Adam Smith, nacimiento de las ciencias económicas: versión para Dummies y Haters de la filosofía27/4/2017 Adam Smith (1723 - 1790). WIKIMEDIA Hay muchas maneras de explicar la realidad, pero a veces lo mejor es que la historia nos la cuente a su manera, ¿Por qué algunos se empeñan sutilmente en hacernos olvidar la filosofía, mostrándola como algo inútil y complejo? Lo que van a leer a continuación es otra manera de ver la filosofía, la economía y la historia, un manual para comprender que el pensamiento reflexivo, quizás no es lo que ustedes piensan, pero ya puestos a escribir manuales ¿Qué tal uno que haga enrojecer al historiador más aguerrido?, vamos pues… Erase una vez… Unos tiempos convulsos para el Reino de Gran Bretaña, no nos engañemos, ya estaban acostumbrados desde la época de los romanos, lo de dar caña era lo suyo, así que después de la Guerra de los 7 años, Francia, que estaba muy cabreada, quería debilitarla y dejarla hecha unos zorros, en las Américas unos empresarios se enfrentaban a los Británicos con la ayuda de los que les tenían manía, y una transformación interna de toda Europa debido a la revolución industrial, estaba provocando cambios demográficos e intelectuales, la gente emigraba a las ciudades en desbandada con sueños que no tardarían en desaparecer después de 16 horas o más de jornada laboral extenuante partiéndose el lomo por cuatro céntimos, las 13 colonias americanas no tardarían en firmar su independencia (que total, visto lo bien que se llevan hoy en día, pues la verdad, se podían haber ahorrado la escabechina) y la Europa continental se peleaba agustito porque aún no habían inventado la Comunidad Europea y a los británicos todavía les quedaban unos siglos para diseñar el Brexit y volver a firmar la defunción. 1776 fue un año muy movido, Benjamin Franklin (Por cierto coincidió con nuestro protagonista), John Adams y Thomas Jefferson trabajando en la Declaración de Independencia. WIKIMEDIA En este desmadre, un tal Adam Smith estaba a punto de hacer que el mundo se replanteara los conceptos sobre el pensamiento económico, el tipo lo había clavado, entonces no había tanta prisa y después de más de 6 años de duro trabajo con la pluma, a la edad de 52 años, por fin conseguía ver publicado Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (o simplemente como mayormente se conoce La riqueza de las naciones) el 9 de marzo de 1776 apareció en Londres y fue todo un acontecimiento, era como cuando llegó la primera parte de Star Wars, aquello sí que lo flipabas, esta primera edición se agotó en tan solo 6 meses, era el primer gran escrito sobre economía política clásica y liberal, por vez primera la economía era analizada desde el prisma empírico, o sea, en serio, analizando datos, causas, consecuencias, intentado que dos más dos diera cuatro y si no, pues fuera, no vale. Se podría decir esa chorrada agraria de que la semilla de las ciencias económicas fue plantada ese 9 de marzo de hace un montón de años. Vámonos a la Escocia de los Inmortales (Es más tarde pero queda chulo). ¿Pero quién era este Adam Smith?, no era ningún desconocido por aquel entonces, Paris Hilton a su lado hubiese sido una pobre telonera de banda de barrio, el tipo nació en Kirkcaldy un pequeño pueblo escocés bañado por las aguas del Mar del Norte, cercano a Edimburgo, la que sería la cuna de la ilustración en Escocia la «Atenas del Norte», que para aclarar significa: tíos que van de guay porque piensan mucho hasta cocerse el cerebro y si te pones a leer hoy en día algo de lo que escribieron sin tomar cuatro Valiums igual sufres alguna dolencia cerebral. “No es por la benevolencia del carnicero, del cervecero y del panadero que podemos contar con nuestra cena, sino por su propio interés.” La riqueza de las naciones, Adam Smith. Adam era un buen niño de buen carácter y con una memoria y aptitudes excelentes para los estudios como demostró desde una muy temprana edad en la escuela elemental, algo así como el repelente niño Vicente, pero con falda a cuadros, cosa que continuó en la Universidad de Glasgow donde conoció a Francis Hutchenson, un profesor irlandés de filosofía moral y considerado padre de la ilustración escocesa (que sí una tía con muchos tatoos). Durante esta época Adam sería influenciado por Hutchenson aunque siempre se daría de bofetadas con sus ideas, porque se ve que también le salía la vena toca narices de niño repelente Vicente. Tras 3 años el chaval se graduó con una beca para estudiar en el Balliol College de Oxford concluyendo sus estudios a los 23 años de una manera laudable, flipante y alucinante. Francis Hutcheson, economista y filósofo considerado el padre de la Ilustración Escocesa. WIKIMEDIA. Demostró un dominio profundo de la filosofía clásica y de la época, a la vez de una gran habilidad oratoria en una serie de conferencias que impartiría en Edimburgo durante varios años abarcando desde la retórica a temas como la economía, aunque pocos testigos quedaron de estas andanzas que siempre recordaría en sus memorias como muy, muy felices del mundo de piruleta, porque está muy chulo eso de ponerte a hablar y que los demás se callen mientras se les cae la baba de lo listo que eres, (no nos olvidemos que entonces no se había inventado Gran Hermano y los paletos cavernícolas no hacían tanta gracia, algo sí, pero no tanta) solo algunos apuntes de algunos estudiantes fueron los testigos de ese periodo de este extraordinario personaje que se hubiera comido con patatas a cualquier tertuliano cutre de hoy en día, de esos que hablan de todo por los platós y se sacuden por un plato de lentejas, con morcilla y chorizo eso sí. La Liga de los Hombres Extraordinarios Es en esta época en la que se da a conocer como escritor con la publicación de algún artículo suyo en la Edinburg Review, un lugar de la leche para publicar, mejor que negocioscontra, pero de lejos, ya te digo… Por aquellos años conoció a otro gran pensador agrandando su círculo de hombres extraordinarios, (suena mal, pero quedaba chulo ponerlo y me recuerda a La Liga de los Hombres Extraordinarios – no la peli que es muy mala-) era ni más ni menos que el filósofo David Hume quien se llegaría a convertir en su mejor amigo. Este círculo de súper gente chula estaba integrado por intelectuales y científicos así como de grandes comerciantes que le empujarían a realizar su brillante obra: -Venga Adam, tío, con lo listo que eres y lo bien que rajas, hazte unas líneas para que pasemos el rato echando unas risas aquí en el club, que con las batallitas que te contamos de como ganamos la pasta, seguro que haces algo chulo, venga, ¡por fa! El tío hablaba que daba gusto oírlo, fue tan grande la repercusión de sus conferencias que no tardaron en ofrecerle un puesto de profesor de Lógica, (que tiene narices la cosa, porque si escuchas una clase de estas, todo es tan confuso y complicado que te pierdes y nada parece lógico) y claro, no tardó en cambiarlo por algo más chulo y convertirse en profesor de filosofía moral puesto mejor asalariado y que representaba un mayor aliciente intelectual ¡por favor... a donde va a parar Mari Pili?, que el niño vale!. François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, historiador, filósofo y abogado francés. WIKIMEDIA Como siempre Adam no tardó en darse a conocer como un excelente profesor y su fama traspasaría rápidamente fronteras, ¿Os lo imagináis? cuando terminaba las clases dos escoltas le sacaban rápidamente de las aulas mientras las grupis le acosaban, los paparazzi intentaban hacer una rápida acuarela y los más osados casi le clavaban la pluma en el ojo… -¡Adam quiero un hijo tuyo! -¡Como vea al Hutchenson, juro que le parto la cara, tu y solo tú! Debió ser una época dura, la fama no es lo que parece, decían que hasta el mismísimo Voltaire al cual conocería unos años más tarde, le enviaba alumnos deseosos de empaparse de su sabiduría. Y claro, llegó a ser el Decano de la facultad (aunque era probablemente más conocido como el put* amo, pero claro no queda mucha documentación de la época y la prensa del corazón no curraba tanto ) cuando parecía que nuestro querido Adam ya había encontrado su sitio en la vida y se dedicaría a disfrutar las mieles del éxito, de fiesta en fiesta, mujeres, vino, carruajes caros y capas de Armani, decidió que él aún podía llegar más lejos, se puso a escribir un año después y en 1759 publicaría su primer libro The theory of moral sentiments (Teoría de los sentimientos morales) Yo siento, tú sientes, él siente Con la “Teoría de los sentimientos morales” el tío creó una maravilla de la filosofía, en ella exponía los principios de la naturaleza humana que guiaban el comportamiento social del hombre, desmembró rollo psicópata con cuchillo de carnicero la naturaleza del por qué hacemos las cosas de una manera u otra, sentando las bases de unas ideas y conceptos nuevos que alcanzarán nuestros días. A diferencia de otro lumbreras Thomas Hobbes, no nos dice que seamos unos egoístas absolutos que nos movemos por nuestro propio interés, si no que el tipo analiza nuestro comportamiento y comprende la empatía, no se corta y nos habla del resentimiento, la venganza, la virtud, la admiración, la corrupción y la justicia, explora nuestra conducta a tope y saca conclusiones. “Si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces”. Adam Smith. A las posiciones estáticas como las religiosas les da un buen viaje, las cosas no son tan sencillas, las sociedades se mueven, evolucionan, vamos a algún lado, igual al precipicio, pero igual a algún sitio muy chulo que todavía desconocemos y eso mola mucho. Dota al egoísmo humano junto a la simpatía, o sea la empatía, de la relevancia de ser los mecanismos que mueven a la sociedad, así que como le encantó lo que había escrito, continuó desarrollándolas en su libro La riqueza de las naciones. Universidad de Glasgow, donde Adam Smith llegó a ser rector. WIKIMEDIA. Aquí el colega ya coge la directa, el libro nos cuenta que el egoísmo individual junto con la simpatía que le produce al ser humano su prójimo, confluye hacia el interés general de todos los mendas, así que eso al final es súper genial, porque hace que sigamos avanzando como sociedad, así que gracias a eso nos ponemos de acuerdo y mandamos cohetes a la luna, inventamos la penicilina, teles full HD o buscamos mecanismos para cuidar de la gente cuando la lían parda y todo se va al cuerno. Eso sí, tiene muy claro que la libertad siempre juega una pieza clave en la ecuación para el progreso, llegando incluso a decir que las injusticias provocadas por la libertad serían justificables para el bien común. Como el tío los tiene bien puestos, razona que cualquier injusticia provocada por la libertad en pos de un bien mayor, como parte de un orden natural, tiene su lógica y se saca de la chistera “la mano invisible” que actuaría de mecanismo regulador de la sociedad, vamos como un gran hermano, más chulo y con buen rollete que da ganas de achuchar y darle besitos, de lo guay que es. Obviamente si estás actualmente viviendo en Siria, Ruanda, Corea del Norte o en mi barrio y te dejas el coche abierto a las tres de la mañana igual, esta última parida del repelente niño Vicente, te repatea y tienes toda la razón. Pero se lo perdonamos porque parece ser que era un tío de buen corazón que intentaba dar sentido a todo y el cogote no le daba para más. Para variar, fue otro Best seller, como no podía ser de otra manera, su chupi vida continuó, pasaron 4 años y Adam recibió una oferta de trabajo que no podía rechazar, le ofrecían una más que lucrativa minuta y la oportunidad de viajar, cosa que no había podido hacer hasta entonces, porque mucho bla, bla, que si esto que si lo otro, pero el tío no había salido del barrio. Nuevo curro El trabajo tenía buena pinta, nada de trabajo a media jornada en una ETT, era algo fácil y de prestigio, ser el tutor del joven duque de Buccleuch, que con un nombre así, ya podías apostar que tenías un trabajo molón. Así que ni corto ni perezoso dejó su trabajo en la universidad y se embarcó para educar a su pupilo rumbo al sur de Francia, corría el año 1764, justito ese mismo año en Versalles falleció la favorita de Luis XV, Jeanne Antoinette Poisson, marquesa de Pompadour, (que no pinta nada en esta historia, pero me apetecía colar una tía, y así os ponéis alguna peli de la colega y os hacéis una idea de la época, y ya si tal os ambientáis y me ahorro las descripciones del escenario, que me aburren mucho) “La ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición”. Adam Smith. Sigamos, llegaron a Toulouse, lugar de reposo de los restos de otro gran pensador de otro tiempo Santo Tomas de Aquino, (otro menda que me apetecía poner, ¡Pues ala, lo pongo y listo!) pero no perdamos la pista a nuestro Adam, porque dicen que fue en este momento de la historia, durante los 18 meses que estuvo en la ciudad pasó lo impensable: ¡el tedio le rodeó y casi se lo machaca!, no dejándole otra salida que embarcar sus pensamientos sesudos en otra aventura intelectual, la que sería su gran aventura. Mira que el tío era rarito, se larga para ver mundo, ganar pasta y conocer gente guay a los Nueva York de la época y el colega en vez de eso como va de súper sobrado y todo le resbala, coge y se ¡aburre! David Hume filósofo, economista, sociólogo e historiador escocés. WIKIMEDIA Así que fue aquí en Toulouse luchando con el aburrimiento cuando comenzó su obra más conocida y que daría comienzo a la economía moderna. Pasó un tiempo y el rarito de Adam y el chaval dejaron Toulouse, su viaje los llevo hasta la ciudad donde nació Jean-Jacques Rousseau otro gran filósofo contemporáneo: Ginebra Ginebra y otros licores "El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado". Jean-Jacques Rousseau. Nuestro amigo aprovechó los meses para contactar con un disidente expulsado de Alemania y al que Francia le había negado la entrada, lo que le obligó a terminar refugiando en Ginebra, este no era otro que su admirado y querido François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, ¿A que este os suena? El tipo era escritor, historiador, filósofo y abogado francés al que Adam admiraba profundamente… curioso, aquí todos estudian filosofía ¿por qué será que ahora la quieren quitar de los planes de estudio y la comparan con las clases de gimnasia?... mejor no me adelanto, pero es que me pongo muy nerviosillo cuando bebo destilados caseros. (Causa única de la existencia de este texto) Tras pasarlo súper bien hablando de sus cosas, el viaje continuó dirección al norte de Francia, ya habían estado en el sur ¿qué les quedaba por ver?... -¡Pues claro hombre, que tonto! París París, era esa ciudad bañada por las aguas del Sena y que en unos años acabaría convirtiéndose en cuna de la democracia Europea y por supuesto de las cabezas en cestas para amenizar a las señoras mayores que hacían ganchillo, allí buscó a su gran amigo David Hume que en aquel tiempo ocupaba el cargo de secretario en la embajada británica para ganarse los cuartos. Como David notaba lo amuermado y aburrido que estaba Adam se lo llevó por los salones más selectos de la capital de Francia, entre la gente que conoció en aquellos garitos VIP se encontraba François Quesnay, un cirujano y economista, bueno no cualquier cirujano, el cirujano del rey que con el tiempo pasaría a ser el médico del rey hasta convertirse en el médico consultor, otro hombre extraordinario y que junto a Vincent de Gournay formaría paulatinamente el grupo filosófico de los economistas o fisiócratas. Este Quesnay era un estudioso que compaginaba sus estudios de economía con las intrigas palaciegas donde se lo pasaba en grande, entre los tejemanejes de la gente guapa de las revistas rosas. François Quesnay, cirujano, economista de la escuela fisiocrática un hombre que Adam Smith recordaría siempre. WIKIMEDIA El François este era todo un personaje que hizo mella en Adam, aunque en su obra le diera el origen de la riqueza al trabajo, las ideas de Quesnay y sus fisiócratas no dejaron indiferente a nuestro viajero. Aquellos seguidores de la máxima de Le Mercier de la Rivière, <<Laissez faire,laissez passer, le monde va de lui même>>, «Dejen hacer, dejen pasar, el mundo va solo» calaron profundo en él, hasta el punto de pensar en dedicarle a este tema la sustancia y caldo de lo que estaba trabajando, pero al final no pudo ser porque el chaval la palmó dos años antes de la publicación. “En realidad, la atracción o el afecto no son más que simpatía de la costumbre”. Adam Smith. El tiempo pasaba, corría el año 1767, ya habían pasado 3 años del comienzo de su peculiar aventura por Europa en la cual se empapó del conocimiento de muchos figuras como él, grandes pensadores de una gran época de cambios, cuando de repente, el fallecimiento del hermano menor del duque de Buccleuch les obligó a Adam y a su pupilo a regresar a Londres de manera forzosa. ¡Qué verde era mi valle! Una vez en su tierra natal, volvió a Kirkcaldy, aquel pueblecito que le vió nacer, un pueblecito de pescadores bañado por las aguas del Mar del Norte, donde por cierto se contaba que fue raptado por unos gitanos a la temprana edad de 4 años, aunque esa ya es otra historia, pero me apetecía ponerlo también para adornar la cosa. Así pues Adam volvió a casa, una vez instalado, se embarcó en la empresa que comenzara en Tolouse unos años atrás, pero esta vez se alejaría de todo tipo de distracción (se cuenta que el pringadillo era tan serio y sobrio que nunca mojó con tía alguna) Así que puso codos en la tranquilidad del pueblo que le vio crecer, pero este hombre ya no era el niño aquel, que lo iban raptando y soltaba discursetes para ser popular y estar en el candelabro, sus estudios, su afán por aprender y las numerosas vivencias y gente que había conocido le influenciaron, dándole un punto de vista de la sociedad más amplio, un prisma más empírico, una visión ya madura que plasmó en su gran obra Teatro Adam Smith, fundado en 1899 en Kirkcaldy. WIKIMEDIA ¡Flipando al personal! Así que cuando su libro se publicó, los dejó a todos flipados, elevó la economía política a la categoría de ciencia. Analizó todas las teorías económicas creadas hasta aquel momento usando unos criterios empíricos, superando a las demás posturas como la fisiocracia de los colegas franchutes… él consideraba que la riqueza de una nación no depende de sus recursos naturales sino del trabajo, el cual con la división adecuada, se logra unos resultados en cuanto a gasto y producción imbatibles y súper turbo que la petas. Aunque él mismo era consciente que la realización de trabajos repetitivos idiotizaría al personal –el tipo era economista, pero economista con principios, que no es lo mismo- , le daba una gran importancia a que el estado incentivase la educación, pues con gente idiota (o sea idiota, pero idiota de verdad, estilo Mujeres, hombres y viceversa o Sálvame para que nos entendamos) tenía claro que no se avanzaría como sociedad y aunque en su postura el estado no debe participar en el crecimiento económico y la peña tiene que ir a su bola, es una parte importante en la sociedad para que todo funcione como un reloj suizo. “En realidad, la atracción o el afecto no son más que simpatía de la costumbre”. Adam Smith. Tocó temas peliagudos, otros aburridos y otros que te ponen nervioso como el “valor de uso” y el “valor de cambio” que lo complican todo aunque él entendía los conceptos claramente, si tú no, pues es tu problema, ¿a mí que me cuentas?… pero no vamos a entrar en esto ni en el “valor abstracto” ni nada parecido, esto se lo dejo a los economistas… el marrón para otros, que ya llevo consumidos varios litros de destilado casero para conseguir acabar esto y paso de liarla más. A ver, el colega se enrolló al máximo y sus ideas como que la separación del trabajo provocaba un aumento en la productividad y la postura de que los precios en sí asegurarían el equilibrio entre la oferta y la demanda, serían las bases en las que se asentaría nuestro capitalismo. Estatua de Adam Smith en la Royal Mile (Milla Real) la calle más famosa de Edimburgo. WIKIMEDIA
Nuestro querido y serio Adam no ha dejado de influenciar a la sociedad en muchos aspectos como cuando en sus libros aventura una tesis sobre el dinerito, la distinción sobre el trabajo productivo y el trabajo improductivo, tema que retomará Karl Marx en el Capital, liándola a gusto con la Revolución Rusa, el comunismo y bla,bla,bla. Es innegable que ha servido de base a pensadores como Milton Friedman, David Ricardo o Hayek (nombres que os aconsejo recordéis para quedar de lujo si queréis dar a entender que sabéis un pelo de esto delante de gente que va de lista) Total, que la petó bien petada, su libro tuvo una gran acogida y después de esto se retiró a Edimburgo a llevar una vida tranquila, fue nombrado años después rector de la universidad de Glasgow y su saber hacer fue objeto de honores, peloteos varios y demás crónica rosa, aunque él no necesitaba de reconocimientos, estaba ya disfrutando el descanso del guerrero. Fin de lo que se daba. ¿Y ahora qué? Y ahora, en las puertas de la cuarta revolución industrial donde todo se automatiza y el ser humano realizando tareas repetitivas desaparece porque un robot sale más barato, después de la Gran Recesión y en la economía del crecimiento 0, o 1 o 20… con el Brexit calentito, Macron y LePen cara a cara, con la política patas arriba y los juzgados repletitos, en un momento así aún hay que escuchar que la filosofía es una asignatura de segunda categoría, que estos tipos hay que olvidarlos, que no son relevantes, que no hay nada interesante que nos puedan contar o enseñar. “No puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados”, Adam Smith. -¿Qué pensaría nuestro Adam o cualquiera de esos hombres extraordinarios que se cruzaron en su camino, todos estudiosos y conocedores del comportamiento y el alma humana? Necesitamos más que nunca comprendernos a nosotros mismos para poder hacer frente a lo que se nos viene encima, no dejarlo en el cajón del olvido, en manos de unos pocos que tampoco saben a dónde va esto, o lo que es peor, lo saben de sobra, estamos corriendo a ciegas y la solución no es correr más deprisa, no servirá para escapar del desastre, si los jóvenes no conocen la evolución del pensamiento, si no comprenden las infinitas vías de solucionar los problemas que nuestro cerebro nos brinda cuando le damos opciones y nos limitamos a un pensamiento único, pragmático y cortoplacista, puede que algún día todos los textos suenen como este, pero sin una historia que valga la pena contar. Manuel Castelló (kasmangou) Temas relacionados: Kasmangou, Opinión, Sociedad, Economía social Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
1 Comentario
4/9/2019 20:05:49
me gusta saber el origen y los creadores de las distintas ideologías que dieron forma a los modelos distintos modelos correspondientes.... y Adam es seguro que es genial y hasta se podría decir de casi todos los modelos e ideologías desde entonces hasta hoy.... pienso, sin miedo a equivocar... que NO ES LA DERECHA, CENTRO O IZQUIERDA LA ENEMIGA DE LA HUMANIDAD, SINO QUE LA MORTAL ENEMIGA ES LA "CORRUPCIÓN" DESPUES EL MODELO SERA EL QUE MAS SEA NECESARIO SEGÚN EL QUE ELIJAN LOS HOMBRES PARA VIVIR... "PERO UNA VEZ ELIMINADA LA CORRUPCIÓN" COMO PRIMERA PRIMICIA
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