MODA Y SUPERVIVENCIA |
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Hace tiempo que quería explicar sobre esta antigua disciplina, muchas veces asociada a tiempos pretéritos y entornos salvajes, pero que nunca ha sido olvidada, aunque pocos son quienes la dominan, y que hoy más que nunca sigue igual de vigente.
Normalmente, en los manuales de supervivencia al uso, las técnicas de rastreo van dirigidas a conseguir alimento, es decir, explican las que permiten detectar y localizar presas que cazar y, por tanto, se centran en los animales salvajes.
Si nos vamos al ámbito militar/policial, dejando de banda las técnicas de supervivencia básicas en las que se puedan adiestrar, las técnicas de rastreo son utilizadas principalmente para detectar al enemigo (humanos). Tanto en un caso como en el otro, la gran especialidad de esta habilidad hace que convertirse en un buen rastreador requiera tiempo, esfuerzo y mucha experiencia en la interpretación de huellas, señales, rastros o indicios que de otra manera pasarían desapercibidos para una persona no ducha en la materia. En el caso que nos ocupa, nosotr@s vamos a utilizar las técnicas de rastreo para detectar la presencia de zombies que, hasta cierto punto, podríamos considerar como la mezcla entre ambas disciplinas de rastreo ya mencionadas, ya que se trata de detectar rastros humanos dejados por seres que no tienen un comportamiento racional y cuyo comportamiento se acerca más al de las bestias. Rastreo visual, sonoro y olfativo El/la superviviente medi@ dispondrá de sus 5 sentidos más o menos funcionales, aunque para las técnicas de rastreo de zombies, y en principio para cualquier otro objetivo que queramos rastrear, utilizaremos la vista, el oído y el olfato. Comenzando por este último, es innegable que los zombies desprender un olor característico, con independencia del tipo de zombie del que se trate, que es acorde con el grado de descomposición en el que se encuentra. Este olor puede ser detectado a distancia, siendo esta mayor cuando nos encontremos con el viento de cara (ya que el olor es transportado hacia nosostr@s por el mismo) o si se trata de un grupo numeroso (los olores individuales de cada zombie se “suman” al de sus compadres haciendo que sea más fácil detectar a un grupo más numeroso que a uno menos numeroso o incluso a un zombie solo). A pesar de ello, el rastreo olfativo no suele ser demasiado exitoso en humanos ya que no tenemos nuestro olfato tan desarrollado como otros sentidos y muchas veces, en función del viento que haya en la zona, puede pasarnos desapercibido su olor hasta que ya estemos muy cercanos a ellos. No sé si nunca os ha pasado el ir caminando por la montaña y de repente sentir un olor de cadáver, a pesar que lleváis rato por la zona, y daros cuenta que justo al lado, porque lo veis, hay el cadáver de un animal muerto que hasta entonces os había pasado desapercibido (incluso puede ser que moviéndoos menos de un metro dejéis de olerlo). Por suerte se trataba del cadáver de un animal y no de un zombie, porque si no en ese momento estaríais en un grave aprieto.
[FUENTE:Surviving the Dead]
Algo parecido nos pasa con el oído, no es nuestro sentido más desarrollado, aunque suele sernos más útil que el olfato (oímos mucho mejor de lo que somos capaces de olfatear). En este caso, el oír al zombie o grupo de zombies que rastreamos (para saber dónde se encuentra y evitarlo) no se ve tan afectado por la dirección del viento, aunque los sonidos se propagan a mayor distancia a favor del viento, pero sí por el número de zombies a rastrear (al igual que las personas, cuánto mayor es el grupo más ruido generan y más fácil resulta rastrearlo). De todas maneras, el motivo por el que se ve muy influenciado es por la orografía del terreno o por las características del entorno en el que nos encontremos, tanto amplificándolo como absorbiéndolo. Tanto el rastreo olfativo como sonoro nos puede servir para detectar a los zombies en un entorno más amplio alrededor nuestro que mediante el rastreo visual, que solo nos permite centrarnos en una parte de nuestro campo de visión (si bien es cierto que podemos desplazarlo), actuando como complemento del mismo o, en todo caso, como elementos pasivos de detección. Obviamente en condiciones de baja visibilidad u oscuridad, en las que no pudiéramos utilizar nuestro sentido de la vista, ambos pasarían a ocupar un papel más predominante. El rastreo visual es nuestra principal baza ya que los seres humanos somos seres eminentemente visuales, siendo éste nuestro sentido más desarrollado, aunque comparativamente con el de otras especies, deje mucho que desear. Básicamente el rastreo visual se basa en detectar e interpretar los diversos indicios, señales y rastros que los zombies van dejando a su paso mediante el uso de nuestra vista.
Indicios, señales y rastros visuales de los zombies
Básicamente los zombies dejan muchos de los mismos indicios que dejaría una persona o grupo de personas al pasar por un sitio, ya que al fin y al cabo en un tiempo pretérito lo habían sido, siendo su pisada el rastro más evidente y común. A pesar de ello, los indicios, señales y rastros visuales dejados por los zombies tienen una serie de peculiaridades: 1) Si consideramos que el zombie a rastrear corresponde al tipo más comúnmente aceptado, el Romeriano, que no puede correr por lo que se desplaza, si su cuerpo putrefacto se lo permite, a pasos más o menos coordinados (menos que un ser humano), es decir, dando zancadas cortas. La alternancia de zancadas cortas (paso) con zancadas más largas (carrera) evidenciaría que nos encontramos ante el rastro de un ser humano o el de un zombie no Romeriano que puede correr (Snyderiano, por ejemplo). 2) Presencia de multitud de huellas, rastros y señales debidas a un desplazamiento en grupo. Si algo tienen los zombies es que suelen ir en grupo. De todas formas no debemos bajar la guardia al hallar huellas pertenecientes a un solo individuo, ya que los zombies solitarios también existen, aunque existirá una probabilidad bastante elevada de que se trate de un humano (ver si se cumplen el resto de características).
3) Los zombies no se preocupan por el estado de su calzado ni tan siquiera por atarse los cordones. Por tanto, entre los rastros dejados por los zombies, puede darse la presencia de huellas tanto de calzado como de pies desnudos, pudiendo darse el caso que ambas correspondan a un mismo individuo.
4) Pasos erráticos o mal coordinados unidos a un desplazamiento deambulante o carente de sentido o sin un objetivo claro. En este apartado también englobaríamos los desplazamientos encauzados por las características del entorno hacía destinos sin sentido (precipicios, carentes de salida o que sean potencialmente peligrosos). Si encontramos rastros que tienen un objetivo (como encararse a un objeto alto para otear el horizonte), que siguen el trazado más corto entre dos puntos o que se dirigen a casas u otros edificios en los que no exista otro estímulo más que el visual, podemos concluir con toda certeza que se trata de rastros humanos. 5) Según lo deteriorado que se encuentre el zombie/s que rastreamos, pueden existir rastros de arrastre de extremidades o incluso del propio cuerpo (típico zombie reptador). 6) Así mismo, podemos encontrar rastros de sangre u otra materia orgánica procedente de los zombies o de víctimas humanas recientes. En este último caso también podemos encontrar objetos que les hubiesen pertenecido, como mochilas, u otros indicios de pelea/ resistencia (casquillos, armas, munición, etc.) que no debéis olvidar revisar por si encontráis algo útil o que podáis devolver a sus legítimos herederos.
7) Ningún intento de enmascaramiento ni ocultación de sus rastros. Si los zombies pasan olímpicamente del estado de su calzado e incluso del de su propio cuerpo, aún más de intentar borrar, ocultar, enmascarar o camuflar su rastro. Por pasar pasan hasta de preocuparse por que terreno pisar para dejar el menor rastro posible. De encontrar rastros que se han intentado disimular, tanto por acciones directas como indirectas (evitando terrenos propicios para dejar huellas) podemos concluir con total certeza que el rastro corresponde a humanos.
Como puede apreciarse hay muchas características que pueden deberse tanto a zombies como a humanos (que traten de pasar desapercibidos o no en medio del rastro dejado por los zombies), siendo muy sutil la diferenciación y requiriendo unas grandes dotes de deducción y experiencia para poder discernirlas. En todo caso, como regla de oro, recordar que los rastros dejados son acordes al comportamiento de quien los deja, por lo que si una cosa no cuadra con la otra, se tratará sin duda de humanos haciéndose pasar por zombies o utilizando su rastro para pasar desapercibidos (lo de zombies haciéndose pasar por humanos para pasar desapercibidos lo dejamos para los relatos de ciencia-ficción ? ). Bueno, hasta aquí hemos llegado en lo referente a las técnicas de rastreo de zombies. En las siguientes entregas profundizaremos en las técnicas de rastreo de humanos, explicando en ellas con más detenimiento las características de las huellas dejadas por ellos y que pueden ser coincidentes con las de los zombies, así como las de otros rastros que son exclusivamente obra de los humanos y que nos servirán para diferenciarlos.
Fuente: The Zombie Survival Society(tzss.org)
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