Business of Business is Business?
¿Dónde nos encontramos en este momento?, el debate sobre la ética empresarial a raíz de las últimas crisis a encontrando un gran caldo de cultivo para debatir y reflexionar acerca de la “integridad ética” de nuestros dirigentes empresariales que debe llevarnos a un bienestar común no ajeno y alejado de las consecuencias sociales, resultado de muchos comportamientos empresariales y de nuestros gobernantes en las últimas décadas alrededor del mundo.
El eterno debate entre liberalismo y auto-regulación o estado y regulación institucional quedan ya cortos para analizar la compleja situación de nuestra economía global, sigamos pues en esta segunda parte adentrándonos en el intrincado mundo de la ética en las empresas y las visiones más actuales.
“Me reservo el derecho a ser ignorante. Ése es el modo de vida occidental” - El espía que surgió del frío - (1965) (Adaptación cinematográfica de la novela homónima de John Le Carré) Tercer modelo Después de haber analizado los distintos modelos que los teóricos habrían propuesto, sería conveniente comenzar este tercer modelo encuadrando la sugerencia que ocuparía este capítulo. Así pues, empezaríamos con una cita de Cruz Prados (2006), donde aseveraría lo que a continuación se extrapolara; a saber: “la filosofía vitalista propugnó y exaltó el valor de lo vital y volitivo frente a la asfixiante frialdad del racionalismo, pero su misma reacción implicaba la aceptación de loa definición racionalista de la razón.”[24]
Alfredo Cruz Prados. Doctor en Filosofía y Leras. Profesor de Filosofía Política e Historia del Pensamiento Político en la Universidad de Navarra así como investigador y escritor. Asmoda
De esta manera, se partiría de un análisis previo remarcando las virtudes y defectos de diversas ramas del pensamiento humano; por ende, a estas disecciones teóricas y comportamentales cabría añadir rasgos propios de lo que pudiera intuirse dentro del campo de la ética. Al mismo tiempo, MacIntyre (2001) apostillaría refiriéndose al conocimiento del razonamiento práctico[25]: “Llegar a ser un auténtico razonador práctico independiente es un logro, pero siempre es un logro para el que los demás también han contribuido” Cruz Prados (2006), entiende que tratar la idea de una moral objetiva sin estar sujeta a una interacción entre el individuo y la misma comunidad de la que formaría parte, sería sinónima de la paradoja citada anteriormente. De esa representación, nacería el siguiente párrafo: “el hombre como individuo no es agente moral, y la conducta de un individuo autónomo no es asunto de la moral. El hombre es un agente moral en cuanto miembro de una comunidad, y su conducta en relación con los bienes de esa comunidad es aquello sobre lo que versa la moral.”[26] Apostillando además lo siguiente: “el hombre es un ser moral, no sólo por ser racional, sino por ser además social. Es naturalmente moral por ser naturalmente social.”[27] Quedaría enmarcado del todo en este sentido, a la hora de poder identificar el sentido u objetivo gracias esta cita: “La perfección moral no consiste fundamentalmente en conocer algo sino en ser de un modo determinado, actuando este modo de ser como condición de la perfección de aquel conocimiento. Esto constituye una nueva afirmación de la condición sustantiva de toda concepción de la racionalidad práctica.”[28]
Alasdair Chalmers MacIntyre (Glasgow, Escocia, 1929) es un filósofo principalmente conocido por sus contribuciones a la filosofía moral y a la filosofía política, pero también por sus obras sobre historia de la filosofía y teología. Es una figura clave en la ética de la virtud, que pone como aspecto central la ética, los hábitos, las virtudes, y el conocimiento de cómo alcanza el individuo una vida buena, en la que encuentren plenitud todos los aspectos de la vida humana, en vez de centrarse en debates éticos específicos . Wikimedia
Y para ello sería preciso asumir como propio el consejo que MacIntyre (2001) ofrecería a los teóricos en cuanto a trabajar unidos en pos de una meta conjunta. De cara a identificar fin común al cual poner de tela de fondo para no perder jamás la perspectiva: “Para que el ser humano no se limite a ejercitar sus capacidad animales iniciales y pueda desarrollar también la capacidad propia del razonador práctico independiente, necesita a los demás de varias maneras: los necesita para evaluar, modificar o rechazar sus propios juicios prácticos […] los necesita para desarrollar la capacidad de imaginar con realismo futuros alternativos posibles […] los necesita para indagar racionalmente lo que es necesario para buscar su propio bien aquí y ahora”[29] Identificando al mismo tiempo, la posible disonancia entre los dos modelos expuestos en anteriores capítulos, Cruz Prados (2006) entendería que una unión hace la fuerza. Pero no una cimentación de cualquier forma, sino basada en una convicción mutua que sirviera de referente en los malos y los buenos momentos: “Por lo tanto, el problema de la cohesión política en una sociedad pluralista, no consiste en el establecimiento de una moral mínima –como lo entiende Adela Cortina, entre otros […] La moral pública es otra moral, no un mero subproducto de las morales privadas, como si éstas fueran toda y la única moral.”[30] Sin embargo, de ahí podrían salir cosas como las que defendiera Cruz Martínez Esteruelas. Donde haría ver que el humanismo y el mundo empresarial no tendrían porque verse amenazados el uno por el otro, sino encontrar un término medio. El cual existiría: “El humanismo debe ennoblecer y elevar éticamente a la empresa y no demolerla. Se puede ser eficaz y hacer rentables las inversiones y el trabajo que se involucran conjuntamente en la empresa sin por ello renunciar a la vocación y al ejercicio de las verdaderas premisas humanistas.”[31]
Cruz Martínez Esteruelas (1932-2000) Fue un abogado y político español, Ministro de Educación de España entre los años 1974 y 1975. Escribió numerosos libros desde estudios jurídicos a tratados sobre humanismo. En 1981 Cruz Martínez Esteruelas constituyó la Fundación Tomás Moro junto con un grupo de colaboradores y amigos. Fundación Tomás Moro
Entrarían para acoplarse a lo mencionado por Enrique de Sendagorta (1986): “Siendo la responsabilidad inherente a la persona humana que por ser libre tiene dominio sobre sus actos y responde de ellos, debemos analizar cómo y hasta que punto llega la de cada uno.”[32] Sin embargo, MacIntyre (2001) incidiría en una realidad como la siguiente: “El ser humano se encuentra ubicado en una red de relaciones de reciprocidad en la cual, generalmente, lo que cada uno puede dar depende en parte de lo que ha recibido y puede dar en la misma medida en que ha recibido”[33] Seguido de una reafirmación en el documento de Sendagorta (1986) que vendría a decir lo siguiente: “El hombre es responsable según la realidad objetiva. Precisamente la incertidumbre y la volatilidad de los sucesos remacha el llamamiento a la fundamentación de nuestros actos en la roca firma de los principios éticos, no subjetivos y autónomos sino objetivos y heterónomos.”[34] Por ello, aquí no resultaría descabellado aupar una de las remarcadas influencias que Adela Cortina manifiesta en la obra tratada con anterioridad. Siendo sino un paralelismo entre ética de la responsabilidad y ética de la convicción: “La primera prescribe o prohíbe determinadas acciones incondicionalmente como buenas o malas en sí, sin tener en cuenta las condiciones en que deben realizarse u omitirse ni las consecuencias que se seguirán de su realización u omisión; la ética de la responsabilidad, por su parte, ordena tener en cuenta las consecuencias previsibles de las propias decisiones y las circunstancias en que se toman.”[35]
Enrique de Sendagorta Aramburu (Plencia 1924) Ingeniero naval y empresario vizcaíno.
Fundador en 1956 de SENER,Indunaval e Itasa y dirigió Construnaves. Destaca su labor como fundador y primer presidente ejecutivo de Petronor. Otros cargos reseñables son los de consejero delegado de Banco de Vizcaya y vicepresidente de su Consejo de Administración y consejero del BBV. Adicionalmente, ha sido presidente de Honor del Instituto Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra. Sener Por otra parte, Sendagorta (1986), es consciente de la situación al exponer lo consiguiente: “Es evidente que la desintegración social causada por el abandono por parte de las personas y de las instituciones de sus valores naturales, está afectando a la empresa. El observador más superficial reconoce la desolación entre los protagonistas de ésta y entre ellos y la sociedad en los crecientes conflictos internos y externos, en la volatilidad de las relaciones, y en la aparición de negocios de dudosa o nula conveniencia social.”[36] Para combatir dicho desaliento, habría que remitirse a Fontrodona et al. (2010), donde se propondría una iniciativa de cara a mejorar las organizaciones de trabajo: “En el marco de la “visión de integridad ética” la regulación exterior al individuo es solo parte de la motivación para la buena conducta. En este caso, el esfuerzo de la organización tendrá que estar encaminado a subrayar aquellos valores éticos que convertirán a sus miembros en personas íntegras, pero cediendo libertad en la tarea de autorregulación.”[37] Vendría a significar que la voluntad representaría un engranaje vital dentro del comportamiento humano dentro de la sociedad. Podría constatarse, siempre según dichos teóricos, que sin ella, la virtud moral perdería todo significado. Quedando abocado a un puro cumplimiento de la norma. Siendo conscientes de esto, se podría aplicar la afirmación que José María Basagoiti publicara en su día, de cara a una revitalización: “La Empresa hoy es la esperanza de la Humanidad, es la esperanza del hombre, porque los gobiernos, al reconocer que ellos no pueden ser la solución de todo, tienen que aceptar que la soberanía está a nivel del individuo, a nivel del ciudadano, y que la solución tiene que venir de la sociedad.”[38] Además de lo que también indica Cruz Martínez Esteruelas: “No cabe afirmar que la sociedad moderna es tan sólo una constelación de empresas, pero sí que la empresa forma una parte cuantiosa de su urdidumbre. Bastaría con esto para afirmar que el ser y la vida de la empresa son absolutamente relevantes en el conjunto social.”[39]
José María Basagoiti, nacido Getxo, se graduó en Derecho y Filosofía y Letras en Madrid. Además de desempeñar una relevante actividad económica y empresaria, ha sido mecenas de iniciativas relacionadas con la comunidad vasca, patrono del Colegio de las Vizcaínas en Mexico DF y presidente de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País en México, así como miembro del Consejo Asesor del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada en Reno. Euskalkultura
Por ello, se debería establecer cuál sería el punto de partida, ya que se estaría dispuesto a renunciar para obtenerlo. Debido a que el mundo de la empresa es arduo y complejo, a la hora de que imperara un comportamiento ético determinado, sería recomendable establecer unos patrones mínimos para poder convivir laboralmente. Debido a esto, y gracias a MacIntyre (2001), encontraríamos razones por las cuales las sociedades y comunidades, se ciernen entre ellas para poder evolucionar. “Una de las ideas centrales de este libro es que las virtudes que el ser humano necesita para desarrollarse a partir de su condición animal inicial y llegar a ser un agente racional e independiente, así como las virtudes que requiere para hacer frente a la vulnerabilidad y la discapacidad, pertenecen a un único conjunto de virtudes: las virtudes propias de los animales racionales y dependientes, cuyos rasgos de dependencia, racionalidad y animalidad deben ser entendidos en sus relaciones recíprocas.”[40] Por lo que dicho autor aseveraría lo siguiente: “Los bienes concretos que se logran en las diferentes actividades se identifican como bienes porque son objetos de una actividad intencional y, por tanto, objetos de deseo cuya satisfacción es el término de la actividad, y también porque contribuyen al bienestar y constituyen una parte del bienestar […] Lo que necesita una planta o un animal es lo que necesita para florecer qua miembro de su especie, y lo que necesita para florecer es desarrollar las facultades características que posee qua miembro de esa especie.”[41] Por otra parte, dentro de la misma obra, quedaría encuadrado un concepto resultante en torno a una herramienta indispensable en el campo ético, en suma, “el bien”: “Pero cuando se dice que un individuo o un grupo florecen, se dice algo más, y no sólo que poseen dichas características, aunque florecer supone siempre florecer en virtud de que se posee cierto conjunto de características. En este sentido el concepto de florecimiento se asemeja a otros conceptos que implican sus del concepto básico del bien”[42] Aquí la pregunta sería como conseguir encauzar toda la teoría citada en un plan de acción, lo cual nos llevaría hasta MacIntyre (2001), donde al mismo tiempo ilustra a referentes dentro del campo de la crítica societaria en pos de una mejora constante: “Foucault ha sido el último de una larga serie de pensadores que han señalado que las redes institucionalizadas de reciprocidad sin siempre estructuras de distribución desigual del poder, diseñadas para ocultar y proteger esa misma desigualdad en la distribución. De manera que siempre existe la posibilidad, y a menudo el hecho, del sometimiento y la explotación vinculados a la participación en esas redes. […] Las virtudes que el ser humano necesita para alcanzar su propio bien y el bien de los demás, a través de la participación en tales redes, sólo operan como auténticas virtudes cuando su ejercicio se halla moldeado por una conciencia de la distribución del poder y de las corrupciones a las que está sujeto el uso del poder. Tanto aquí como en otros aspectos de la vida, es necesario aprender a vivir con la realidad del poder y a luchar contra ella.”[43] Como se apostillaría De Mon et al (2001), estableciendo una acertada comparación: “Sea una familia, una empresa, un hospital, un país, las personas que respetamos y admiramos gozan todas ellas de una excepcional generosidad y bondad para movilizarse por los demás.”[44] “Tú y yo no somos tan diferentes. Ambos nos pasamos la vida buscando las flaquezas de los demás.” - Tinker, Taylor, Soldier, Spy (El topo- 2011) (Adaptación cinematográfica de la novela homónima de John Le Carré) Pensadores y doctrinas actuales “Business of Business is Business. Esto es algo más que una frase de estilo literario. Durante mucho tiempo este ha sido el argumento utilizado por quienes desarrollan su actividad en el mundo de los negocios para justificar su actuación”[45]
Leticia Bañares Parea. Doctora en Filosofía y Letras, es actualmente profesora en la Universidad de Navarra. Durante años ha participado en la organización de las jornadas y reuniones internacionales del instituto “Empresa y Humanismo”. Su investigación se centra en la cultura de la organización y la relación que existe entre el trabajo y el desarrollo humano en el ámbito empresarial y la dimensión social. Esta línea de investigación entronca con su investigación actual sobre el papel de los mandos intermedios en las organizaciones y la responsabilidad social corporativa. Researchgate
Así de fuerte comenzaría Joan Fontrodona haciendo referencia a los actos realizados dentro del mundo empresarial. Podría establecerse una narrativa donde se argumentara que, el mundo de las grandes operaciones monetarias quedara en un plano paralelo donde las leyes que rigieran a la sociedad común estuvieran sin efectos. Este tipo de manifestaciones, vendrían de largos períodos de estudio acerca del comportamiento del ser en bloque y como individuo dentro del área empresarial. De ahí que, debido a la profundización del carácter del ser en cuanto a la elección de sus actos, surgieran conclusiones de este calado. De hecho, como bien apuntara Leticia Bañares acerca de las motivaciones de los teóricos interesados en dicho campo, nos encontraríamos con: “El interés por la dimensión cultural de las configuraciones sociales es un nuevo intento de restablecer la conexión perdida, mediante una adecuada consideración del carácter social de la acción humana. Estas son las coordenadas generales en las que se inscribe el estudio de la cultura empresarial […] en el ámbito laboral y económico hay muchos aspectos que no pueden ser estudiados con categorías exclusivamente científico-positivas. Sin embargo, la razón no está en que se trate de aspectos misteriosos o irracionales, sino que existen dimensiones del obrar humano -éticas y culturales- que sólo cobran su sentido pleno cuando son estudiadas a la luz de un enfoque más hondo de la acción humana.”[46] De este modo, se entendería la necesidad cultural de la cual nos haría merecedores Fernando Fernández en su publicación “Empresa y cultura”: “Cultura quiere decir, en el fondo, “inteligencia aplicada a la realidad” para transformarla de un modo creativo y bello. Cultura es educación de la sensibilidad, de la imaginación, de la memoria histórica, del sentido estético, de las raíces populares […] La cultura se convierte así en el antídoto del pragmatismo por el pragmatismo, que es algo estéril.”[47] Por lo que Leonardo Polo nos haría la siguiente reflexión[48]: “El hombre libre es el ejecutor capaz de entender la orden de otro hombre libre. El rendimiento que de tal conexión se sigue define ese nivel superior de la razón práctica que constituye el ideal social. Pero entre hombres libres sucede lo siguiente: en la misma medida en que la eficacia de la orden depende de la iniciativa del sujeto receptor, éste puede entender (y ejecutar) la orden de una manera que no era la prevista por el que la emitió. En ese mismo momento, la relación se invierte: el que ejecuta la orden de una manera no prevista se convierte ahora en emisor. En efecto, la diferencia entre lo previsto y el resultado es una información que llega al primer emisor como orden que obliga a rectificar. Por eso dice Aristóteles que no es señal de buena ordenación social el hecho de que todos estén de acuerdo; al contrario, es señal de que la sociedad va mal, de ausencia de iniciativa y de inercia histórica.”
Leonardo Polo Barrena (1926 - 2013) Fue un filósofo, profesor y escritor español, su pensamiento propone una renovación metodológica de la filosofía a partir de un descubrimiento: lo que él denomina “el límite mental humano” (que radica en el pensamiento objetivador). Dicho límite puede abandonarse, y al hacerlo se afrontan los grandes temas de la filosofía de una nueva y más fecunda manera. Filosofia.org
Con lo que se obtendrían los primeros pasos de una interacción real dentro de una sociedad (en este caso, empresarial). “cuando un grupo se enfrenta a una situación nueva la primera solución propuesta tendrá el rango de un valor (lo que debe ser), pues aún no existe un principio aceptado para determinar lo real. Alguien propondrá una solución a partir de sus convicciones, pero el grupo no la aceptará como una creencia colectiva hasta que no la haya probado y aprobado. Por ejemplo, si ante una disminución de las ventas un directivo propone hacer más publicidad, debido a su creencia de que la publicidad siempre aumenta las ventas, el grupo recibirá esta propuesta como una afirmación de los valores del directivo.”[49] Ello haría que la situación de la situación actual del humanismo empresarial, estuviera en la situación que Alejandro Llano trataría en su publicación dentro de los Cuadernos de Empresa y Humanismo. “Para entender nuestro propio tiempo, hemos de darnos cuenta de que nos hallamos en un período de “entre-épocas”: la época que ahora concluye es la era industrial o moderna; la que comienza es la era postindustrial o postmoderna. El que no se percate de este cambio “no sabe en qué mundo vive”. Y, desde luego, no es un buen manager, porque para gestionar el cambio lo más importante es saber “de qué va”, en qué consiste, este cambio que se está produciendo ahora mismo.”[50] Al mismo tiempo, usaría este canal para transmitir revelaciones del teórico Peter F. Drucker, donde interpreta fenómenos empresariales como el Management. “el management “tiene que ver con la gente, con sus valores, con su perfeccionamiento y desarrollo -y eso lo define como algo humano-. (…) El management está profundamente comprometido con asuntos espirituales: la naturaleza del hombre, el bien y el mal. (...) El management es, en definitiva, lo que tradicionalmente suele llamarse “arte liberal”; “liberal” porque se refiere a los fundamentos del saber, al conocimiento de uno mismo, a la prudencia y al liderazgo; “arte”, porque es práctica y aplicación.”[51]
Peter Ferdinand Drucker ( 1909- 2005) Abogado y tratadista austriaco, considerado el mayor filósofo de la administración del siglo XX. Fue autor de más de 35 libros, y sus ideas fueron decisivas en la creación de la Corporación Moderna. Drucker escribió múltiples obras reconocidas a nivel mundial sobre temas referentes a la gestión de las organizaciones, sistemas de información y sociedad del conocimiento, área en la cual es reconocido como padre y mentor en conjunto con Fritz Machlup. Hoy en día es considerado el padre del “management” como disciplina. Twitter
Por lo que se haría eco de la necesidad de un cambio, para nada convencional: “Las soluciones convencionales a los problemas sociales se mueven unívocamente en esta línea monocolor: más Estado y menos mercado; menos Estado y más mercado (…) A juicio de muchos estudiosos actuales, este esquema ha entrado en un atolladero sin salida. Ahora nos encontramos ya en otro mundo, en un mundo futuro que ya está aquí (…) La dirección a la que apunta tanto la teoría sociológica como el cambio social es la siguiente: el mercado y el Estado, el economicismo y la burocratización, la riqueza y el poder, no constituyen lo central y fundamental del hombre-, ni son, por tanto, los elementos o dimensiones principales del juego social.”[52] Y por último apostillaría la posible fuente de la situación a resolver: “Así las cosas, nos encontramos en una encrucijada: hay dos grandes posibilidades que se abren ante nosotros: a) La colonización: es la intromisión del Estado y el mercado en el ethos vital: el afinamiento y la capilarización de la burocracia, por un lado, y la mercantilización de la vida ordinaria, por otro. - ¿Qué aporta la ética al liderazgo empresarial? - 1ª parte: Modelos Fontrodona y Cortina - Juan Pablo Castillo Cubillo Doctorando en Sociología y diplomado en Educación Social. Licenciado en Criminología y miembro de la APCV. Máster Universitario en Marketing Político, Comunicación Institucional y Dirección de Personas.
Referencias
[24]Cruz Prados, A.; (2006) Ethos y Polis: Bases para una construcción de la filosofía política. Navarra: EUNSA, Ediciones Universidad de Navarra. (p. 19) [25]MacIntyre, A.; (2001) Animales racionales y dependientes: Por qué los seres humanos necesitamos las virtudes. Barcelona. Ediciones Paidós Ibérica. S.A. (p. 100) [26]Op. cit. Cruz Prados, A.; (2006) (p. 27) [27]Op. cit. Cruz Prados, A.; (2006) (p. 29) [28]Op. cit. Cruz Prados, A.; (2006) (p. 33) [29]Op. cit. MacIntyre, A.; (2001) (p.101) [30]Op. cit. Cruz Prados, A.; (2006) (p. 29) [31]Martínez Esteruelas, C; (1987) Humanismo y empresa. Cuadernos Empresa y Humanismo Nº 6. Instituto Empresa y humanismo. Universidad de Navarra. (p. 10) [32]Sendagorta, E. (1986) responsabilidad social del empresario, La. Cuadernos Empresa y Humanismo Nº 3. Instituto Empresa y humanismo. Universidad de Navarra. (p. 5) [33]Op. cit. MacIntyre, A.; (2001) (p. 119) [34]Op. cit. Sendagorta, E. (1986). (p. 6) [35]Op. cit. Sendagorta, E. (1986). (p. 6)Op. cit. Cortina, A; (1994-(2003)). (p. 78) [36]Op. cit. Sendagorta, E. (1986). (p. 2) [37]Op. Cit. Fontrodona et al. (2010). (p. 165) [38]Basagoiti, J, M; (1987). Rendimiento social de la empresa, El. Cuadernos Empresa y Humanismo Nº19. Instituto Empresa y humanismo. Universidad de Navarra. (p. 6) [39]Op. cit. Martínez Esteruelas, C; (1987). (p. 11) [40]Op. cit. MacIntyre, A; (2001). (p. 19) [41]Op. cit. MacIntyre, A; (2001). (p. 82) [42]Op. cit. MacIntyre, A; (2001). (p. 83) [43]Op. cit. MacIntyre, A; (2001). (p. 122) [44]Op. cit. De Mon et al (2001). (p. 170) [45]Fontrodona, J.; (1987) utilitarismo en la ética empresarial, El. Cuadernos Empresa y Humanismo Nº12. Instituto Empresa y Humanismo. Universidad de Navarra. p. 3. [46]Bañares, L.; (1994) cultura del trabajo en las organizaciones, La. Madrid. Ediciones Rialp. S.A. p. 87-88. [47]Fernández, F.; (1989) Cultura y empresa. Cuadernos Empresa y Humanismo Nº 5. p. 5 [48]Polo, L.; (1988) interpretación socialista del trabajo y el futuro de la empresa, La. Cuadernos Empresa y Humanismo Nº 2. p. 15 [49]Vélaz, I.; (1999) Clima y cultura empresarial. Cuadernos Empresa y Humanismo Nº 77. p. 10. [50]Llano, A.; (1990) Actualidad del humanismo empresarial. Cuadernos de Empresa y Humanismo Nº 26. p.3 [51]Op. cit. Llano, A.; (1990) p.2 [52]Op. cit. Llano, A.; (1990) p.5 [53]Op. cit. Llano, A.; (1990) p.7
Bibliografía
Temas relacionados: Economía Social, Sociedad, Juan Pablo Castillo Cubillo. Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
2 Comentarios
Route666
13/7/2017 12:41:48
Felicidades por la segunda parte, me encanta leer al estilo de las publicaciones clásicas, los hypertextos me matan, con tanto azulito, me fastidia mucho que se pierda el sistema que habéis usado, con lo bien que se podría aprovechar en Internet, no es habitual verlo y hace la lectura más comoda, no entiendo porque no se usa más en nombre de lo más moderno, con lo agradable que es, para no fastidiar el texto...
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Indalecio Alonso
16/7/2017 19:10:38
La segunda parte complementa perfectamente la primera, me ha resultado muy extraña la mezcla de autores, algunos incluso incomprensible fuera de la argumentación general, pero coincido con otros comentarios, aprovechar el sistema clásico de citas usado en los lectores electrónicos ha sido un gran hayazgo para poder realizar citas a modo literario, realmente curioso a estas alturas de Internet, sustituye con brillantez los molestos meta enlaces que te sacan de la página cada tres segundos.
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