocar graves problemas de salud, quedándose todo en una gastroenteritis, molesta, desde luego, pero pocas veces pasa de ahí. Ahora bien, si los afectados son mujeres embarazadas, ancianos o personas con ciertas afecciones previas, las consecuencias de una contaminación por esta bacteria pueden ser graves, incluso mortales en el peor de los casos. Por tanto, dada la capacidad que tiene para reproducirse y persistir en entornos que solemos considerar higiénicos, se debe exigir mediadas y supervisar a las empresas que procesan y manipulan alimentos para impedir que surja un brote a causa de la facilidad que tiene esta bacteria para sobrevivir y llegar a causar consecuencias fatales. Sin embargo en este caso parece ser que el proceso que garantiza nuestra seguridad alimentaria se ha vulnerado seriamente, y lo que es peor, podría apuntar a que otras empresas dispusieran de mecanismos, procedimientos o cierta impunidad para saltarse los mecanismos que garantizan nuestra seguridad. Denuncias Este mismo miércoles FACUA informaba de que la titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Sevilla, Pilar Ordóñez Martínez, había dictado un auto por el que admite a trámite la querella presentada por FACUA-Consumidores en Acción contra Magrudis SLU, su administrador y socio único, Sandro José Marín Rodríguez, y su padre, que se presenta públicamente como "gerente" de la empresa, José Antonio Marín Ponce. La querella fue interpuesta por FACUA el pasado 23 de agosto contra la empresa fabricante de La Mechá y ampliada el 11 de septiembre contra Marín Rodríguez y Marín Ponce, sus hasta el momento dos responsables conocidos. Ambos se han presentado públicamente como gerentes de Magrudis y varios medios de comunicación han publicado que el administrador y socio único no es más que un testaferro de su padre. En su auto, la jueza instructora señala que "se tendrá por parte" en el procedimiento a FACUA, que ejercerá la acusación particular. Más de 60 afectados han solicitado ya a FACUA que emprenda actuaciones en su defensa. La página web de la plataforma de afectados creada por la asociación es FACUA.org/LaMecha.
Sandro José Marín Rodríguez y su padre, José Antonio Marín Ponce. Ambos se presentan públicamente como gerentes de Magrudis. Imágenes: Canal Sur y Cuatro.
La jueza ha ordenado la apertura de diligencias previas para investigar los hechos denunciados, "que podrían ser en principio constitutivos de un delito contra la salud pública y lesiones". FACUA ha comenzado a aportar documentación para que la investigación abarque también los delitos de aborto y homocidio, sin perjuicio de otros que pudieran determinarse a lo largo de la instrucción. Al día siguiente, el jueves 19 de septiembre, (fecha de la publicación de este artículo) La Junta de Andalucía también se ha personado en el juzgado como acusación particular contra Magrudis por el brote de listeriosis causado por la carne mechada que la empresa vendió bajo la marca 'La Mechá', según ha anunciado el consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre. Aguirre ha sostenido que hay “un único causante” de esta situación, Magrudis SL, porque no hizo “los deberes de autocontrol” y “no ha funcionado como debía funcionar”. En defensa de los organismos públicos ha reiterado que la obligación del Gobierno andaluz era activar una alerta sanitaria y que se han realizado 450 analíticas por listeria. Añadiendo que pretenden van a hacer “controles extremos” que den garantía absoluta de la calidad excepcional de los productos cárnicos andaluces. Se están incrementando el número de casos en los últimos años Hace poco una investigación conjunta del Instituto de Salud Carlos III y el Hospital Ramón y Cajal de Madrid ha confirmado que, en nuestro país, los ingresos hospitalarios por listeriosis han aumentado significativamente en los últimos años. Las cifras lo confirman claramente: entre 1997 y 2015 se han registrado 5.696 hospitalizaciones asociadas con listeriosis, se ha pasado de los 75 casos contabilizados en el año 1997 cuando se inició la investigación a los 448 notificados en 2015. Con los últimos casos responsabilidad de la empresa Magrudis las cifras en 2019 aún serán más escandalosamente altas. Por si fuera poco, se estas cifras de por sí no son alarmantes, los investigadores recuerdan que son sólo la punta del iceberg, pues debemos tener en cuenta que únicamente se hace necesario el ingreso en un hospital en un pequeño número de los casos. Las cifras señalaron que el 50% de los afectados eran personas mayores de 65 años, y un 7% correspondía a mujeres embarazadas y otro 4% a recién nacidos. La mortalidad fue del 17%, pero la cifra se elevó vertiginosamente hasta el 67,5% si sólo se consideraba a los ancianos, mucho más vulnerables ante la listeria. Al parecer también influye en el crecimiento del número de hospitalizaciones la aparición de cepas más virulentas y el aumento de la producción de comida procesada y comida basura lista para consumir, ya que por el tipo de manipulación y almacenamiento que lleva consigo es más susceptible a la contaminación. ¿Cómo reconocer la infección? Las víctimas de una listeriosis invasiva suelen desarrollan síntomas entre una y cuatro semanas después de haber ingerido algún producto contaminado, tiempo lo suficientemente largo como para causar la extensión del brote sin que se puedan tomar medidas a tiempo.
Micrografía electrónica de una bacteria flagelada de Listeria monocytogenes, ampliada 41,250 veces.CDC
Si la infección se produce en mujeres embarazadas, los signos pueden no ser alarmantes y parecerse a los que suelen acompañar a una gripe común, pero cuando sucede en personas mayores, la bacteria, que puede provocar meningitis o encefalitis, muestra signos diferentes, empezando por dolor de cabeza, fiebre, dolores musculares rigidez en el cuello pero empeorando con confusión, pérdida de equilibrio y convulsiones,. ¿Cómo evitamos una infección por listeriosis? Un serio dilema con la comida procesada Para evitar contraer una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes, se debe comenzar por seguir tres pautas sencillas de aplicación común: lavar bien frutas y verduras, refrigerar adecuadamente los alimentos, no mezclar en la nevera las hortalizas con las comidas ya elaboradas en casa o alimentos procesados y no consumir lácteos u otros alimentos con leche que no hayan sido previamente pasteurizados. Igualmente frutas y verduras que no se suelen consumir enteros de una sola vez, como puede ser la piña, la sandia o el melón, una vez abiertos se deben mantener refrigerados. ¡Debemos ser prudentes incluso con estas medidas! La bacteria de la Listeria puede resistir perfectamente en el frigorífico y a temperaturas bajas, lo que nos lleva a tomar otras medidas necesariamente como el lavado. Pero en definitiva, el mayor riesgo de un brote se registra en comida procesada, donde las medidas sanitarias no han funcionado y en ese caso, estamos MUY indefensos, por lo que el sentido común a la hora de comprar marcas de calidad y confianza se pone de relieve. Por otro lado la comida procesada, -como en el caso de la carne mechada-, no es precisamente la más saludable, al igual que otros productos procesados donde también es común encontrar este y otros tipos de infecciones, sus malas cualidades alimenticias (embutidos, salchichas, etc…) se suman a otros riesgos, aunque el problema es un poco más complicado: En las últimas trés décadas se ha podido observar una evolución en las causas: a finales del siglo pasado, los brotes de Listeria se debían principalmente a la contaminación de embutidos y carnes procesadas, pero ahora se vinculan, principalmente a productos lácteos no pasteurizados, sobre todo quesos blandos, además de frutas y verduras crudas, incluso en forma de zumos de procesado industrial. El problema además se amplía cada vez más por la falta de garantías y supervisión en cualquier alimento procesado sin la regulación sanitaria adecuada: en el penúltimo brote registrado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, la fuente de contaminación fueron productos de pescado ahumado -trucha y salmón- fabricados en Estonia. Todo apunta al aumento de las irregularidades sanitarias en la supervisión de las empresas del sector alimentario, las cuales con la llegada de la crisis y el cambio de las costumbres alimentarias de los ciudadanos, que cada vez más dejan de lado la comida de elaboración tradicional y los alimentos naturales a favor de los alimentos procesados, baratos y de rápido consumo ha permitido que proliferen este tipo de casos y no parece que en un futuro próximo el problema vaya a ir a menos.
Autor: Laura López A.
Temas relacionados: Economía Social, Sociedad, Defendiendo A Los Consumidores, Laura López A., Medicina Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
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