Especial cumbre del clima
Hoy presentamos un reportaje especial sobre el imparable movimiento de concienciación social que está sucediendo de manera paralela la cumbre del clima
En el os ofrecemos también una selección de grandes trabajos que respecto a este imparable movimiento han aparecido en los últimos días
La agenda alternativa a la COP25: una marcha y múltiples actos para “generar contrapoder”
Si ha sido difícil en lo institucional poder organizar la COP25 en apenas un mes, el movimiento ecologista también ha desarrollado una actividad frenética para poder organizar su agenda alternativa. Mientras los actos institucionales y empresariales se suceden en los pabellones de la Feria de Madrid (Ifema) con el riesgo de resultar en vano, los movimientos sociales han presentado su propia agenda. Quieren dar “una contestación social más que necesaria” y “generar contrapoder” como respuesta a la inacción de los gobiernos ante la emergencia climática. El acto estrella será la manifestación que tendrá, como protagonista indiscutible, a la activista sueca Greta Thunberg. La adolescente, que ha llegado a la Península Ibérica tras cruzar el Atlántico en catamarán, dará una rueda de prensa a las 16.00 en la Casa Encendida. Después se unirá a la marcha de las organizaciones ecologistas este viernes 6 de diciembre. Unas 500 organizaciones, entre ellas Fridays for Future o Greenpeace, organizan esta protesta que partirá a las 18.00 de la tarde de Atocha y culminará en Nuevos Ministerios, donde se situará el escenario. Allí además de Thunberg, intervendrán el actor Javier Bardem y la líder indígena Sônia Guajajara. La marcha llevará en su pancarta la siguiente frase: “El mundo despertó ante la emergencia climática”. A las organizaciones ecologistas e indígenas “del sur global y de Chile”, donde se canceló la Cumbre del Clima por la situación de inestabilidad que está atravesando el país, se les reservará el primer lugar en la manifestación. Hay que recordar que este mismo viernes día 6, de manera simultánea, tendrá lugar otra manifestación ecologista en Santiago de Chile con motivo de la COP25. Aunque es difícil calcular cuánta gente acudirá a esta marcha, los convocantes esperan que se unan “más de 100.000 personas”, de manera que esta manifestación supere en afluencia a la convocatoria ecologista más masiva en España hasta la fecha, la que tuvo lugar el pasado 27 de septiembre. Se ha organizado el alojamiento en Madrid de unos 1.300 activistas de diversos territorios para esa noche y está previsto que acudan a la capital unos 50 autobuses repletos de manifestantes, que volverán a sus territorios sin pernoctar en la capital. La Cumbre Social del Clima La Cumbre Social del Clima también es conocida extraoficialmente como la 'contracumbre' aunque no tenga la intención de boicotear la COP25, sino todo lo contrario. Sus actividades se desarrollarán entre el 7 y el 13 de diciembre en la Universidad Complutense de Madrid, principalmente. La agenda consiste en talleres, charlas y debates, que pretenden abarcar todas las temáticas ecologistas que influyen en la lucha por la preservación del planeta y sus ecosistemas. En cuanto a la participación destacan asociaciones de América Latina de países como Colombia, Chile, Perú, Bolivia y colectivos indígenas del Amazonas de Brasil, entre otros. Acudirán también jóvenes de Fridays for Future de lugares tan diversos como Galicia o Uganda. Entre las asociaciones españolas han programado actividades organizaciones como Greenpeace, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Save The Children, el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL), Extinction Rebellion o Feministas por el Clima. Las actividades programadas son diversas. Entre ellas encontramos charlas sobre fracking, ecofeminismo, agua, soberanía alimentaria, migración, enfermedades ambientales, ciclismo y un largo etcétera. Habrá proyección de documentales, exposiciones fotográficas y actividades de todo tipo, incluso para los más pequeños. La programación completa puede consultarse AQUÍ. Como colofón, el 13 de diciembre, la Cumbre Social del Clima se desplazará hasta el “espacio de convergencia”, en la calle Hortaleza, 88 (Madrid). Allí se emitirá en directo una edición del programa estadounidense Democracy Now, habrá distintas intervenciones de colectivos y se proyectarán varios documentales. El cierre de la Cumbre del Clima será a las 18.00 de la tarde en el Auditorio Marcelino Camacho. Autor / Fuente: María F. Sanchez - Cuarto poder
Miles de personas acudirán a la Marcha por el Clima del 6 de diciembre
En el contexto de la COP25 se producirán dos movilizaciones mundiales en Santiago de Chile y en Madrid, unas manifestaciones que con una voz única trasladarán que frente a la inacción de los gobiernos las personas estan dispuestas a plantar cara ante la emergencia climática. En el caso de Madrid, la Marcha por el Clima, convocada por las plataformas Fridays for Future, Alianza por el Clima, Alianza por la Emergencia Climática y 2020 Rebelión por el Clima, Cumbre de los Pueblos, Sociedad Civil por la Acción Climática (SCAC) y Minga Indígena, con el apoyo de cientos de organizaciones internacionales, tendrá lugar el viernes 6 de diciembre. Se iniciará a las 18:00 horas en Atocha y terminará en Nuevos Ministerios con la actuación de Amaral, Macaco, Los Canallas y Thomas Potiron, que junto a voces más jóvenes raperas, cantautoras y flamencas acompañarán la marcha en un emotivo acto final donde tampoco faltará poesía. El alegato correrá a cargo del actor Javier Bardem y la líder indígena Sônia Guajajara. El miércoles 4 de diciembre se ha presentado en una rueda de prensa en el Espacio de Convergencia de la Cumbre Social por el Clima tanto la Marcha por el Clima del 6 de diciembre como las actividades que se desarrollarán en la propia Cumbre Social por el Clima del 6 al 13 de diciembre. En la mesa han participado Pablo Chamorro (portavoz de Marcha por el Clima), Estefanía González (portavoz de Sociedad Civil por la Acción Climática, SCAC, Chile), Juan Antonio Correa (mapuche lafkenche, coordinador de Minga Indígena, Chile), Ángela Valenzuela (portavoz de Fridays for Future, Santiago de Chile) y Javier Andaluz (participante de las negociaciones en la Zona Azul de la COP25).
Pablo Chamorro ha indicado que se están gestionando hasta 1.300 alojamientos para personas de fuera de Madrid y de la península, así como la llegada de 50 autobuses, al tiempo que ha destacado que la cabecera estará liderada por representantes de los pueblos latinoamericanos.
Chamorro ha señalado que la Cumbre Social por el Clima está ahora mismo respaldada por más de 850 colectivos y entidades que se han adherido al llamamiento, y está atravesada por la interseccionalidad desde todas las ópticas. La Cumbre Social por el Clima se está construyendo gracias la cesión de espacios gratuitos, principalmente la Universidad Complutense de Madrid y el Espacio de Convergencia, cedido por UGT en la calle Hortaleza 88, y los gastos se están sufragando con donaciones de muchas organizaciones sociales. Contará con más de 300 talleres, conferencias y espacios de debate. La portavoz de SCAC Chile, Estefanía González, ha destacado que el estallido social chileno ha sido «brutalmente reprimido». «Más de 200 chilenos han perdido sus ojos», ha declarado mientras se tapaba un ojo durante toda su intervención en la rueda de prensa. «Queremos que no se invisibilice lo que ocurre». «El mundo está despertando y como sociedad civil no vamos a parar hasta ver acciones concretas y derechos que tienen que ver con nuestra vida», ha sentenciado . El coordinador de Minga Indígena y mapuche del pueblo lakfenche, Juan Antonio Correa, ha señalado que los indígenas son los «primeros afectados por el cambio climático». Según ha explicado, el objetivo es poner en valor la lucha de los pueblos, frente a la «invisibilización, la tortura, la desaparición». «Solo tenemos esta madre Tierra. Se nos está quemando la casa», ha concluido.
La portavoz de Fridays for Future de Santiago de Chile, Ángela Valenzuela , ha destacado que muchos chilenos están hoy en Madrid para traer la voz de lo que ocurre en el país. «Se supone que la COP25 iba a ser una COP latinoamericana, pero no ha sido así, así que traemos su voz». Estos últimos años han sido «dramáticos», ha expresado haciendo alusión a los informes de la IPCC y los tiempos que dan para actuar antes de que la cambio climático sea irreversible. «Parece una fantasía estar por debajo del 1,5 grados», porque «llevamos más de 25 años y aún así no han logrado poner como prioridad los balances de los ecosistemas del planeta». «Quienes causaron el problema son los países del Norte y las transnacionales, y quienes la sufrimos somos el planeta», ha declarado, para concluir con un «llamamiento a despertar».
Javier Andaluz, participante de las negociaciones en la Zona Azul de la COP25, ha afirmado que esta COP «es la última oportunidad para cerrar los compromisos del Acuerdo de París», al tiempo que ha evidenciado que las negociaciones «están muy lejos de cumplir» los objetivos marcados ya que los países «parece que no están dispuestos». Sobre todo, ha hecho hincapié en la «falta de financiación», que tiene que nutrir el fondo de previsión y el del Fondo Verde. Además, ha reivindicado que «frente a su inacción, hay una sociedad civil movilizada para proteger el futuro de todas y todos». Fuente: Ecologistas en acción
Los jóvenes de Fridays for Future a las instituciones: “os estamos vigilando”
Los jóvenes de Fridays for Future en Cantabria marcharon este miércoles 4 de diciembre por las calles de Santander y simularon un ojo gigante. El mensaje es claro, y es uno de los que sobrevuela no sólo la Cumbre del Clima de Madrid sino la última oleada global de manifestaciones contra el cambio climático: “os estamos vigilando”. “Cantabria os vigila”, explica a EL FARADIO en ARCO FM Adrian Glodeanu, miembro de Fridays for Future en Cantabria, que irán en tren a Madrid tanto a la COP como a la Cumbre Social, el encuentro alternativo de movimientos y sociedad civil que abunda en ese mensaje de vigilancia a las instituciones. La parte más reivindicativa incluye la manifestación de este viernes y una manifestación en bicicleta, el sábado. Colectivos cántabros participarán en la manifestación por el clima de esta semana en Madrid Adrián insiste en que “la comunidad científica está de acuerdo en los efectos desastrosos que el cambio climático va a tener en el planeta”,, en el papel humano en este proceso en que estos efectos “pueden ser todavía mayores si los gobiernos no empiezan a ponerse las pilas”. Al respecto, apuntaba que actuaciones como los rellenos de las marismas de Raos por el Puerto de Santander, denunciadas por SEO/Bird Life, suponen “ir en la dirección contraria” a la lucha contra el cambio climático, y aludía a un lema que se está convirtiendo en un clásico de las manifestaciones aquí, ese “queremos que Cantabria sea infinita”, recalcando que “Cantabria no son sólo los Picos de Europa”, sino también otras zonas menos llamativas pero con importante valor ecológico.
La directora del INJUVE interviene en uno de los actos en Madrid de la COP 25
Precisamente al protagonismo de los jóvenes en la lucha contra el cambio climático se refería Ruth Carrasco, cántabra al frente del Instituto de la Juventud (INJUVE) del Gobierno central, contraponiendo la actitud de los jóvenes con el negacionismo de gobernantes de países como Estados Unidos o Brasil. “Los jóvenes no se esconden y están impulsando”, ensalzaba, detallando que según el Eurobarómetro, más del 68% de los jóvenes demanda a sus gobiernos que se impliquen en la crisis climática, y se refería a experiencias como el Cuerpo Europeo de Solidaridad, una iniciativa de voluntariado en la que participa el INJUVE. En la cumbre, en la que conviven los espacios institucionales y los de la sociedad civil. se hablará y se buscarán acuerdos de emisiones, del cumplimiento de los protocolos de Kyoto y del inicio del compromiso con París, pero también de fondos para ayudar a los lugares víctimas de desastres climáticos, y también de ayuda a los países en desarrollo para que puedan afrontar la transición energética. La directora del INJUVE se refería al “esfuerzo gigantesco” para la organización de la Cumbre, asumida por España en unos pocos meses ante las dificultades de Chile para hacerlo, cuando lo habitual es que se dedique un año entero a la organización. Autor/ Fuente: OSCAR ALLENDE/El Faradio
Greta Thunberg a las puertas del Parlamento Sueco. | Wikimedia Common
Mujer, joven, rica, asperger... ¿Por qué molesta tanto Greta Thunberg?
En el estrado, una niña. Frente a ella, representantes de todos los países del mundo, periodistas, políticos y empresarios. Comienza a hablar: "[Vengo] a deciros que los adultos debéis cambiar vuestros modos. No tengo una agenda oculta. Estoy luchando por mi futuro. […] Todo esto está pasando delante de vuestros ojos y aun así actuamos como si tuviéramos todo el tiempo que quisiéramos. […] Los adultos decís que nos queréis, pero os reto, por favor, a que vuestras acciones reflejen vuestras palabras. Gracias". Si ha imaginado a Greta Thunberg pronunciando estas palabras en algún congreso sobre el clima, se equivoca. Este duro discurso fue pronunciado por la activista Severn Cullis-Suzuki, de entonces 12 años, durante la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (Brasil) de 1992. La joven canadiense, sin embargo, no sufrió las críticas que hoy recibe su homóloga sueca. Si no ha oído hablar de su intervención es porque, como mucho, fue ignorada. Cierto es que Cullis-Suzuki, al contrario que Greta, vivía en un mundo sin internet. Aun así cabe preguntarse por qué la sueca cosecha, a sus 16 años, ataques feroces que superan a los recibidos por Al Gore hace más de un decenio. En el caso de Thunberg, muchas de las críticas van más allá de su discurso, llegan al terreno personal e incluso hacen diana en su condición de asperger. "La mascota internacional del alarmismo climático", "mentalmente inestable", "niña petulante" y "mesías profundamente perturbada" son solo algunos ejemplos. Los principales sospechosos de tanta tirria son los negacionistas, que rechazan que el cambio climático tenga lugar o que sea debido a la acción del ser humano. Se trata de una postura con poco apoyo entre los españoles –que están entre los ciudadanos más preocupados por este tema–, pero con bastantes adeptos en países como Estados Unidos, Reino Unido y Noruega. El perfil del negacionista: hombre y conservador "Desquicia a los negacionistas, sobre todo hombres de EEUU, porque sus tácticas no funcionan con ella, que pasa de lo que dicen los demás", explica a SINC el divulgador ambiental Andreu Escrivà. No son pocos los estudios y encuestas que han intentado trazar un "perfil del negacionista climático", que tiende a ser hombre y conservador. Esto ha llevado a algunos investigadores a analizar la posible relación entre negacionismo y misoginia. El sociólogo de la Universidad Chalmers (Suecia) Martin Hultman es uno de ellos. "Hay tres grupos de negacionistas climáticos: CEO de industrias extractivas, políticos financiados por ellas y hombres conservadores", resume Hultman a SINC. "Cuando una mujer presenta resultados que implican que estos individuos, negocios, ideologías y estructuras necesitan cambiar, no es de extrañar que intenten matar al mensajero". Hultman se refiere a un tipo de mentalidad que "no ve la naturaleza como algo vulnerable que puede ser destruido" sino como algo a explotar porque "el crecimiento económico es más importante que la supervivencia de la humanidad". Las encuestas muestran, explica Hultman, que esta forma de pensar es más frecuente en hombres conservadores, que aceptan los argumentos negacionistas con mayor frecuencia. De hecho, un estudio de 2016 señaló que un motivo por el que ellos son menos respetuosos con el medioambiente es porque perciben su defensa como una actitud femenina. "Muchos ven a Greta como una evangelizadora que te dice cómo tienes que vivir tú, un señor de 40 años de un país desarrollado, y no habla de China o India, que tienen un crecimiento brutal en emisiones de CO2", comenta Escrivà, que reflexiona: "¿De verdad pensamos que una adolescente tiene que dar todos los discursos para todas las cuestiones? Ya hace bastante con dar un toque de atención a los que vivimos en una sociedad occidental". Adultos vs. Niños Negacionistas y misóginos aparte, Escrivà considera que los 16 años de Greta suponen un choque generacional que puede ser contraproducente para transmitir su mensaje. "Me parece positivo revindicar el futuro, pero se les dice a los mayores que son culpables, cuando hay mucha gente que no lo es, y eso te galvaniza contra el mensaje. Una cosa es que dé lecciones a un rapero que va en avión privado y otra, que le diga qué hacer a gente cuya vida ya es difícil". La psicoterapeuta de la Universidad de Bath (Reino Unido) Caroline Hickman ha analizado por qué algunos adultos parecen rechazar a la juventud activista. "Muchos proyectan sus propios miedos y ansiedades en ella, y la rechazan de manera inconsciente como una forma de librarse de ellos", dice. Considera que es un ejemplo de niños que se comportan como adultos y adultos que lo hacen como niños: "Estos ataques son rabietas infantiles de adultos que no tienen la madurez psicológica necesaria para contener sus respuestas emocionales. En cuanto a los que insultan a Greta, considera que "hacen bullying para intentar recuperar un poder que sienten que han perdido". En defensa de la neurodiversidad "Parece una niña muy feliz", se burló el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a través de Twitter tras el discurso de Greta en la ONU. El político hacía caso omiso al hecho de que la joven activista se expresa de forma normal para una persona con síndrome de Asperger, quien respondió añadiendo dicha descripción a su perfil. El neurobiólogo de la Universidad de Salamanca especializado en autismo José Ramón Alonso considera que uno de los motivos del rechazo a Greta puede ser nuestra falta de costumbre a ver pacientes con trastorno del espectro autista (TEA) en la esfera pública. "Son personas que tienen problemas para transmitir emociones con el lenguaje corporal y el tono de voz, y les cuesta mucho adaptarse a situaciones distintas", explica Alonso. "No estamos acostumbrados a que alguien tenga expresiones poco ajustadas a una situación, y es injusto que se lo pidamos a ella". El investigador considera que su popularidad puede ser positiva para visibilizar no solo la crisis climática, sino también "la aportación que pueden hacer a nuestro mundo las personas con TEA". Esto siempre y cuando vaya acompañada de una "educación". "Si no, volveremos a la discriminación y los prejuicios, y a decirle a las familias que sus hijos están mal educados". ¿Puede ser el síndrome de Asperger, tal y como Greta afirma, un "superpoder" en la lucha contra el cambio climático? "Es verdad que [las personas asperger] se centran en un tema que para ellos es de importancia suma y a veces no saben transmitirlo o sacarle partido. Su atención a los detalles es clave, aunque luego tengan mayores dificultades en la interacción social". A esto añade el hecho de que los demás adolescentes suelen estar "muy pendientes de las jerarquías". "[Los asperger] eso lo entienden menos y dicen las cosas con una crudeza y sinceridad que en muchos casos es un valor positivo". En este sentido, parte de las críticas a Greta recaen en sus padres por permitir que una adolescente con síndrome de Asperger se convierta en activista. "Conozco a una madre que decía que su hijo iba a ser un 'autista moderno", dice Alonso, "en vez de recortar sus posibilidades". Por todo ello defiende que debemos ser mejores con ellos y darles su espacio. "Hay personas diferentes y la solución no puede ser la talla única. Es responsabilidad nuestra hacerles un sitio, valorarlos y entenderlos.". Una verdad incómoda Por muchos factores que puedan contribuir al rechazo de Greta, solo sirven de excusa para repudiar su mensaje. Este aboga por cambios en nuestro modo de vida y en el propio sistema y, encima, con emergencia. "Dice que hay que ponerse las pilas y que cada uno debe hacer lo que pueda para frenar esto. Eso a mucha gente no le gusta porque nadie quiere cambiar sus hábitos", explica el catedrático de Física Aplicada en la Universidad de Alcalá Antonio Ruiz de Elvira Serra. "Cuando confrontas a la gente con decisiones reales que tiene al alcance de su mano para luchar contra el cambio climático, la incomodas muchísimo", dice Escrivà. "Me impactó cuando Greta fue a The Daily Show, dijo una parrafada muy bien dicha y el público empezó a aplaudir", recuerda. "Pensé que si fueran capaces de traducir sus palabras a un nivel de recorte de emisiones en su vida diaria no iban a aplaudir, y menos en Estados Unidos, que es el país con una mayor huella ecológica por persona". Un estudio de 2017 exploró cómo las recomendaciones para reducir las emisiones suelen obviar las acciones más efectivas. "Reciclar, mantener la temperatura justa e instalar LED es lo que menos cuenta. Lo que más es la energía renovable, disminuir el consumo de carne y dejar el coche y el avión", explica el divulgador. "Son cosas que pican mucho más y la gente, cuando entiende eso, alucina". "Aislar la casa y dejar el coche es complicado y no todos pueden, pero podemos demostrar a políticos y empresas que se han apuntado a patrocinar la COP25 que no les compramos sus productos si no cambian", dice Ruiz de Elvira. "Esto es un mensaje que les llega… ¡no veas cómo!", añade sobre los motivos por los que el mensaje de Greta "pincha" a tantos. Cuidado con las soluciones mágicas Escrivà tiene clara su principal crítica a Greta: "Perpetúa una cosmovisión en la que hay una solución mágica que los políticos no están aplicando, pero que podrían hacerlo si escucharan a los científicos". El divulgador considera que presuponer que la actuación contra el cambio climático no despega por culpa de la falta de información es "muy simplista" y defiende que los políticos "llevan mucho tiempo escuchando a los científicos". Asegura que la inacción política "responde a intereses, cortoplacismo, inercias, miedo a asumir el coste político, dificultades para cambiar nuestro modo de vida y a que la ciudadanía no quiere". "Estamos con Greta, pero externalizamos nuestro activismo ambiental a base de likes a ella y pensamos que con eso ya somos verdes". Esto "nos desapega de los cambios reales que debemos incorporar y promover, porque la acción debe ser colectiva, no solo de los políticos". Escrivà lamenta que la joven activista no ejemplifique ese cambio de valores, ya que lleva a cabo acciones difícilmente imitables por el resto de la población, que no puede depender de que los Grimaldi le dejen un barco para ir desde Reino Unido a Nueva York, ni de que unos navegantes la lleven en catamarán desde Salt Ponds hasta Lisboa. "El cambio real no es venir de cualquier forma a España. Es preguntarse: ¿necesito ir a Madrid? ¿No doy mejor ejemplo a mucha gente si voy a una reunión tan importante como la COP25 por videoconferencia?". Por eso, teme que esa hiperperfección lleve a mucha gente, incapaz de prescindir de los plásticos o el coche de la noche a la mañana, a tirar la toalla. "Me importa más que el 80% de la población occidental reduzca un 50% el uso de plásticos o los vuelos que una pequeña élite del 5% lo haga todo bien, porque eso desmoraliza". También teme que gritar "que viene el lobo" cause rechazo contra la causa cuando, en diez años, "no se haya acabado" el mundo. "Habrá más sequías, huracanes y alguna especie invasora más, pero no será Mad Max. En cuarenta años ya veremos". El nuevo negacionismo es no hacer nada "Chirría que una adolescente con una calidad de vida extraordinaria diga que le han robado el futuro. No nos han robado el futuro: nos han dejado un mundo destrozado, hay que reconstruirlo y exigir responsabilidades, pero a millones de niños les están robando el presente", asegura Escrivà. "No todo es cambio climático, el mundo es complejo y me parece peligroso cualquier mensaje que tienda a simplificarlo", añade en referencia a las empresas que se "suben al carro" de la sostenibilidad pero "no al de los derechos de los trabajadores". La consecuencia de dichas soluciones mágicas y de, en palabras de Escrivà, pensar que las empresas son malas per se, es caer en el nuevo negacionismo: el negacionismo de soluciones. En otras palabras, no hacer nada hasta que lo hagan los gobiernos y las corporaciones. "Las cien empresas que producen el 70 % de los gases de efecto invernadero del mundo no lo hacen porque tengan un botón que emite CO2, sino porque fabrican el cemento y acero de tu casa y el petróleo de tu coche". El problema, según el divulgador, es que "si todo el mundo espera a que alguien haga algo, entonces nadie hace nada". Considera que "siempre vamos a encontrar vías para autojustificarnos y no bajar nuestro consumo", y por eso "debemos darnos el menor número de excusas" para mantener la inacción. "Si en tu esquema mental tú eres el bueno y los otros los malos, para qué vas a hacer algo". Por todo ello, Escrivà ve a Greta como un "ariete" que abre las puertas, pero que debe ir acompañado del resto del ejército para que sirva de algo. "Es un activador de la conversación, pero creo que ya ha jugado su papel". Su mejor legado, afirma, "sería que dejáramos de hablar de lo que hace y hubiera una conversación más allá, de cómo nos afecta el cambio de paisaje, de si estamos dispuestos a dejar el avión y el coche". Todo eso, mientras apoyamos a las Gretas de nuestro alrededor.
Brigitte Kramer: “La COP25 es una oportunidad de oro para que España haga política ambiental de verdad”
Para finalizar este primer resumen de medios proponemos una entrevista realizada por radiocable.com que creemos resume perfectamente las expectativas de esta cumbre y la movilización de la sociedad civil.
La periodista alemana que colabora con medios como la ARD, Deustchlandfunk, Süddeustche Zeitung o NZZ, valora en radiocable.com la organización de la Cumbre del Clima de la ONU que ve como una «oportunidad de oro» tanto para España como para Madrid por la visibilidad que da y porque puede servir de punto de inflexión en la política medioambiental del gobierno. En este sentido resalta que Teresa Ribera es la primera ministra de medio ambiente que le «transmite credibilidad» y considera que aunque España tiene aún «deberes» en campo, puede empezar a hacer política medioambiental «de verdad». Brigitte Kramer también comenta que ve cambios en la concienciación ecológica de la sociedad española, que en muchos casos ha mantenido una relación «inocente y confiada» con el medio ambiente, pero ha empezado a asustarse y movilizarse.
Brigitte Kramer considera que la organización de la COP25: «es una oportunidad de oro para España y para Madrid, porque les da mucha visibilidad y llega en el momento justo porque el gobierno en funciones y sobre todo con Teresa Ribera que, para mí, es la primera ministra de medio ambiente que verdaderamente me transmite credibilidad y que se ve comprometida con el tema. Se podría esperar que haya un punto de inflexión. Es decir que una vez pasada la cumbre, la política medioambiental de España coja un camino diferente al seguido hasta ahora y que se haga política ambiental de verdad». Sobre el papel que puede jugar España a nivel internacional en el terreno ambiental, la periodista asegura «de vanguardia y liderazgo no creo que pueda ser. España tiene aún muchos deberes en política medioambiental. En la Comisión Europea, España tiene más de 30 expedientes abiertos por infracciones medioambientales y es de los países que menos cumple estas normas. Pero sí creo que puede haber un cambio con Teresa Ribera. Pero a la vanguardia, España no está». En cuanto a la concienciación en la sociedad española en materia de ecología, señala: «Hay de todo. Ha gente que si lo está, pero muchos no. Creo que tiene que ver con una especie de desinterés general en asunto públicos en muchos españoles. Hay desconfianza y resignación. Pero en el día a día veo grandes cambios en educación y los colegios, aunque aún falta mucho. Y eso se ve en los resultados electorales de los partidos verdes. En Alemania, los verdes son un partido asentado que está en el centro de la sociedad y marca la política. En España eso está aún lejos.» Brigitte Kramer resalta entre los motivos que explican la falta de un partido verde fuerte en España, apunta: «Como alemana, siempre recuerdo que el accidente de Chernobil nos dio un susto a todos y lo llevamos en los huesos. Dio un impulso a la sociedad alemana y reforzó la idea de que vivimos en un sistema frágil. Aquí en España, eso no ha pasado. Mucha gente aquí tiene una relación muy inocente y confiada con el medio ambiente. Yo vivo en Baleares, veo que la gente confía mucho en el mar. Una amiga me decía `el mar lo limpia todo´ y tiraba colillas y creo que es al revés: nosotros debemos mantener limpio el mar. Aunque ahora esto está cambiando. Basta con ver la cantidad de plástico que hay en las playas. La gente se está asustando. Y si no nos damos sustos, no cambiamos realmente la mentalidad.» La corresponsal también revela sus expectativas sobre la COP25 que se celebra en Madrid: «Creo que será una de las cumbres que va a permitir dar otro paso. No sé si va a marcar alguna diferencia especial, pero si creo que la movilización de la sociedad civil y sobre todo de los jóvenes van a marcar más y más estas cumbres. Yo espero más de la sociedad que de los políticos, pero creo que esta cumbre es una más en un camino hacia un cambio de verdad». Brigitte Kramer es una periodista alemana que vive y trabaja como freelance en España desde 1995. Es colaboradora de la ARD y otras emisoras de radio como Deustchlandfunk y también escribe para diarios como el Süddeustche Zeitung alemán, el NZZ suizo o Der Strandard austriaco. Está especializada en medio ambiente y desde el año 2000 está radicada en Mallorca desde dónde ha realizado documentales sobre el ruido submarino en el Mediterráneo y publicado artículo sobre la exhumación de Franco y el «sobreturismo» o el impacto de la quiebra de Thomas Cook en Baleares, entre otros temas. Fuente: Radiocable.com puedes acceder a la descarga del audio con la entrevista completa desde el propio enlace de descarga en radiocable
Temas relacionados: Economía Social, Sociedad, Política Y Ciencias Sociales
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