¿Te gusta escribir? PIXABAY Durante años he trabajado en el sector del mantenimiento y la reparación de electrodomésticos y equipos electrónicos e informáticos, en mi dilatada vida laboral con más de 25 años de experiencia he podido experimentar de primera mano la asombrosa caída en la calidad de los aparatos y dispositivos de consumo doméstico y todos los trucos que las empresas han ido aplicando a lo largo del tiempo en los aparatos eléctricos y electrónicos para acelerar su defunción. Tengo la sensación tras haber escuchado a miles de clientes, que la obsolescencia consiste en unos ingenieros muy sesudos diseñando complejos chips destinados a que los aparatos se rompan o un señor muy malvado e ingenioso que se dedica a limar cables y conexiones con la esperanza de acortar la vida del aparato en cuestión. Nada de eso, es una simplificación infantil que favorece los argumentos que defienden las empresas empeñadas en evitar un endurecimiento de las leyes que amparan a los consumidores. Desde luego la sociedad actual es consciente de cómo la vida de nuestros electrodomésticos y aparatos electrónicos se acorta cada vez más rápidamente pero desconocen completamente las técnicas que las empresas realizan normalmente para causar esa muerte tan acelerada o mejor dicho los procedimientos que no aplican y los materiales que no usan apropiadamente, de igual manera y lo que es peor, la población no tiene ni idea de cómo las leyes agravan la situación y provocan a la larga un daño económico de consecuencias incalculables. En el anterior párrafo habrán distinguido con facilidad el verbo agravar, no es casual o un desliz malintencionado, lo que intento expresar con sencillez es que las leyes actuales no se limitan a mirar hacia otro lado para favorecer ciertos intereses, acusación habitual en estos casos, no, voy mucho más lejos, las actuales leyes en el terreno de las garantías traerán como consecuencia el irreparable daño económico a largo plazo que provocará no solo a la sostenibilidad del planeta si no a nuestro propio desarrollo industrial y tecnológico, condenándonos a una dependencia exterior en materia industrial, tecnológica y de bienes de consumo que nos dejará absolutamente indefensos frente a políticas exteriores, además de favorecer a determinados grupos de manera injusta en un mercado donde aparentemente debe regir la libre competencia, lo cual sería el menor de los males al que desafortunadamente estamos acostumbrados (y es parte de la política en cualquier lugar del mundo en mayor o menor medida, como consecuencia natural de las inevitables luchas empresariales y de poder favorecidas por la debilidad o la codicia humana y contrarrestadas según la efectividad del poder judicial, el cual siempre poseerá más o menos armas para aplicar la justicia dependiendo de la calidad democrática de un país, pues sinceramente no considero ningún planteamiento económico y de sostenibilidad industrial lógico fuera de los términos democráticos). Todo es más sencillo de lo que parece y se relaciona directamente con la necesidad de reducir los costes de producción, la obsesión por fabricar más barato obliga a realizar todos los trucos posibles por conseguir un precio competitivo, igualmente es necesario vender constantemente para que la máquina económica no pare, así que no hay tiempo de excesivas sutilezas, si fuéramos conscientes de las técnicas que se usan y lo sencillo que es reparar la mayoría de estas averías con un poco de conocimiento técnico y paciencia puedo garantizar que podríamos salvar la vida a millones de aparatos todos los años. WIKIMEDIA COMMONS Únicamente existe una excepción a esta regla, que es por supuesto la informática, donde he podido observar con el paso de los años un refinamiento maquiavélico para conseguir que compremos nuevos equipos sin tener que romper físicamente absolutamente nada. Por supuesto que existe la destrucción física anticipada en la informática rigiéndose según los mismos parámetros teóricos del resto de los productos de consumo, pero sin duda alguna adquiere mayor relevancia, el descarado uso de la programación para dejar inoperable un dispositivo a través de algo tan sencillo como son las actualizaciones. Más claro agua: Pondré un sencillo ejemplo que todos entenderemos para el caso de la tecnología digital: Hará unos cuatro años compré por necesidades de mi empresa, en torno a una docena de ordenadores portátiles y teléfonos móviles de gama media, reservando únicamente unos pocos de los adquiridos (tres de cada uno) como fondo de precaución para emergencias en caso de que alguno de los equipos operativos fallara, para así poder reemplazarlos rápidamente o parte de sus componentes sin tener que acudir a toda prisa a comprar piezas o emplear un tiempo valiosísimo en aprender las características, peculiaridades o problemas de un equipo nuevo. Como lógica precaución los encendía para el mantenimiento de las baterías y la instalación de las correspondientes actualizaciones, sin instalar absolutamente nada, pues bien, dos de esos ordenadores portátiles y uno de los teléfonos móviles alcanzó nuestros días sin ser empleados para completamente nada, las baterías de litio se mantenían en un estado más que aceptable pero el móvil sencillamente era inoperable por su exasperante lentitud, mientras que los dos ordenadores portátiles ofrecían un ilimitado número de problemas de todo tipo sumados a la citada ralentización, como la imposibilidad de poder ejecutar con fiabilidad software que se mantuvo en funcionamiento sin problemas en los modelos que durante unos tres años operaron sin problemas. Indignado por el hecho, lo comenté con muchos compañeros profesionales, por cosas del destino me crucé con alguien que tenía almacenada una unidad de ese mismo modelo de ordenador portátil, la batería por supuesto era completamente inútil a causa naturalmente de la ausencia de mantenimiento sin embargo el equipo estaba impecable, así que por un extraño presentimiento lo compré por una ridícula cantidad de dinero a mi entender, concretamente una séptima parte de su valor, inmediatamente me dirigí al almacén donde tenía los modelos restantes que no habían sido utilizados, reemplacé rápidamente la batería por precaución y la encendí, para mi horror aquel equipo funcionaba perfectamente, rápidamente procedí a desmontar el disco duro para poder realizar una copia exacta del disco duro y así tener una imagen idéntica del sistema operativo que llevaba instalado, a continuación le puse una copia ofimática con algunos años a sus espaldas pero que cumplía perfectamente su función y que funcionó fluidamente, al igual que algunas aplicaciones relacionadas con el campo de la ingeniería y unos pocos videojuegos de diferentes fechas con resultado similar. Utilicé aquella imagen con el software intacto y la ayuda de un profesional informático experto de mi equipo para reemplazar el software de restauración que llevaban los otros dos ordenadores para situaciones de restablecimiento del sistema en caso de virus o problemas de cualquier otro tipo, pero que se había visto expuesto a la acción de Internet, la ayuda del experto se debía a la necesidad de garantizar la legitimidad de la licencia y la asociación del número de serie, cosa que debo de admitir resultó bastante sencilla desde el plano de vista técnico, como pueden imaginar aquellos otros dos portátiles comenzaron a funcionar perfectamente de nuevo. WIKIMEDIA COMMONS Obviamente si los conecto a internet aunque no instale ningún software adicional, la experiencia de uso comienza a deteriorase rápidamente, no importa las medidas que tome, a no ser que aplique unas políticas de conexión tan restrictivas en el firewall que hagan inutilizable el equipo igualmente. Pasado un tiempo y aleccionado por la experiencia anterior, conseguí, con el consejo también de otro experto de mi equipo en teléfonos móviles todo el código original que portaba el teléfono móvil, para luego proceder a su rooteo (desbloqueo del directorio raíz), un proceso un poco delicado y a veces muy complicado, que en pocas palabras diremos que permite hacerse con las suficientes garantías y el conocimiento técnico necesario, la reinstalación de la totalidad del software que lleva un teléfono móvil, sería algo así como quitarle el disco duro a un ordenador PC convencional e instalarle otro distinto y proceder a instalarle un sistema operativo completamente nuevo y con drivers diferentes, solo que en este caso únicamente íbamos a dejarlo realmente como salió de fábrica… y por supuesto funcionó fluido e impecablemente. Extraigan ustedes mismos sus conclusiones… Leyes y protección del desarrollo tecnológico e industrial Quisiera dejar bien claro que la principal arma para luchar contra todo esto es la concienciación ciudadana para solicitar a nuestros gobernantes que cambien unas leyes claramente abusivas respecto a las garantías aplicadas en los electrodomésticos y los aparatos electrónicos entre otros muchos que también considero que necesitan modificaciones. Curiosamente si lo pensamos bien, ni siquiera estas empresas de ser honestas sufrirían el menor perjuicio, ya que unas leyes igualitarias y aplicadas de manera estricta a todas las empresas favorecería únicamente a las que más se enfocarán en producir productos de calidad con el consiguiente beneficio para toda la ciudadanía y por supuesto ocasionaría una reducción de los desechos procedentes de esta producción incontrolada, favoreciendo claramente la sostenibilidad y el futuro de nuestro planeta, algo que beneficia obviamente a todos. No tiene ningún sentido los cortísimos periodos de garantía a los que la ley limita la responsabilidad, que lleva a muchas compañías sin desearlo a tener que reducir la calidad de sus productos para poder competir en costes y diseño contra sus adversarios, no siempre las empresas eligen una vía de calidad determinada por razones propias, sino por una indefensión ante un mercado que constantemente inunda todo de productos baratos y de baja calidad amparándose en el diseño y la moda. Con el paso de los años me he cansado de ver como empresas que ofrecían productos de calidad, bien diseñados y resistentes iban a la quiebra mientras que otras compañías con productos de ínfima calidad, a veces acompañados de campañas publicitarias muy efectivas en algunos casos, pero siempre con unos precios mucho más bajos sencillamente vendían todo lo que querían. Unas leyes razonables comprenderían que esta carrera sin sentido redunda en una constante mella de recursos en las empresas obligadas a investigar medios para bajar los costes de producción a toda costa, cuando estos recursos perfectamente podrían ser empleados en innovación tecnológica real o durabilidad. Grandes empresas americanas, asiáticas o alemanas por ejemplo, pueden soportar (sinceramente no sé hasta cuándo) el desgaste que supone la inversión constante en batallar por reducir costes y convencer a la población a través de la publicidad, el deterioro acelerado causado por los bajos costes de producción o la obsolescencia programada, que deben comprar un modelo nuevo de cualquier producto, una y otra vez en una sucesión infinita de artimañas que permitan seguir produciendo. FLICKR El problema para nuestras empresas radica en que NO pueden luchar en tantos campos a la vez, nuestra frágil economía no puede soportar ni enfrentarse a esta bestial carrera por investigar cómo reducir costes, ver como provocar el reemplazo constante de los bienes de consumo, obtener materias primas a precios razonables, realizar mejoras tecnológicas reales y a su vez diseñar productos atractivos en el plano estético o favorecedor en aspectos secundarios del producto, pero muy relevantes en el plano publicitario, todo esto es sencillamente un auténtico disparate. Nuestra economía no puede competir en semejante carrera, lo único que está ocurriendo es que cada vez más y más empresas que producen bienes de calidad cierran constantemente y son reemplazadas en el mejor de los casos por frágiles empresas de desarrollo de tecnología intangible (software) o inexpertas sociedades que luchan en el terreno del mercado asiático, es decir menor calidad - menor precio, lo cual me parece una locura y eso sin entrar el durísimo castigo que en los últimos tiempos ha sufrido el sector industrial de las energías renovables instalando en el pensamiento colectivo la terrible semilla de la inseguridad jurídica, independientemente de si fuesen ciertos o no los argumentos de rentabilidad (personalmente se pueden imaginar lo que pienso sobre tales argumentos, aunque bajo ningún motivo voy a entrar en ellos para evitar las acusaciones políticas partidistas). Abandonar los incentivos que nos garanticen a largo plazo romper la dependencia energética exterior es un suicidio para la industria y el desarrollo autóctono, es como aplicar una ley de garantías en el sector de las renovables pero al igual que en los bienes de consumo, pasados varios años el gobierno de turno decide que tal garantía queda extinguida y apáñese usted señor inversor como pueda. Este último punto sumado a los demás anteriormente citados, y la situación económica mundial, con un nuevo afloramiento en diversas regiones del planeta de medidas proteccionistas auguran una batalla económica de la cual difícilmente podremos salir bien parados. PIXABAY
Durante los años de vacas gordas la sociedad, más allá de un pequeño sector concienciado con los valores ecológicos y de la sostenibilidad humana, ha vivido cegados por las modas y unos valores erróneos basados en la exaltación de la ostentación y el egoísmo, alimentados por una publicidad salvaje en muchos casos que ha generado en gran parte de la población de muchas regiones del planeta una visión completamente falaz de los valores que ofrece el desarrollo económico, esto poco tiene que ver con un planteamiento capitalista y democrático de la sociedad que yo personalmente siempre he visto correcto y defiendo como empresario que quiere un comercio justo con igualdad de reglas para todo el mundo, no tengo ningún problema con las visiones socialistas de la vida, que siempre he admirado por su respeto de defensa de la justicia y dignidad humanas, aunque siempre he considerado que más allá del plano utópico son inviables y a las pruebas me remito, veo más que justo que quien más esfuerzo realice sea mejor recompensado dentro de unos parámetros lógicos, que a mi entender es el verdadero capitalismo y no la proclamación de medidas injustas que favorezcan el enriquecimiento de unos pocos, me parece genial que si alguien diseña un móvil increíble y vende cien millones de unidades, se haga millonario y se pase el resto de su vida comiendo langosta, por mi perfecto, se lo ha ganado y además se lo merece por haber ayudado a facilitar o hacer más agradables nuestras vidas, pero lo que no veo tan claro es que alguien que fabrica un teléfono que vale 800 €, nos dé más problemas que soluciones y que en dos años con certeza va a fallar, y se coma el centollo que otro se merece. En un mercado donde la calidad y la pervivencia de un producto es algo secundario, cuando las ventas se limitan a la inversión en publicidad y el aspecto estético, la economía tiene un problema muy grave y cuando digo la economía no me refiero a la global si no la nuestra, por supuesto podría hacer un análisis planetario, pero ni tengo los conocimientos, ni la experiencia para poder extrapolar con sencillez lo que estoy diciendo en estos momentos al resto del mundo, aunque obviamente el sentido común nos dicta sin duda que habría un beneficio para todos de llegar a acuerdos más ambiciosos en el plano internacional. Por favor reflexionemos antes de que sea demasiado tarde. Candidatos, ¿Te gusta escribir? Fátima Salazar C - Murcia Temas relacionados: Legislación, Opinión, ¿Te gusta escribir? Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
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