Bullying y Ciberbullying: Las cifras del miedo.

Desde el principio de los tiempos, durante la fase escolar, todos hemos conocido a ese niño que parecía destacar entre el resto de la clase por alguna diferencia o característica peculiar, bien fuese de manera positiva o negativa.

Pues bien, en mi época escolar, yo era una niña normalita, que se llevaba bien con todo el mundo,  jugaba y me divertía según marcaba mi edad, pero había una niña en clase que no… ¿A alguien le suena?
 
Esta niña para empezar, tenía un par de años más que el resto de los que estábamos en clase, era “repetidora” y  además el primer año que empezaba el curso con nuestra clase donde todos ya nos conocíamos, así que destacar era inevitable.
 
 -¿Por qué había repetido tantas veces el mismo curso? me preguntaba.
 
-Si a mí no me costaba mucho trabajo hacer los deberes y los exámenes que nos ponían en clase, ¿Por qué ella no lo conseguía?
 
 Pues bien, con el tiempo supe que esta niña tenía un pequeño problema que le impedía comprender del mismo modo y al mismo ritmo que al resto de compañeros y por eso pasaban los años mientras ella seguía sentada en su mismo pupitre.
 
A parte de dificultades de comprensión en  las materias impartidas, la niña tenía también dificultades para relacionarse con el resto de los compañeros. No se acercaba a nadie, no miraba a los ojos, no hablaba…

El Periódico
 
Recuerdo que los profesores acudían frecuentemente a explicarle las tareas que tenía que hacer y además en las horas del recreo, se solía quedar en el aula de la pedagoga.
 
Curiosamente era ahí, con la pedagoga, donde a lo lejos la podías ver hablar, gesticular, y reírse tranquilamente.
 
Pues bien, mi madre era maestra en un centro de educación especial y por pura casualidad, una de las veces que vino a buscarme a mi colegio, nos vio a casi todas las chicas de clase juntas, quedábamos en el parque para terminar los deberes y hablar de nuestras cosas… Todas menos una…
 
Durante el camino a casa, mi madre extrañada, se interesó por la nueva compañera de clase, hasta que pasado un rato me preguntó si la iba a invitar a mi cumpleaños, ya que solía invitar a todos los compañeros.
 
Sorprendida, le comenté a mi madre las dudas que yo tenía acerca de invitarle porque que esa niña no hablaba nunca con nadie y no sabíamos nada de ella, salvo que hacía otros deberes y que iba con la pedagoga.
 
Al decirle esto mi madre me explicó lo que suponía que le pasaba a la niña y cómo podía ayudarla a relacionarse un poco más, tras lo que me sugirió  invitarla al cumpleaños.
 
Pues eso hice, me acerqué a ella al día siguiente y le pregunté si quería venir a mi casa, le di mi colorida tarjetita de cumpleaños, pero no me respondió. Era más o menos lo que esperaba que  sucediera, así que sencillamente di media vuelta y regrese con mis amigas.
 
Esa misma tarde, llamaron al teléfono de casa.
 
Era la madre de esa niña tan particular, quería comprobar que la invitación no fuese otra tomadura de pelo.

Pedro Armestre/Save the Children
 
Cuando me lo dijo luego mi madre, me sorprendió muchísimo, ella al ver mi reacción me explicó tranquilamente y con paciencia como había muchos niños que no tratan bien a los que eran diferentes, o se aprovechan de sus dificultades para hacerse los “guays”.
 
Todo esto era tan increíble para mí… Yo había ido solo a los colegios donde había trabajado mi madre y nunca vi que estuviese con niños ni malos ni problemáticos, para mí tan solo eran niños grandes.
 
 
Reconozco que era una niña muy inocente que siempre he creído todo lo que me han dicho, sin plantearme lo contrario, hasta los Reyes Magos eran más de carne y hueso que mi propio brazo, así que la vida transcurría sin mayores sobresaltos…
 
Llegado ese momento no me podía creer que existiese gente tan mala y tan cruel como para insultar o ridiculizar a esta niña que no había hecho nada a nadie, que jamás se había metido con nadie… Pero lo cierto es que todos la dejaban de lado y nadie la defendía.
 
Un curso después, ella siguió acompañándonos en clase, no repitió más, pero su vida ya empezó a no ser la misma.
 
De algún modo, saber de todo esto fue como entrar en otra dimensión, casi catártico, en mi clase empecé a ver personalidades de niños y niñas muy oscuras que parecían molestarse tan sólo su presencia.

leanoticias.com
 
Aprovechaban cada segundo sin un profesor delante para meterse con ella, lanzarle una tiza o lo que se les ocurriese en cada momento, el ingenio de un niño para causar daño es casi infinito.
 
Conforme pasaba el tiempo, entendía mejor porque la desafortunada niña iba sola o con la pedagoga en los recreos, porque no hablaba a nadie, porque llamó su madre cuando la invité al cumpleaños anterior…
 
Personalmente, jamás me metí con ella, pero una de las cosas que más me arrepiento de esa parte inicial de mi vida y todavía lo sigo haciendo, incluso a día de hoy, es no haberme metido en medio para defenderla o decírselo a algún profesor, sencillamente me sigue doliendo no haber hecho nada.
 
Si tenéis la ocasión y  le preguntáis a vuestros abuelos o padres, seguro que os cuentan como recuerdan en su colegio a un niño al que llamaban, “el orejotas”, “dumbo”, “cuatro ojos”, “gafotas”… o cualquier mote dirigido a realizar  una cruel mofa hacia una característica concreta del pobre infante. Pues bien, aunque os parezca algo tonto, esto y lo anterior que os he contado es exactamente lo mismo: bullying.
 
Las cifras del miedo.
 
Pues bien, a día de hoy las cifras estadísticas son escalofriantes, se calcula que más de un 44% de los niños de entre 8 y 10 años han sufrido acoso escolar y 3 millones de niños faltan a clase por miedo al acoso al que están siendo sometidos.

Porcentaje de niños y niñas víctimas de acoso según Comunidades Autónomas. Promedio en España año 2016. Fuente: Save the Children
 
Bullying es una palabra anglosajona que quiere decir “intimidación” y que con el paso del tiempo se ha trasladado al mundo de la pedagogía y la psicología de manera común y generalizada para definir este problema , que desde luego no es nada nuevo analizado con perspectiva.
 
El Bullying (o acoso escolar) es un maltrato, ya sea de forma física o verbal que recibe un niño de forma continuada por parte de uno o varios compañeros, los cuales tienen una actitud cruel con la única finalidad de asustar y someter a su víctima.
 
Por desgracia es una palabra que leemos o escuchamos cada día más en los medios de comunicación, ya que comienzan a ser innumerables los casos que están saliendo a la luz: agresiones, acosos, intimidaciones o persecuciones que se están detectando en las escuelas de todo el mundo y que están alcanzando cotas verdaderamente aterradoras.
 
A pesar de que la escuela debería ser un lugar donde los niños se sientan seguros para muchos de ellos, supone ser la fuente de un tipo de violencia muy concreta que sufren a manos de sus propios compañeros, se trata del mencionado  acoso escolar o bullying. Sabemos que a día de hoy, hay muchos niños y niñas que por distintas razones y sin saber el porqué, sufren un maltrato físico y/o psicológico por parte de sus compañeros de escuela con actitudes como la discriminación, homofobia, violencia física, verbal u otras.
 
Por desgracia, el país que va a la cabeza de violencia escolar, entre los que disponemos de cifras, es México, donde 7 de cada 10 niños sufre cada día algún tipo de acoso. La cifra es realmente desproporcionada, hablamos de un sometimiento violento en la mayor parte de la población escolar, en un país donde las tasas de violencia y muertes violentas en la edad adulta, casualmente son también elevadísimas.

Fuente IPN / Autor Eduardo Salgado
 
Si observamos con un poco más de detenimiento las cifras, aún son más preocupantes, el 85% de esta violencia ocurre dentro de la propia escuela y el 82% del colectivo de niños discapacitados también sufren estos abusos en la escuela, superando las cifras de la medía, es decir no solo no reciben una especial atención destinada a su protección, sino que además su vulnerabilidad se ve aumentada.
 
Además y por desgracia, para empeorar la situación, más del 80% de los casos no son tratados, porque no se habla de ello a los profesores de la escuela o al resto del equipo pedagógico de haberlo.
 
La victima de bullying suele permanecer callada ante este problema, agravándolo muchísimo más, sufriendo el dolor, la intimidación, la angustia y el miedo de forma solitaria. El acoso escolar o bullying acarrea unos efectos negativos en la salud tanto física como emocional, en el rendimiento académico de los niños y niñas, sobre todo si esa violencia es reiterada o contundente y por desgracia, cada día conocemos más casos que acaban en suicidio. Además de influir en el clima escolar del centro educativo, pero sobretodo, del aula.
 
 

• Verbal: es el más común, solo afecta a la víctima y su autoestima. Se basa en insultos, motes, bromas de mal gusto…

 

• Físico: implica un contacto y proviene de personas agresivas que atacan mediante empujones, golpes, patadas…

 

• Social: este es difícil de detectar ya que sucede a espadas de la víctima, y es el conseguir que el agredido no consiga pertenecer a ningún grupo y que no interactúe nadie con él. Aislarlo socialmente.

 

• Psicológico: infunden el miedo en la victima con amenazas con el fin de obtener algo de él.

 
Según un estudio reciente en España se calcula que un 1,6% de los niños y jóvenes lo sufren de forma constante y un 5,7 de forma esporádica… Ahora pensemos en todos los casos de los que no se habla y se desconocen e intenta hacer el cálculo tú mismo.

UNIR
 
Avance tecnológico igual a nuevas formas de acoso.
 
A todo esto, que ya es bastante terrible, debemos añadir un nuevo factor a la ecuación desconocido hasta hace casi dos décadas: el avance tecnológico, con lo que al acoso escolar o bullying, debemos añadir el ciberacoso o ciberbullying. Con lo cual, el acoso continúa una vez estos niños y niñas están incluso en sus casas.
 
Debemos darnos cuenta y ser realmente conscientes de la gravedad que tiene este fenómeno  que además, aún no ha sido abordado ni reconocido conforme es realmente. El ciberacoso representa nuevas formas de violencia que viven millones de niños y niñas en España y alrededor del mundo y que siguen creciendo día a día al igual que el acoso escolar, provocando  repercusiones negativas de todo tipo en su bienestar, desarrollo y el ejercicio de sus derechos.
 
El acoso escolar cibernético es como su propio nombre indica, el uso de la tecnología (móviles, videojuegos online, Internet, redes sociales) para amenazar, acosar, avergonzar, intimidar o criticar a otra persona. Este tipo de acoso se produce sobre todo  entre niños y niñas y adolescentes.
 
Muchas veces, el ciberacoso es fácil de detectar, ya que el niño o niña puede mostrar por ejemplo un mensaje de texto, a través de Twitter, Facebook u otra red social… el cual sea violento o malintencionado.

Porcentaje de niños y niñas víctimas de ciberacoso según Comunidades Autónomas. Promedio en España año 2016. Fuente: Save the Children
 
Otro tipo de acoso sería la suplantación de identidad a través de Internet o colgar información personal, fotos o videos comprometidos para avergonzar a la otra persona. Además, ya sabemos y se ha denunciado en multitud de ocasiones con qué facilidad se pueden crear cuentas de usuario en diferentes redes sociales con identidades falsas con la única intención de acosar y acechar a las víctimas.
 
No debemos olvidar, que si un adulto participa en este tipo de acoso se convertiría en un delito, el cual puede tener consecuencias legales, llegando incluso  a condenas de cárcel. A este tipo de acoso se le conoce como grooming.
 
El ciberacoso se presenta principalmente en los siguientes modos:
 

• Colgando una foto (real o editada) en la que aparece la victima de forma comprometida con el fin de avergonzarla o dañarla.

 

• Creando perfiles falsos en redes sociales, con fotos y datos personales de la víctima e incluso poner textos o estados inventados en los que se relaten experiencias personales falsas.

 

• Poner comentarios ofensivos hacia la víctima en foros o chats públicos.

 

• Usurpar sus cuentas sociales o de correo electrónico con el fin de poner información, imágenes, opiniones o experiencias falsas, también con el objeto de dañarla o avergonzarla.

 
En realidad el ciberbullying y el acoso escolar no son dos temas tan parecidos como podemos imaginar a priori, ya que si bien, en ambos se da un abuso entre niños de similares edades, en poco más se parecen. El ciberbullying se presenta de muchas maneras, al igual que los métodos para abordar a las víctimas o las secuelas resultantes.

Fuente: Save the Children/Statista
 
El ciberbullying es considerablemente más grave por culpa del anonimato del agresor, la dificultad para percibir los daños de forma rápida y la facilidad para adoptar distintos roles por parte de los acosadores que las actuales redes sociales en Internet les posibilitan.
 
Las personas que sufren este ciberacoso suelen presentar un bajón considerable de autoestima, incluso a veces se auto-inculpan frente a lo que les pasa. Les crea una inseguridad en sí mismos, así como vergüenza de no ser capaces de controlar la situación y solucionar los problemas que se van encontrando.
 
En muchos casos, sucede algo realmente grave que como hemos comentado a principio empeora la situación, tornándose en una pescadilla que se muerde la cola: las victimas se sienten coaccionadas para permanecer calladas ante este problema por miedo a las consecuencias que tendría denunciar el acoso.
 
Además, suele ir de la mano un descenso drástico en su rendimiento escolar, que además retroalimenta su baja autoestima… Si a esto le sumamos que suelen tener un mínimo apoyo social, se dificulta que puedan crear lazos afectivos con otras personas, dificultando su desarrollo socio-afectivo futuro.
 
En los casos de un ciberacoso de manera muy continuada, lo más probable es que la víctima acabe mostrando problemas de estado de ánimo e incluso patologías de trastorno de la personalidad, como depresión severa, incluso fobia social o agorafobia (miedo a los espacios abiertos), lo que por desgracia suele incluso acabar incitando a la víctima al suicidio, ya que desde su desesperación acaban viendo como quitarse la vida resulta la única manera de terminar con sus problemas sin tener que enfrentarse a ellos o con los agresores, al no verse respaldados y tener además que pasar la vergüenza de admitir lo que está sucediendo o quizás el delicado motivo que causó el comienzo del acoso.

Fuente: Todos contra el ciberbullying.
 
A nivel legal en España, el ciberbullying supone una serie de delitos de gravedad que pueden provocar hasta penas de cárcel, aunque sólo se pueden imputar estos delitos a menores desde los 14 años, por lo tanto, no entrarían en prisión. Se ha denunciado en múltiples ocasiones la levedad de las penas a menores en estos casos, es un tema delicado, donde la víctima puede a su vez ser un niño con otros problemas, por ejemplo.
 
Aun así, existen medidas legales disciplinarias que se ponen en práctica ante estos casos, además de hacer caer la responsabilidad sobre el agresor en primer lugar y después a los responsables del menor, y por último al centro de estudios. Ahora bien, estas medidas varían mucho de un país a otro, incluso de una provincia a otra dentro de nuestro país, ya que el comportamiento del centro en concreto donde se produzcan los hechos  viene determinado por una lado por su propia política interna y la actitud de la administración local, determinando en muchos casos las posibles consecuencias, máxime cuando la tónica general en muchos centros es tendente a observar un exceso de dejadez en un problema que sin duda es creciente, pero donde se mira hacia otro lado, llegando a situaciones trágicas como ya hemos podido comprobar y que más de una vez se han intentado ocultar por el propio centro.
 
En los casos de ciberbullying se suelen dictar sentencias por inducir al suicidio, lesiones físicas o psicológicas, amenazas, delitos contra la integridad moral o intimidad, violación del derecho a la imagen, revelación de datos secretos o personales, usurpación de identidad, etc… pues el número de consecuencias de este nuevo problema es muy elevado.

Educaintef/Ministerio de educación
 
Debemos crear una mayor concienciación y formación sobre esta problemática tanto en los colegios como en los hogares. Padres, hijos y profesores deben ser adecuadamente alertados por la gravedad de estos actos, el perjuicio a las víctimas y advertir de las penas a los posibles agresores. Pero sobre todo debemos encontrar y fomentar las medidas encaminadas a la detección de posibles víctimas y  tratarlos adecuadamente para la recuperación de los daños que puedan haber sufrido.
 
Problemas con la legislación.
 
En España la legislación al respecto no está clara y queda dispersa en cuanto establecer unas normas, además no ofrece una justificación clara para tal dilación en el desarrollo de normativa frente un problema tan grave como es la violencia y el acoso infantil.
 
A día de hoy podemos decir algo con claridad: Estamos fallando a la hora de prevenir y detectar los casos de violencia y sobretodo en la restauración de las víctimas tanto en las aulas como en materia digital. Como ya hemos dicho los principales problemas en España son la escasa o nula formación hacia los padres, la falta de preparación a los docentes y sobre todo, un sistema judicial que no se adapta a las necesidades actuales de los menores.
 
Debemos trabajar previendo los casos de acoso escolar o bullying en las aulas, teniendo en cuenta que debemos incluir a todos los niños y las niñas, a la escuela y a las familias, por tanto se deberían fomentar la creación de talleres y dirigirlos a los niño (acosados, acosadores o testigos) y a las familias para que prepararlos ante esta situación que cada vez es más frecuente, y generar espacios de diálogo, para que los niños y las niñas puedan compartir sus vivencias tanto de acosados como de testigos de acoso. En definitiva, utilizar programas especializados destinados a este problema como por ejemplo KIVA.

Nafarroakoikastolak/KIVA
 
KIVA
 
Si combinamos las palabras Kiusaamista y Vastaan, obtenemos KiVa, que literalmente significa chulo o guay. Con esta palabra hacemos referencia a un programa nuevo que proviene de Finlandia con el motivo e intención de prevenir y afrontar el acoso escolar en los colegios.

Este programa despega en 2007 con el patrocinio del Ministerio de Educación y cultura y la Universidad de Finlandia, donde  desde entonces, se está aplicando en el 90% de las escuelas finlandesas además de haberse exportado a un gran número de países Europeos y EEUU.

Los centros escolares en los que utilizan este programa, disponen de un grupo de docentes que actúan en el momento de la denuncia en caso de acoso, aunque todos los docentes deben estar atentos, formados y preparados para avisar al "equipo KiVa" en cuanto se sospecha de una situación de este tipo para que se hagan cargo del caso.

El programa KiVa se va impartiendo a través de trabajos y lecciones en clase adaptándolo a los grupos por edades (7, 10 y 13 años) basándose en debatir sobre el acoso escolar y la fomentación del respeto hacia los demás. Estos trabajos y debates se complementan con un videojuego en el que acceden a una escuela virtual y deben practicar las medidas oportunas para evitar ese acoso o solventarlo. Este videojuego lo pueden utilizar tanto en la escuela como en sus casas.
 
De este modo, lo que se intenta es enseñar a los niños cual es su rol para evitar y frenar el acoso escolar, para que en vez de permanecer callados ante estos abusos, sean testigos o víctimas, comiencen a actuar sabiendo cómo ayudar a sus compañeros (victimas) y mostrando su tolerancia cero al Bullying.

Los objetivos de este método son obvios, erradicar el acoso escolar, pero los podemos ver desde diferentes niveles:

• Escuela: mantener informados al personal escolar con todos los métodos de actuación y detección rápida así como el compromiso con trabajar sobre el acoso escolar.

 

• Aula: influenciar a los estudiantes para romper su silencio tanto en el caso de ser acosado como testigos y denunciar los casos, así como no realizar prácticas abusivas.

 

• Estudiantes: Debatir sobre el tema y hacer seguimientos para comprobar que surge efecto y se están concienciando los niños.

 
La eterna guerra  de los pactos.
 
En España sigue siendo una asignatura pendiente que va camino de enquistarse eternamente, se ha tratado en varias ocasiones crear un pacto de estado sobre este tema, pero no se ha llegado nunca a ningún acuerdo y somos muchos los que nos preguntamos porque no se utilizan aquí estos métodos que sabemos que funcionan (las estadísticas están para su consulta y son claras).
 
Por ejemplo, tras un arduo trabajo de negociación Macmillan Education Iberia ha llegado a un acuerdo para la implantación en un cierto número de centros españoles. Este programa, así por fin, ha comenzado a implantarse este año, aunque deberán ser los centros los que lo soliciten y comiencen  la instrucción y preparación a los profesores, así como aportar toda la documentación e información necesaria.

Proyectos DAPHNE/ComBus
 
Otro programa a remarcar fueron las distintas fases del proyecto Daphne promovido por la Unión Europea a través del EAN (European Antibullying Network)  los cuales tenían también como objetivo contribuir a la protección de niños, niñas, adolescentes y mujeres contra cualquier forma de violencia y alcanzar un alto nivel de protección de la salud, bienestar y cohesión social. Su objetivo específico era contribuir a la prevención y la lucha contra todas las formas de violencia que se producen en el dominio público o privado, incluida la explotación sexual y el tráfico de seres humanos. Aspiraba a tomar medidas preventivas y proporcionar apoyo y protección a las víctimas de grupos de riesgo.
 
En teoría todos los tipos de violencia estaban cubiertos por el programa: abuso sexual, violencia familiar, explotación comercial, brutalidad en medio escolar, mutilación genital, trata de los seres humanos y violencia de naturaleza discriminatoria hacia los minusválidos, las minorías, los emigrantes u otras personas vulnerables
 
Actualmente ya se han desarrollado más de media docena de fases aunque su resultado es controvertido y se ha discutido sobre su visibilidad y eficacia, en el marco de un proyecto auspiciado por la Unión Europea
 
ComBuS
 
Por último habría que destacar dentro de esta iniciativa europea el proyecto auspiciado por la misma: Combatir el Bullying: Un Programa Escolar Completo (ComBuS) . Comenzó su andadura a mediados de 2015 a partir de una propuesta desarrollada por el Innovation Trainig Center España (ITC) junto con la entidad coordinadora del proyecto, CARDET.
 
El Center for the Advancement of Research and Development in Educational Technology de Chipre (CARDET), como socio de un consorcio de siete organizaciones de España, Rumania, Grecia, Italia e Irlanda, ha puesto en marcha dicho proyecto, que tiene también como objetivo desarrollar un programa escolar integral que capacite a estudiantes, maestros, personal escolar, equipos directivos, y padres para luchar contra el bullying y crear comunidades escolares sanas y seguras, usando metodologías, herramientas y actividades combinadas.
 
Este proyecto al igual que KiVa desarrollará e implementará actividades y una política integral de lucha contra de acoso escolar, así como programas dirigidos a todos los grupos de interés en las escuelas y sus comunidades locales. El proyecto así pues, pretende implicar a estudiantes, padres, maestros, equipos directivos y personal escolar de una manera participativa y motivadora, como es común en esta clase de proyectos. La propuesta prevé un enfoque mixto en la lucha contra el acoso a través de encuentros presenciales, en línea y móviles, incluyendo talleres basados en vivencias y experiencias, plataformas de aprendizaje en línea, sitios web de trabajo en red y aplicaciones móviles.

Save the Children/Yo a eso no juego
 
Sabemos que la violencia del tipo que sea, no se debe permitir ni tolerar, pero en el caso del que hablamos en este artículo, es la generada por menores para menores y es (para mi percepción) de una extrema gravedad que necesita concienciación y erradicación inminente.
 
Si os interesa informaros y ayudar un poco con este tema, os recomiendo que paséis por la página de Save the children, cuyo enlace os dejo y firmar en contra de la violencia escolar. ¡Todo granito de arena cuenta!
 
Ana Carrión

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