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Solución a los fallos de hibernación y la suspensión híbrida tras la reinstalación de Windows 10 o impedir las actualizaciones que no se reparan con las soluciones habituales.
Uno de los problemas de reinstalar Windows 10 es que probablemente entremos en la UEFI y realicemos cambios por error o de alguna manera ciertos cambios se realicen por el propio sistema operativo. Primero vamos a ver cómo solucionar los fallos en los puertos USB 3.0, USB 3.1 y la hibernación tras la reinstalación de Windows 10 o impedir las actualizaciones y que no se reparan con las soluciones habituales.
Microsoft ha diseñado su último sistema operativo para el mercado de consumo como una especie de “servicio” integrado que dificulta enormemente trabajar si el equipo está conectado a Internet y la conexión con los servidores de Microsoft no es constante para permitir el intercambio de información, actualizaciones y modificaciones de componentes. Es así y no tiene posible solución, sin conocimientos muy avanzados en programación, que dificultan la productividad de un usuario medio en el día a día, es imposible evitar esta mecánica de cambios en el SO de Microsoft (en la primera parte de esta guía ya se explica cómo paliar esto con Win LTSB y LTSC) no podemos actualizar el antivirus sin permitir cambios de otro tipo por ejemplo. En el primer artículo advertí de un problema que es común a reinstalaciones y suspensión de actualizaciones: la hibernación y el fallo de los puertos USB 3.0 Comenzaré primero por el que es más fácil de solucionar: la hibernación, primero explicaré el problema, la solución habitual que encuentras en Internet y una mejor manera, razón principal por la que probablemente leas esto. Como conseguir activar la hibernación Esta opción, por alguna razón nunca aclarada del todo, Microsoft decidió desactivarla por defecto en su último sistema operativo, pese a su tremenda utilidad. En Windows 10, cuando entramos en las opciones de apagado sólo tenemos la opción de apagar, reiniciar y suspender el equipo, pero no la de hibernarlo. La diferencia entre que suspendamos el ordenador o lo hibernemos es que cuando lo hibernas se detiene por completo el consumo de energía. En la suspensión al contrario, el estado de tu ordenador se almacena en la memoria RAM antes de apagarse casi por completo, igualmente algunos componentes de tu equipo siguen activos y consumiendo, pero cuando lo enciendes de nuevo lo recuperas todo exactamente como lo tenías y muy rápidamente. La hibernación básicamente consiste en copiar el estado de la RAM en un soporte y detener el aporte de energía (disco mecánico, SSD o llave USB, inclusive si sabemos configurarlo) mientras que si se corta la corriente en una suspensión se puede perder la información y nos vemos forzados a reiniciar el S.O. Así que si tienes que mantener tu ordenador inactivo durante largos periodos de tiempo pero necesitas apagar y reiniciar rápidamente tus tareas, la opción de hibernar es algo a tener muy cuenta en el plano de la productividad. El camino más simple La manera habitual que te enseñan en Internet (y que suele funcionar) consiste en acceder al Panel de Control de Windows. Para ello podemos pulsar el menú de inicio y escribir "panel de control", y hacemos clic sobre la aplicación con el mismo nombre que nos muestra.
Este panel de control “antiguo” es similar al que conocemos en otras versiones de Windows. Llegados aquí hacemos clic en Hardware y sonido.
Una vez estamos dentro del menú de Hardware y sonido hacemos click sobre la opción Opciones de energía.
Podemos llegar exactamente al mismo punto si tenemos habilitado el icono de energía en la barra inferior, donde pulsando con el botón derecho podemos llegar al mismo punto, pulsando en el menú Opciones de energía que también aparece entre Ajustar brillo de pantalla y Opciones de movilidad.
En el menú al que llegamos no cambiamos nada si no que tenemos que hacer click sobre la opción Elegir el comportamiento de los botones de inicio/apagado, que deberíamos ver en la columna de la izquierda.
En este menú, pulsamos en el enlace Cambiar la configuración actualmente no disponible que aparece en la parte superior. Para hacerlo necesitarás permisos de administración, así que probablemente te pregunte por ello.
Cuando pulsemos, si todo va bien aparecerán la opción Configuración de apagado, en ella ya podemos elegir qué opciones aparecerán cuando accedemos al menú de inicio y apagado, es decir: Activar inicio rápido, Suspender, Hibernar y Bloquear y lo único que tenemos que hacer es activar la opción Hibernar marcando el recuadro a la izquierda. Luego pulsamos sobre Guardar cambios y ya está (…o no).
Una vez está activada deberíamos poder hibernar el equipo tan solo activando la función en los diferentes botones de nuestro equipo o en el consabido botón de Apagar o cerrar sesión en el menú de inicio.
Si falla el método habitual Por alguna razón sin aclarar, suele ocurrir que cuando cambiamos nuestra versión de sistema operativo, normalmente al dejar Windows 10 Home, esta opción de hibernación no aparece al pulsar sobre Cambiar la configuración actualmente no disponible. Esto es porque está deshabilitada permanentemente y debemos activarla a través de un comando directo. Para ello debemos hacer clic en el menú Inicio de Windows y eligir Símbolo del sistema (administrador) o en las versiones más recientes esa pseudo-consola capada que aparece como Windows PowerShell (Administrador) y confirmamos con un Sí el aviso de seguridad que aparece para permitir hacer cambios en el dispositivo.
Se abre entonces la consola (una ventana negra con texto blanco normalmente o en PowerShelll de color azul).
En ella tenemos que escribir el comando que corresponde según lo que queramos hacer. En este caso para activar la hibernación escribimos: powercfg.exe /h on (y pulsamos el ENTER).
-Hay que tener cuidado de poner un espacio antes de la barra (/) y después de la “h”.
Si queremos desactivarla en el futuro (la única razón lógica que se nos ocurre es para eliminar permanentemente el archivo de reserva de memoria) basta con seguir los mismos pasos y escribir en la consola: powercfg.exe /h off Puede ocurrir que al ejecutar este comando nos aparezca: “No se puede realizar la operación. Error inesperado: 0x65b”? Entonces debemos repetir los mismos pasos pero asegurándonos de seleccionar Símbolo del sistema (administrador) o Windows PowerShell (Administrador) y tenemos concedidos los permisos de administrador sin restricciones, de lo contrario no podremos activar el comando. Cuando acabamos ya podemos emplear el modo habitual como hemos explicado al principio. ¿Problemas con la hibernación? Por normal general creemos que compensa tener habilitada la hibernación, pero pueden ocurrir situaciones donde sea mejor deshabilitarla. Puede incluso ocurrir que nuestro PC no la admita. Como hemos dicho al principio, cuando está activada, Windows almacena en el disco duro donde se encuentra el sistema operativo los programas y archivos abiertos. Para ello genera un archivo especial llamado hiberfil.sys. Cuando “despertamos” un PC en hibernación, regresa al estado justo antes de entrar en ella (más o menos… hay ciertas excepciones). Aunque se haya producido un corte de electricidad o nos hayamos quedado sin batería. La función es necesaria también para activar el inicio rápido de Windows 10, que sería en esencia casi lo mismo y nos puede permitir ahorrar mucha energía o batería en el portátil. El problema es que el archivo hiberfil.sys a veces llega a ser muy grande, sobre todo si tenemos mucha memoria RAM (pesemos en equipos de 8GBs, 16GBs o más y discos de estados sólido pequeños como 120GBs o 240GBs). Hay que tenerlo en cuenta en especial si nuestro disco duro es pequeño o queda poco espacio libre en él, sobre todo ahora con la manía obsolescente de soldar los discos SSD a la placa o dificultar el acceso a estos. En ese caso, desactivar la hibernación es la forma más rápida y sencilla de eliminar ese archivo y recuperar el espacio que deja libre. También se han dado algunos casos en que da problemas sobre todo en equipos antiguos que no disponen de drivers actualizados. Por eso nuestro consejo casi siempre será que no lanzarse como locos a actualizar a un nuevo sistema operativo, porque normalmente los problemas de este tipo se multiplicarán como las setas. Si queremos mantener el rendimiento y seguir al día siempre será mejor un SO basado en Linux como Ubuntu pero ya no dispondrás de parte de la oferta de software de Windows y además por desgracia me temo que eso ya no compete a este artículo. ¿Qué ocurre cuando estos métodos fallan? Si ambos métodos fallan el problema está casi al 100% en tus drivers, al reinstalar un SO o dejar que actualice (o al revés), Microsoft tiene la mala costumbre en muchos casos de instalar en las versiones que no son de pago, drivers genéricos que pueden funcionar, mal o peor (En las otras también, pero menos, ya que Windows Home se puede interpretar como una “zona de experimentación a prueba de quejas”) Es muy importante que guardes copia de seguridad de los drivers que venían con tu equipo en un CD-ROM o una carpeta. NO CONFIES en las actualizaciones del fabricante que encontrarás en su página Web, pueden no funcionar o sencillamente NO EXISTIR, así como suena. Que mantengan el soporte para tu equipo no significa que los drivers funcionen en una reinstalación pero esto NUNCA TE LO DIRÁN. En un mismo modelo hay versiones, modificaciones de hardware, updates, incluso cambios de hardware para una gran cadena comercial que los vende de oferta y que no son compatibles con el hardware oficial, aunque te parezca increíble, es así y no vas a encontrar ni confirmación de ello, ni información sobre esos drivers diferentes. La única opción es conservar TODOS los drivers originales. Una vez reinstales tu equipo o lo tengas con las actualizaciones detenidas debes intentar revertir a los drivers que sabias que funcionaban, y solo en caso de fallo descargar los de la página web del fabricante: La regla de Oro: Si algo funciona, ¡No lo toques! Desconfía de las promesas de mejoras si todo va correctamente Un último apunte: la suspensión híbrida Windows 10 ofrece a los usuarios varias opciones cuando se trata de hacer clic en Apagar. Todos sabemos las ya citadas: el sistema operativo puede hacer que el equipo se reinicie, suspenda o apague por completo, pero también hay una cuarta función menos conocida, llamada Suspensión híbrida. Vamos a ver rápidamente qué es la suspensión híbrida y cómo se puede activar en Windows 10. Como acabamos de decir, al suspender el equipo, nuestro ordenador activa un modo de consumo de energía limitado, mediante el cual los datos de la sesión se guardan en la memoria RAM para que todas las aplicaciones que estaban abiertas puedan funcionar con normalidad tras reanudar la sesión, mientras que en el modo de hibernación los datos de la sesión se guardan en el disco duro y no en la memoria RAM, algo muy útil porque reduce prácticamente a cero el consumo de energía. En la suspensión híbrida los datos de la sesión se almacenan tanto en la memoria RAM como en el disco duro. De este modo, al reiniciar el equipo es como salir de una suspensión clásica y el ordenador empezará a funcionar con mayor rapidez que de lo contrario y si ocurre un corte de electricidad durante una suspensión híbrida, Windows 10 permitirá recuperar con facilidad la sesión anterior. Realmente se podría definir como una suspensión a prueba de fallos, un poco más compleja que una suspensión habitual pero más segura (eso sí, ocupa disco duro, con lo que de nuevo aparece el problema del espacio).
Para hacer uso de la suspensión híbrida en Windows 10, debemos una vez más, ir al Panel de Control y buscar las Opciones de energía, luego si está disponible hacemos clic en la opción Cambiar configuración del plan que tengas activo y luego debemos ir a la opción que de Cambiar la configuración avanzada de energía.
En la ventana que aparece debemos buscar la opción Suspender, pinchar en la flecha hacia abajo y habilitar la opción Permitir suspensión híbrida. Al desplegar nuevamente dicha función, verás que podrás activar la suspensión híbrida en Windows.
Si estamos empleando un ordenar portátil o tablet con Windows 10, podemos también activar o desactivar la suspensión híbrida tanto con la batería como cuando el dispositivo se encuentra conectado a un cargador.
Al igual que con la hibernación, si no funciona probablemente te veas obligado a recurrir a la consola y usar powercfg.exe pues la hibernación es necesario tenerla activada para usar este modo. En la siguiente guía podrás ver cómo solucionar los problemas asociados a la reinstalación y los puertos USB 3.0 y 3.1.
Autor: Rubén Luna S
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1 Comentario
windows 10 en 2019
25/9/2019 00:18:43
llevaba 100 de webs buscando como activar el modo hibernar ques esta gente de windows insiste en esconderlo. Eres el único que encontrado que hable de este metodo en el cmd con powercfg.exe, muchas gracias
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