CINE Y SERIES |
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El antiguo cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony se hizo tristemente famoso en todo el mundo por ser destituido en enero de 2013 por tapar un espantoso caso de pederastia, lo que quizás ya no sea tan conocido sea su vinculación con el mundo del cine, ya que pidió que se restituyera el Código de Producción de Hollywood, que había dominado la industria cinematográfica norteamericana desde su adopción en 1930 hasta que fue sustituido en 1966 por el actual sistema de clasificación, lo que popularmente conocemos como código Hays. Bueno, comencemos esta historia casi por el final, quizás así se pueda comprender un poco mejor lo sorprendente del caso: el 1 de febrero 2013, la archidiócesis de Los Ángeles despojó al cardenal Roger Mahony de 77 años en aquel momento, de toda su actividad pública después de que la Iglesia se viera obligada a hacer públicos los archivos con documentos internos que probaban que dicho cardenal encubrió a un gran número de curas que abusaron de menores trasladándolos de parroquia en parroquia y evitando así que acudieran a terapia para que los psiquiatras no pudieran alertar a las autoridades de sus perversas y malvadas actitudes. Los documentos se hicieron públicos dentro de un acuerdo al que la Iglesia llegó en 2007 con más de 500 víctimas por 660 millones de dólares y que requería que la archidiócesis de Los Ángeles entregara sus archivos personales que contenían el nombre de cada acusado de cometer abusos desde 1940, como prueba para las víctimas de que las más altas jerarquías intentaron tapar el escándalo incluso después de que la crisis estallara en el año 2002. El cardenal estadounidense Roger Michael Mahony (Hollywood 1936) como dato anecdótico recordar que tras la renuncia del papa Benedicto XVI, fue uno de los 115 cardenales electores del Cónclave de 2013, en el que se votó al nuevo Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Ilovespain-commonswiki El escándalo fue terrible y dio la vuelta al mundo, todos quedamos indignados ante tales conductas, no era la primera vez además y dentro de la propia iglesia supuso una verdadera puñalada para muchos auténticos creyentes, que quedaron estupefactos y avergonzados por tales comportamientos, tantas veces condenados por su propia doctrina moral. El arzobispo José Gómez, al frente de la archidiócesis tras la retirada del cardenal Mahony hacía dos años, anunciaba tal medida, dos semanas después de que una juez del Tribunal Supremo de California ordenase hacer públicas tras una larga batalla legal de más de cinco años las más de 12.000 páginas de expedientes que afectan a 124 sacerdotes acusados de abusos sexuales a menores. El propio arzobispo calificó la lectura de los expedientes de “brutal y dolorosa” y describiendo los relatados en los informes como algo “triste y malvado”. La mano derecha del cardenal Roger Mahony durante la década de los ochenta, el obispo auxiliar Thomas Curry, también renunció a su cargo al frente de la Iglesia en Santa Bárbara (California) tras saberse que en los expedientes quedaba claro que protegió a los abusadores junto al cardenal. El sacerdote Daniel Lord, S.J. (1888-1955) responsable del código cinematográfico causante del inicio de la censura en la época dorada de Hollywood durante un emotivo discurso contra el comunismo a principios de los 50. Daniellordsj.org Desde luego fue una historia de lo más triste y turbia que vinculó a este cardenal con uno de los más tristes episodios de inmoralidad dentro de la iglesia, pero ahora retrocedamos casi, casi un siglo: En 1930, otro sacerdote católico, el padre Daniel Lord, S.J., pensaba desde lo más profundo de su ser que las películas corrompían los valores morales norteamericanos, así que para contrarrestar la influencia de las películas inmorales, ni corto ni perezoso redactó un código cinematográfico que prohibía las películas que glorificaban a los criminales, a los gangsters, a los adúlteros y a las prostitutas. Su texto pronto se transformó en la propia Biblia de la producción cinematográfica, este código censuraba los desnudos, el exceso de violencia, la trata de blancas, las drogas ilegales, el mestizaje, los besos lujuriosos, las posturas provocativas y la blasfemia. Pero Daniel Lord no solo consiguió prohibir escenas, su código era algo más profundo donde también pedía que las películas debían promocionar las instituciones del matrimonio y la familia, defender la integridad del Gobierno y tratar las instituciones religiosas con respeto. Según este Código, las películas no podían gozar de la misma libertad de expresión que la palabra impresa o las representaciones teatrales. Este nuevo arte al ser tan democrático, debía ser regulado, afirmaba Lord. Según este sacerdote católico tal censura era necesaria porque el cine traspasaba todas las barreras sociales, económicas, educativas o políticas pudiendo ser visionado por millones de espectadores cada semana que acudían raudos a ver todas las novedades, por lo que se imponía proteger a la masa de la influencia malévola de las películas con una solución sencilla: éstas películas debían someterse a la censura. Borradores originales redactados por el propio Daniel Lord del código para producción de películas a finales de los años 20. Lean y tomen sus propias conclusiones…Daniellordsj.org Will Hays, era presidente de la asociación cinematográfica, la Motion Picture Producers and Distributors of America (MPPDA), popularmente conocida como la Oficina Hays, pensaba lo mismo que el sacerdote Lord, así que fue él quien patrocinó su código, consiguiendo que fuera adoptado por la industria en 1930. Con todo lo dicho y hecho no obstante, la Iglesia católica y otras organizaciones religiosas no quedaron satisfechas con la manera en que la industria aplicaba tal Código, así que en 1934, los católicos lanzaron una campaña de la Legión de la Decencia, donde millones de personas firmaron una declaración en la que se comprometieron a boicotear las películas consideradas inmorales por las autoridades de la iglesia. Con el fin de pacificar a las organizaciones religiosas, sobre todo a la Iglesia católica, mantener el negocio cinematográfico y poderse erigir como estandarte de este movimiento en 1934 Hays creó una nueva oficina de censura de la MPPDA en Hollywood la Production Code Administration (PCA) a la que dio el control absoluto del contenido de las películas, analizando cada guión en busca de inconveniencias, ya fueran sexuales o políticas, antes de aprobarlo y adjudicarle el sello de la PCA. Así pues, a partir de 1934 en las salas cinematográficas norteamericanas más relevantes del país no se pudo proyectar ni una sola película que no llevara tal sello. William Harrison Hays, Sr. (5 de noviembre de 1879 – 7 de marzo de 1954) fue quien dio nombre al Código Hays, que censuraba películas americanas, presidente del Comité Nacional Republicano (1918–1921) y Director General de Correos de Estados Unidos desde 1921 a 1922. William Harrison Hays, Sr. (1879 – 1954) famoso por dar nombre al Código Hays para la censura de las películas y presidente de la MPPA (Asociación de Productores y Distribuidores de Cine de los Estados Unidos) Paradójicamente el objetivo de la organización era renovar la imagen de la industria cinematográfica tras el escándalo de la violación y asesinato de la actriz Virginia Rappe, supuestamente a manos de Roscoe Arbuckle y las peticiones principalmente por parte de grupos protestantes de una censura federal de las películas. La contratación de Hays se suponía que era una táctica de relaciones públicas donde se remarcaron sus ideas conservadoras, incluyendo su papel como diácono presbiteriano y anterior presidente del Partido Republicano… al final el asunto no resulto como esperaban. Lo gracioso de todo esto resultaba pues, de la función principal de Hays: convencer al consejo censor del Estado para que no censurasen películas específicas en el acto, y reducir el impacto económico que provocaba los cortes y las ediciones del consejo. La Legión Nacional Católica de la Decencia, presionó a la PCA para que no abandonara jamás la vigilancia, así que estudió y clasificó todas las películas producidas por Hollywood y distribuyó su clasificación por todas las iglesias católicas de Estados Unidos, con el objeto de condenar cualquier película que considerara inmoral o peligrosa, por supuesto los católicos tenían prohibido asistir a la proyección de cualquier película condenada por la Iglesia. El negocio en juego era tremendo y la situación propicia para ponerse en práctica, políticamente hablando no existía un especial desagrado a tal Código, pero si mucho que perder si no se defendía, por mucha libertad de expresión que algunos políticos alegaran, así que dicho sistema de autorregulación dominó a la industria cinematográfica durante la era dorada de los estudios en Hollywood. Con el paso del tiempo aquello terminó, al igual que la posterior y triste caza de brujas del senador MacArthy, con valientes historias como la del rodaje de Espartaco (Stanley Kubrick, 1960) y el maravilloso guión de Dalton Trumbo son recordados hoy en día por la mayoría de los amantes del cine tan solo como una gran obra del séptimo arte y aquella censura y todos los padecimientos que provocó han quedado olvidados, para los jóvenes aquello se observa poco menos que como algo cómico y ridículo si no fuera por las tragedias que supuso… pero a veces la historia parece que intenta tozudamente repetirse. Panfleto Original de La Legión Nacional Católica de la Decencia publicado en los años 30, donde deja más que claras sus intenciones. Daniellordsj.org Así que como hemos mencionado, en febrero de 1992 Roger Mahoney, declaró ante la Coalición contra la Pornografía de Hollywood que la industria cinematográfica representaba una agresión a los valores de la mayor parte de la sociedad norteamericana, y que no podía seguir escondiéndose tras un grito erróneo que pide libertad de expresión. En su carta pastoral al mundo del cine de 1992, el cardenal Mahony, que por cierto había nacido en Hollywood, Los Ángeles en 1936, decía: "En esta sociedad, en esta época, sólo la propia familia humana aventaja a los medios visuales en su capacidad de comunicar valores, formar conciencias, proporcionar modelos de conducta y motivar el comportamiento humano" ¡Bravo! Realmente espectacular y humano. Así que muy decidido en poner coto al exceso de sexo y violencia en las películas actuales, obviamente este cardenal que todavía no sabía que en unos años el mundo estaría rendido a los pies de series como Juego de Tronos, True Detective o Modern Family pidió que se restituyera el Código de Producción de Hollywood…sí, ese código que controló la industria cinematográfica norteamericana desde los años 30 hasta que fue por fin reemplazado en 1966 por el actual sistema de clasificación. La industria cinematográfica por supuesto expresó su asombro y consternación ante una petición que conducía directamente a la censura pura y dura de la era dorada del cine hollywoodiense, pero por suerte aquello no prospero y dentro de la visión católica aquella petición de un religioso nombrado Obispo de la Diócesis de Stockton en 1980 por el mismísimo papa Juan Pablo II, resultaba cuanto menos coherente con una forma de pensar asociada a ciertos valores morales. Lo que quizás nos deja ese punto realmente desasosegador en esta anécdota de la historia del cine sea esta curiosa contradicción moral, sinceramente no sé como describir esta olvidada y triste coincidencia entre un arzobispo que condenaba la inmoralidad en el cine y ocultó durante años unos oscuros crímenes dentro del seno de la que debiera ser la más alta institución ética y moral. Mani G. (ManiPinkless)
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1 Comentario
Fina Cullera
6/10/2017 23:10:08
Leer el borrador original no tiene desperdicio, para me** y no hechar gota. Daniel Lord tiene hasta una página en Internet contando su vida, gracias por poner la dirección, la aconsejo a todo el mundo.
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