Bienvenidos, ¿De qué va esto de Negocios Contra La Obsolescencia?

Autor: Pipatilas

Si le preguntamos a un amigo que juego le gusta y nos contesta: "Que el ajedrez le encanta", lo más probable es que no pongamos caras raras, quizás, incluso sintamos cierta admiración por lo que ello implica, pues desde hace años el ajedrez se relaciona (acertadamente o no), con la inteligencia, la serenidad o la cultura, con toda seguridad no le diremos que es un juego antiguo: "es que es tan viejo que funciona hasta en mi Pentium II de desguace".

Probablemente no le miraremos con cara de "este tío es tonto", sino todo lo contrario, este juego tiene siglos, se lleva jugando alrededor del mundo desde tiempos inmemoriales y hasta tiene un origen incierto y bello relatado en un precioso cuento del libro El hombre que calculaba, de Malva Tahan  que encarecidamente os aconsejo leer.

Así que  no creo que nadie diga que está anticuado, que tiene una jugabilidad limitada o que hace tiempo que no se sacan ampliaciones. (Por cierto si no sois aficionados al jueguecito de marras poner en Google ChessBase... o Fritz ! a ver si sale algo del temita).

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Obviamente todo eso nos parecería descabellado, pues sí amigos, lo que es bueno es bueno, en una época de inmediatez, de irreflexión y donde la telebasura reina en nuestros avanzados televisores multimedia con resoluciones por encima del Full HD (donde podemos analizar con precisión quirúrgica el cutis de tal o cual concursante y nominarlo porque se le notan esos feos poros entre el maquillaje) todavía nos queda alguna neurona.
 
-¿Por qué seguimos jugando al ajedrez después de tantos siglos? 
 
-¿Por qué a nadie se le ocurre ofrecerte echar una partidita al Quake 3 Arena?
 
-¿Esta es la cuestión qué diferencia al ajedrez de un juego de ordenador o consola?
 
-¿Qué diferencia un coche de los años 50 de un coche actual?
 
-¿Por qué preferimos un GTO con medio siglo antes qué un Seat Ibiza recién salido de fábrica?
 
-¿Por qué mi teléfono de 3 Gigas de RAM se rompe en dos años inexorablemente  y tengo un Commodore del año 1978 con unas pocas kas que va perfecto?
 
-¿Por qué a mi novia su antiguo Nokia de principios de siglo, el cual usa de forma habitual como...(ejem, esto mejor lo dejamos), parece que nunca le va a fallar y a mí me considera menos fiable?
 
Bromas aparte, al principio, mi visión de la obsolescencia fue completamente negativa pero con el tiempo he descubierto que las cosas no son tan simples como parecen, que no todo es blanco y negro, lo cierto es que la obsolescencia programada tiene problemas terribles, pero sin ella, nos guste o no, los avances no habrían dado lugar en un periodo tan corto de tiempo.
¿Para qué querríamos comprar un nuevo Android con pantalla de 6 pulgadas o un potentísimo iPhone, si con nuestro antiguo teléfono de 3 pulgadas y media irrompible nos apañamos de sobra?
¿Realmente creamos necesidades donde no las hay? , o estos dispositivos vienen a cubrir necesidades que ya teníamos pero que no podíamos resolver, este dilema entre lo que podemos hacer y lo que realmente hacemos, ese potencial del ser humano entre lo que hace y lo que debería hacer, creo que es la clave de la humanidad,  es obvio que estamos llegando a un abismo donde la falta de recursos puede poner en peligro a la raza humana, al igual que la destrucción del planeta por la aniquilación de la naturaleza y del ecosistema.
 
 Por un lado debemos vivir, avanzar, trabajar, hacer negocios, y ser FELICES, pero por otro lado debemos hacerlo de una manera sostenible y dejar de matarnos en inútiles guerras y conflictos varios (que no nos engañemos, en todas, más allá de la sin razón religiosa y la manipulación de las sociedades para matarse entre sí, lo que subyace a todo es el DINERO de quien las promueven, el deseo de poder y de hacer negocio con sus gentes o sus recursos).

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Aquí no vengo a hablar de política,  en mi página no quiero, ni odiar ni amar a la tecnología, sino tomar su justo punto de equilibrio,  ver, analizar, reflexionar, quiero pensar, diferenciar entre lo que es avance tecnológico y lo que es superfluo, y quiero que me ayudéis a llegar a ese punto de conocimiento, donde podré diferenciar entre lo que realmente vale la pena y es útil de lo que realmente nos conduce al abismo, no quiero ser grandilocuente, no quiero hacer grandes análisis de mercado, ni políticos, ni creo que esto tenga ya algún sentido en un mundo donde la inmediatez sustituye la verdad, donde una imagen vale más que mil palabras y los libros duermen el sueño de los justos, (porque están llenos de ellas, snif, snif..) difícilmente yo tengo algo que decir en este momento.
 
No tengo claro a dónde vamos, solo quiero poner un poco de luz en mi limitado entendimiento, a través de ejemplos, a través de puntos básicos desde los cuales ampliar hacia un entendimiento general de lo que ocurre.
 
Y sí, me gustan los negocios, me gusta ir a comprar, me gusta tener una vida agradable, pero NO, a costa de los demás, no a costa de la naturaleza, no a costa de mis semejantes, no a costa del resto del planeta.

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Veo muy importante poder diferenciar lo que es prescindible de lo que es necesario y la necesidad de transformar lo prescindible en imprescindible haciéndolo útil, de cómo tomar recursos inútiles y convertirlos en algo que nos ayude a ser más felices.
 
Vamos al tema, que diferencia lo que vas a leer del resto: muy sencillo, PERSPECTIVA Y ESCEPTICISMO (Esto último en honor de mi respetado y admirado Carl Sagan)
 
Un ejemplo, imaginemos todas esas webs, blogs, youtubers y demás páginas, que pasadas tres horas de salir el último “PeraPhone” (madre mía, que chistecillo más patético) ya nos ofrecen extensos artículos sobre prestaciones, facilidad de uso, rendimiento, y lo preciosas y chulas que son sus carcasas intercambiables a juego con nuestra chaqueta.
Imaginemos ahora que la NASA, presenta su nuevo transbordador espacial, os imagináis a estos mismos señores (y señoras... y gays, y lesbianas y transgénero, y herbívoros nipones) analizando sus prestaciones, rendimiento y las ventajas del nuevo sistema operativo instalado en la lanzadera para gestionar el delicado momento del encendido de los propulsores.
¿Lo pilláis?...
¿Acaso no hay condensado en un teléfono móvil, en un coche o en ese portátil que se ha comprado tu vecina...? (o vecino, o gay, lesbiana, lesbiano, transgénero y el  modosito herbívoro nipón -espero haber dejado ya claro que no soy sexista, ni machista ni otros -istas con los que se os ocurra insultarme), bien pues como iba diciendo..., ese portátil que se ha comprado tu vecina para subir sus fotos en vacaciones a las redes sociales, ¿no tiene la misma tecnología de vanguardia que ese transbordador o más?
Es más...¿Quién creéis que tiene más presupuesto en I+D, la NASA o todas estas empresas?,
¡¡¡Exacto!!!, así que , ¿cómo es posible que un chaval con 25 años y una formación básica en tecnología (en el mejor de los casos y da gracias si conoce la ley de Ohm o ha leído algún estudio sobre Ergonómica) opine tan alegremente como si fuera fútbol? (vaya, ya me he metido en otro charco!, lo juro no tengo nada contra el fútbol, creo...).

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Yo me paso el día trabajando entre la más avanzada tecnología de comunicaciones y militar, con la experiencia que me da, además, estar rodeado de equipos que valen millones (si, millones de euros)  y uso a diario, bueno, creo que después de tantos añitos en el ajo, algo he aprehendido y aún así me parece una LOCURA opinar sobre un dispositivo que haya salido hace tres horas o tres meses (sí, soy rarito, ya lo sé, por eso, tengo pocos amigos y escribo esto, para compensar mi soledad), no me vería cualificado ni para decir si realmente lo veo bien empaquetado en su cajita...
¿Hasta qué punto hemos banalizado la tecnología de consumo?
¿Estamos ya completamente ciegos o ha sobrevivido alguna neurona que ponga orden?
 
Pues de eso va esto, de intentar encontrar el alfiler en el granero y encima hacer que nos sea ÚTIL (aunque sea para pincharnos y descubrir que aún nos queda sangre en las venas!!!).

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Yo me paso el día trabajando entre la más avanzada tecnología de comunicaciones y militar, con la experiencia que me da, además, estar rodeado de equipos que valen millones (si, millones de euros)  y uso a diario, bueno, creo que después de tantos añitos en el ajo, algo he aprehendido y aún así me parece una LOCURA opinar sobre un dispositivo que haya salido hace tres horas o tres meses (sí, soy rarito, ya lo sé, por eso, tengo pocos amigos y escribo esto, para compensar mi soledad), no me vería cualificado ni para decir si realmente lo veo bien empaquetado en su cajita...
¿Hasta qué punto hemos banalizado la tecnología de consumo?
¿Estamos ya completamente ciegos o ha sobrevivido alguna neurona que ponga orden?
 
Pues de eso va esto, de intentar encontrar el alfiler en el granero y encima hacer que nos sea ÚTIL (aunque sea para pincharnos y descubrir que aún nos queda sangre en las venas!!!).

Manuel Castelló (kasmangou)

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