MODA Y SUPERVIVENCIA |
|
¿Te gusta escribir? PIXABAY La mayor parte de las desgracias que suelen ocurrir durante acampadas, excursiones y deportes en la nieve o lugares muy fríos suelen estar sobre todo relacionados con un desconocimiento mínimo de la peligrosidad y características de estos lugares más que con otra cosa, la naturaleza de la nieve y los paisajes nevados se asocia muchas veces de manera imprudente con la tranquilidad y un estado digamos “pacífico”, además si no estamos demasiado lejos de zonas habitadas tendemos a relajar más la seguridad que en otras condiciones, sin ser conscientes de la realidad del entorno, por todo ello es muy importante tener unas nociones básicas sobre a que nos enfrentamos cuando realizamos senderismo o excursiones en terrenos fríos y nevados. La reflexión y la psicología juegan muchas veces un papel determinante en la supervivencia cuando se producen situaciones excepcionales y aquí su papel es poco menos que determinante, pero para poder aplicar las decisiones adecuadas hay que conocer ciertos factores exclusivos de la nieve y las zonas frías que muchas veces se confunden a causa del desconocimiento o el nerviosismo que nos lleva a tomar decisiones contrarias por una lógica de supervivencia que si bien puede ser correcta en algunas ocasiones cambia con las reglas de la nieve. Para empezar todos debemos conocer mínimamente la física y las reglas que rigen los terrenos con climas fríos y la nieve, que como todos sabemos no es más que agua congelada precipitada a causa del frío procedente del vapor de agua de las nubes, ahora bien esta agua congelada tiene sus propias características pues cae en forma de millones de diminutos cristales que adoptan formas geométricas de características fractales y se acumulan en el suelo en forma de capas, tan pronto como estos copos caen al suelo comienza un proceso de transformación conocido como metamorfismo, entonces los cristales se rompen, se redondean y se transforman en una masa globular. Este proceso ocurre desde que el copo cae al suelo hasta que se derrite, pudiéndose dividir los fenómenos que ocurren principalmente en dos que debemos tener muy en cuenta: El metamorfismo destructivo En la estructura básica de la nieve el vapor de agua avanza desde el exterior hacia el centro del cristal (Sublimación), lo cual sumado al efecto del viento y del peso de la nieve, comprimen los cristales que se hacen más pequeños y densos. Así que pasados unos pocos días si las condiciones climáticas se mantienen estables la nieve reduce hasta un cuarto de su volumen, sin que parte de su masa se derrita, este proceso tiene como resultado un aumento de la cohesión interna de las capas de nieve. WIKIMEDIA El metamorfismo constructivo En un sentido inverso el vapor de agua sube desde las capas inferiores del manto de nieve, las cuales cambian su estructura quedando más inestables, hasta las capas superiores del manto, congelándolas y transformando sus cristales en grandes masas cupuliformes con muy poca cohesión interna, así con temperaturas muy frías, se forma escarcha de profundidad y con altas temperaturas del suelo, como suele ser en las primeras nevadas de otoño e invierno, se produce el deshielo de la última capa lo cual impregna de humedad las capas restantes, a esto se le suele llamar nieve podrida, con viento o temperaturas muy frías la capa superficial se cristaliza a lo que llamamos sastrugi o nieve acartonada. Este proceso que hemos descrito sería por ejemplo el responsable de crear un peligro inminente de avalanchas, sin duda uno de los peores peligros a los que nos enfrentamos en los lugares con abundante cantidad de nieve, así que veamos un poco en qué consisten. Causas Como su nombre claramente indica un alud o avalancha consiste en un desplazamiento rápido y violento de nieve que arrastrará parte del sustrato y la cobertura vegetal de la pendiente, así como los distintos elementos no anclados que pueda encontrar a su paso, como ya hemos explicado son causados por la falta de homogeneidad de la capa de nieve así como por la existencia, entre los límites de capas físicamente diferentes de elementos que faciliten el deslizamiento de una de ellas sobre otra subyacente, así por ejemplo la lluvia que empapa una capa reciente comienza a deslizarse entonces por su propio peso si la pendiente lo propicia. El agua de la lluvia puede también infiltrarse entre dos capas de nieve y actuar a modo de elemento reductor de la fricción y el agarre, lo que permitirá el deslizamiento de la capa superior sobre la inferior, igual que si el agua penetra en la nieve y el terreno produciendo el mismo efecto, podemos realizar un símil muy sencillo mentalmente para entender lo que es una avalancha o alud, sencillamente imaginando dos tablas de madera superpuestas que supondremos que son la tierra y una capa de nieve o dos capas de nieve de distinta composición, aunque las inclinemos ligeramente no se producirá ningún desplazamiento a causa de la fricción que provocará digamos un agarre entre ambas, si luego aplicamos aceite o un lubricante sobre una de las superficies y las volvemos a unir, al inclinarlas observaremos como se deslizan entre ellas con facilidad, éste es el principio básico aplicable a cualquier avalancha, la diferencia básica residirá en las causas que provoquen para entendernos la lubricación. PIXABAY De igual manera la nieve recién caída o que es transportada y acumulada por el viento, si no llega a soldarse a la superficie de la capa anterior provocará también dicha situación, por las distintas condiciones de masa, densidad y consecuente agarre que facilitará el deslizamiento. Obviamente los cambios de la temperatura ambiente son muy relevantes, un aumento importante de la temperatura reduce la cohesión de la nieve, dado que en condiciones normales la temperatura tiende a ascender al aproximarse el medio día, los aludes son más probables por la tarde que por las mañanas, sobre todo en aquellas pendientes que han estado expuestas al sol durante las horas más calurosas, de igual manera el repentino calentamiento que el sol puede producir a primera hora de la mañana puede ser suficiente para provocar avalanchas en las pendientes mas inclinadas orientadas hacia el este. Las condiciones del terreno que soporta la nieve igualmente son muy importantes como por ejemplo pueda ser un terreno arcilloso y por tanto deslizante, suelos lisos, húmedos, helados o laderas con excesiva pendiente serán igualmente condiciones candidatas a propiciar avalanchas. Aunque parece muy increíble que un ruido, el desprendimiento de una piedra o un movimiento pueda causar una avalancha, como estamos acostumbrados a ver en las películas, la verdad es que por una vez están en lo cierto, la más mínima alteración puede provocar el movimiento de distintas capas de nieve con escasa cohesión, así que hay que ser muy prudentes a la hora de recorrer tales zonas, siguiendo una serie de precauciones: Para empezar siempre deberemos informar de nuestra partida y del itinerario a seguir para poder facilitar nuestra búsqueda en caso de emergencia o accidente. Nunca debemos recorrer solos esta clase de terrenos, como en casi cualquier otra actividad de montaña la soledad nunca es una buena aliada, pero en caso de avalancha es vital y en muchos casos determinante. Igualmente deberemos llevar una vara larga a modo de sonda para el terreno, portar una mochila con una pequeña pala y buen equipo de supervivencia para condiciones climáticas frías, así como un buen equipo de localización por GPS convenientemente aislado y protegido con una buena batería y recambio que garanticen su autonomía, aumentará en gran medida nuestras probabilidades de salir airosos. La experiencia y la preparación física son por supuesto muy importantes, pero sobre todo el mayor riesgo lo supone desconocer nuestra verdadera preparación y estado físico real, pues muchas veces por orgullo intentamos superar de manera imprudente nuestros límites adentrándonos en terrenos cuyas características podrían sobrepasar nuestras limitaciones fácilmente en caso de emergencia y desde luego el frío y la nieve acostumbra a ser una de esas situaciones donde más rápidamente tendemos a menospreciar nuestras limitaciones cuando el clima es aparentemente estable. FLICKR Procedimiento a seguir en caso de avalancha: Si nos encontramos en una situación de este tipo probablemente nuestro corazón se dispare y la adrenalina nos inunde, pero es vital detener el tiempo durante un instante, observar el terreno y la física del fenómeno (origen, dirección, velocidad, cantidad de material arrastrado) para elegir nuestra mejor estrategia, correr impulsivamente hacia abajo suele ser sin duda la peor de las decisiones cuando el miedo nos acorrala. Lo primero será intentar analizar si podemos realizar un movimiento lateral, intentando ladear la avalancha a tiempo o al menos intentar dirigirnos hacia el punto tangencial donde consideremos que el nivel de material arrastrado sea menor, pues correr sin sentido hacia abajo solo conseguirá agotar nuestras fuerzas rápidamente y pillarnos desprevenidos en caso de impacto. PIXABAY
Las avalanchas suelen iniciarse en un punto concreto extendiéndose a continuación en forma de triángulo por los laterales, si es posible es importante determinar ese origen que nos pueda dar cierta ventaja, ya que una mala interpretación del vértice nos podría llevar a un contacto temprano con el alud. Ante la evaluación de un impacto inevitable se debe valorar el terreno y si es posible acercarse a un árbol u otro elemento que pueda servir de agarre o protección contra el impacto, hay que recordar que la nieve en estas condiciones no es blanda, puede contener bloques helados, piedras y troncos u otros elementos arrastrados por la avalancha y que con altas velocidades de desplazamiento son peligrosísimos. Si quedamos atrapados en una masa de nieve, ante todo tenemos que intentar en la medida de lo posible mantener la verticalidad y nadar hacia arriba poco a poco, intentando ser conscientes de que un desplazamiento poco a poco y sin ansiedad será mucho más efectivo procurando reservar oxígeno y fuerzas lo máximo posible, además el esfuerzo y la tensión provocarán un aumento del sudor y la transpiración que podría mojar rápidamente nuestra ropa y favorecer la congelación. Igualmente en estos primeros momentos debemos intentar realizar movimientos y pataleos que nos mantenga erguidos al igual que procurar que no entre nieve ni en la nariz ni en la boca, procurando mantener como una cámara de aire frente a la cara. Debemos mantenernos todo lo serenos que podamos, e intentar observar cuando comienza a producirse la desaceleración, intentando ahorrar fuerza y energía para que llegados esos últimos momentos del desplazamiento, si todavía tenemos una noción clara de nuestra orientación vertical intentemos darnos un empujón hacia arriba, justo antes que la nieve se detenga. Haremos todo lo posible por mantenernos serenos, medir nuestros movimientos con inteligencia, ahorrar oxígeno intentando no hacer pataleos desesperados y ahorrar toda la energía posible intentando mantener nuestros sentidos despiertos para poder escuchar a nuestros rescatadores y poder gritarles en el momento oportuno. Ya para finalizar espero que haya quedado claro que la mejor manera de protegerse de eventos peligrosos siempre será la precaución, la preparación y la capacidad de reconocer nuestras propias limitaciones. Candidatos, ¿Te gusta escribir? Erick González N. - Toledo Temas relacionados: ¿Te gusta escribir?, Supervivencia Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
0 Comentarios
Deja una respuesta. |