1 de Octubre - Referéndum catalán: Manipulando los sentimientos y la indignación de sus ciudadanos.1/10/2017 Opinión Como ciudadano responsable que dirige esta revista digital no he podido evitar sentir una profunda punzada en el corazón ante los acontecimientos vividos hoy en España y que han dado la vuelta al mundo, así que desafortunadamente me veo obligado a escribir unas líneas. Aunque parezca increíble, tienen más que ver con esta página de lo que parece: intentamos promover el entendimiento, el progreso, la libertad y la paz bajo el estandarte del conocimiento, la educación, la reflexión y la cultura, algo que hoy ha brillado por su ausencia. Ocurra lo que ocurra mañana, la conducta de un grupo de dirigentes políticos empeñados en ocultar sus propias miserias, corruptelas y ajustes económicos propiciados por una crisis que no supieron evitar, ni paliar, con el objeto de mantener su poder localista e intereses económicos, va a dañar la convivencia una vez más entre seres humanos que vivían en armonía independientemente de los partidos de turno que decidieran elegir democráticamente los ciudadanos, tanto si se equivocaban, como si no. Haber seguido adelante con el referéndum del 1 de Octubre a sabiendas que la única consecuencia real y lógica sería causar los actos de odio, violencia o polémica que se hayan podido presenciar, magnificados hasta el absurdo por todo el planeta, tan solo benefician personalmente a quienes los promueven independientemente de los resultados en el plano de la independencia de un territorio, objeto al parecer último de este referéndum y que poco tiene que ver con el interés real de los promotores. El objeto de promover la falsa idea de unas fuerzas del orden opresoras en un país democrático, llamando una vez más a los fantasmas del pasado u ofrecer la idea de que la casi totalidad de la ciudadanía española desea causar un daño cruel y despreciable a parte de sus habitantes en un territorio concreto, con el objeto de afianzar su status político en dicha región, es uno de los actos políticos más irresponsables que un dirigente puede infligir a su pueblo. Desde el principio de los tiempos la historia nos enseña que uno de los mayores logros de la civilización ha sido dejar atrás las pequeñas rencillas territoriales para promover la paz y el progreso en un mundo donde la constante han sido las miles de guerras que se han sucedido y se suceden de forma interminable, muchas veces para el beneficio y los intereses de unos pocos. Promover el enfrentamiento como un gran espectáculo televisivo editable y manipulable por internet, es solo el final de una larga cadena de desatinos e irresponsabilidades tanto por parte de los políticos como de unos ciudadanos que se dejan embaucar, sin comprender ni verificar la veracidad de unos argumentos o la realidad histórica, que les han conducido a que seamos vistos ante el mundo una vez más como ese pueblo atrasado que se mata a garrotazos y que desde luego no somos por mucho que algunos políticos locales se empeñen en ello. La historia está para estudiarla por nuestra cuenta, sin guión de ningún tipo, entonces los resultados son devastadores: ¿Fue alguna vez en la historia independiente Cataluña? Sencillamente esta cuestión no tiene fácil respuesta, ya que historiadores y estudiosos no se ponen de acuerdo en si existió alguna vez algo parecido a una Cataluña independiente y realmente es algo que carece de una importancia real, puesto que el pasado no es más que la sucesión de desgracias, guerras, derrotas y victorias, pactos y traiciones, actos encomiables y otros despreciables que nos llevan a los actuales conceptos de libertad y democracia, completamente inexistentes cuando se apela a unos u otros orígenes, así que entrar en ese juego es absurdo. 1714 una fecha clave para los independentistas, pero tan solo una fecha. ¿Cataluña fue una nación como tal antes de 1714, con estado propio? Sencillamente NO, porque los estados-nación sólo existen, desde finales del siglo XVIII cuando el titular de la soberanía pasa a ser el conjunto de los ciudadanos con derechos que son iguales ante la ley y deja de ser el rey el fundamento de la legitimidad política. Los movimientos independentistas intentan enseñar a sus posibles seguidores que entre 1705 y 1714 Cataluña estuvo luchando por su independencia, pero desde un punto de vista histórico, estudiado con una perspectiva carente de los sentimientos y la pasión tan solo es un mito donde se afirma la pérdida de una independencia que como tal poco tendría que ver con una concepción moderna y democrática. Sencillamente tal contienda conocida como Guerra de Sucesión, ya que era la Corona de España la que se dirimía entre Felipe de Borbón y Carlos de Austria, era una guerra dinástica sin más, no un conflicto entre España y Cataluña, aunque Cataluña pagó un alto precio por apoyar al candidato derrotado.
Bueno exactamente no fue un apoyo del pueblo catalán, mejor dicho de sus dirigentes, porque su pueblo realmente poco opinaba, aunque este detalle histórico siempre es obviado en cualquier relato interesado, desde el principio de los tiempos, pues solo importan las pasiones del momento que tengamos que agitar, no los datos concretos que delimitan tales hechos históricos. Aquel conflicto terminó con las instituciones catalanas de una manera dura y cruel como en cualquier guerra, (quizás se debiera repasar un poco como la dinastía de los Austrias trataba a un pueblo o nación cuando caía derrotado a sus pies, no eran precisamente relatos de compresión y perdón, sencillamente eran otros tiempos). A partir de aquí podemos comenzar a crear todos los fantasmas que deseemos, todas las sociedades necesitan fabricar su propia versión de la historia a imagen y semejanza de sus intereses del momento, olvidando convenientemente las grandezas y recordando tan solo las miserias que puedan convenir o viceversa. En los últimos años la manipulación histórica ha continuado su ascensión a la cumbre del absurdo, para con su sombra ocultar la manifiesta corrupción de sus líderes (nadie habla hoy del 3%, del caso “Palau”) y así esconder la incompetencia para proteger a sus ciudadanos de una crisis económica y social con la ancestral excusa de la culpa “del otro” del “diferente que nos odia”. Pero lo cierto es que desde el principio de los tiempos, los seres humanos que han luchado y muerto en las guerras por propia voluntad, sin ser obligados a ello, lo han hecho con el objeto de ofrecer un futuro mejor a sus hijos y a sus compatriotas frente a un enemigo opresor tanto interno como externo. ¿Cuántos millones de seres humanos habrán muerto a lo largo de la historia engañados, pensando en las palabras de sus manipuladores, como solución a su sufrimiento? Siento una profunda tristeza cuando veo a donde hemos llegado hoy y el deseo en retroceder en el tiempo, hasta los momentos donde la palabra “igualdad” ni tan siquiera era concebible y opinar en libertad, fueras quien fueras era una quimera… Porque eso es lo que veo hoy, el deseo de manipulación, de generar odio, de mostrar imágenes violentas por intereses propios alterando la realidad objetiva, jugando con las leyes y las instituciones que defienden nuestro derecho a opinar libremente, vivir en libertad y democracia, para mostrarlas como monstruos que golpean al débil y pacífico. Y cuanta más violencia mejor, porque así la crispación y el odio irracional crecerá, todos seremos metidos en el saco de los monstruos, todos los policías y guardia civiles honrados que se juegan la vida todos los días, todos los militares, panaderos o carpinteros… Todos en el mismo saco, como si pensáramos igual, votáramos al mismo partido político y deseáramos dañar a nuestros compatriotas por rencores y envidias que poco tienen de reales y mucho de constructos artificiales generados por la política desde el principio de los tiempos. Me niego a seguir ese juego de la peor política, el futuro solo es posible desde la unión y la concordia no solo de España, si no de Europa y de todo un planeta. Los seres humanos deben aprender a no dejarse engañar y manipular por quienes quieren acabar con la convivencia pacífica y el progreso apelando a los sentimientos y las rivalidades sectarias del momento, algo que únicamente es posible con las armas de la educación y el diálogo, sin odiar a ningún pueblo ni acusarlo de los vicios de sus dirigentes de turno. Manuel Castelló (kasmangou) Temas relacionados: Kasmangou, Opinión, Sociedad, Economía social, Política, Medios de comunicación Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
3 Comentarios
Pepe Olmos
2/10/2017 00:36:51
Tiene toda la razón, como catalán entiendo perfectamente su reflexión, esta pantomima poco tiene que ver con querer que vivamos mejor aquí en Cataluña, mi tierra, esto es una cortina de humo para olvidar toda la corrupción que durante años a carcomido la política catalana y a nuestro pueblo, los recortes está ahí, igual que las empresas de trabajo temporal, los sueldos de miseria y los recortes de todo tipo y como solución: independecia. Solo querían manipular el cabreo popular y lo han conseguido, saben que no lograrán nada para la gente, solo para ellos y que gente normal del resto de España nos odie por todo esto y al revés, pero a ellos les da igual mientras sigan cobrando sus sueldos y haciendo sus negocios. Felicitaciones por tratar esta tragedia sin insultar buscando la paz y el progreso de todos.
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VICKY PASCUAL
2/10/2017 01:13:00
El presidente de la Generalitat anuncia hace media hora la victoria del si, seguro que ha sido un recuento muy democrático jua, jua.
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Gera Israel
2/10/2017 15:20:06
Está bien claro el independentismo se ha alimentado del comportamiento de rodos los partidos nacionales de Rajoy y del gobierno para meternos en este lio, podemos se frota ahora las manos, los nacionalistas nunca le estarán lo suficientemente agradecidos a Rajoy por hacer poco y tarde, los corruptos de fiesta porque ya no se habla de ellos, todo ha salido perfecto para los de siempre.
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