TECNOLOGÍA Y CIENCIA |
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Desde el diecisiete de noviembre muchos medios, incluso con aceptada reputación se han hecho eco del primer trasplante de cabeza, como si se tratase de un acontecimiento verídico y confirmado, pero lo que hay detrás es un movimiento de dudosa ética y moralidad, pero con mucho dinero de por medio y políticas legales, aunque de esto curiosamente ya no hemos sabido gran cosa y un mes después, la operación les ha salido perfecta, te lo explicamos: El polémico neurocientífico italiano Sergio Canavero, de la mano de Xiapoing Ren, salió a confirmar a bombo y platillo que había logrado con éxito la primera operación del mundo para trasplantar una cabeza de un cuerpo humano a otro, pero si leíamos con detalle resulta que ambos cuerpos ya eran cadáveres, un pequeño detalle que los medios de comunicación casi siempre publicaban en letra pequeña, no les fuera a arruinar la noticia. Canavero, conocido especialista en el campo de la neurología, no era la primera vez que salía a la luz pública con esta clase de asuntos (por usar un término), el neurocientífico ya había afirmado tiempo atrás haber realizado pruebas similares con monos y ratones. Según el propio Canavero, un mono sobrevivió al trasplante, pese a no recuperar nunca la conciencia y murió tras 20 horas, según los cirujanos implicados, lo cual se debió a que no se intentó reconectar la médula espinal por "razones éticas" (obviamente, someter a un mamífero superior vivo, próximo al ser humano a esta terrible operación condenada a una muerte segura, sí era ético…) Surgery/Ren/HEAVEN-AHBR via New Scientist Sin embargo, el neurocientífico dotado de una incombustible positividad y siempre inmutable ante el aluvión de quejas y críticas por parte de la comunidad científica y médica tanto por la falta de rigor, como de información detallada de sus experimentos, lo consideró un éxito, esto a pesar de la falta de recuperación de la conciencia y una supervivencia menor a las 24 horas. Aunque quizás no sea la comparación más adecuada, consideremos los pacientes con graves lesiones y en coma profundo: Pese a daños irreversibles en la médula espinal o hemorragias masivas a nivel cerebral, los pacientes se pueden mantener con vida varios días con soporte vital artificial tras un grave accidente antes de fallecer. ¿Comprenden a donde quiero llegar? La segunda consistió en trasplantar un injerto de la cabeza de una rata a otra, sí, un injerto que Canavero, sin embargo presentó como un trasplante de cabeza "exitoso" y el experimento, publicado en la revista CNS Neuroscience and Therapeutics, se vislumbraba ya como una preparación para el primero en humanos. Ya en esos momentos, todo parecía atender a una hoja de ruta… El experimento en sí es poco menos que la aplicación de conocimientos médicos preexistentes para realizar un experimento espectacular y macabro: la cabeza de una rata más pequeña fue unida al cuerpo de un roedor más grande, pero en lugar de simplemente reemplazar la cabeza, (un problema mucho más difícil de resolver) el equipo unió la cabeza del donante al cuerpo de la rata más grande, creando un animal bicéfalo. En este experimento Canavero, con la ayuda del doctor Cy-Yoom Kim de la Universidad de Seul, afirmo reconectar la médula espinal de 8 ratones a los cuales se les inyecto el compuesto PEG. Cuatro semanas después de la cirugía 5 de los 8 ratones tratados habían recuperado cierta movilidad, mientras que los otros 3 murieron. Cy-Yoon Kim, Konkuk University, Korea ¿Cómo? La operación involucró tres ratas en total: el donante, el receptor y un tercero utilizado para mantener el suministro de sangre a la cabeza trasplantada. Después del trasplante, la rata cuya cabeza había sido trasplantada fue capaz de ver y sentir dolor, mostrando que el cerebro funcionaba a pesar de haber sido separado de su cuerpo original, obviamente no había ninguna re-conexión en la médula espinal y el aporte sanguíneo como si de una máquina de bombeo viva se tratara lo realizaba una tercera rata, que se encargaba de todas las funciones de oxigenación y filtrado de la sangre. Así que llamar a aquello un trasplante de cabeza o tan siquiera injerto exitoso, más allá de lo temporal (hace muchos años que se injertan partes del cuerpo humano en otros lugares del paciente para mantenerlos con vida, por diversas razones, por ejemplo manos amputadas o reconstrucciones complejas tras accidentes graves) así que era sencillamente absurdo desde el punto de vista de la cirugía, pero se presento así en los medios de comunicación generalistas ávidos de vender lo que sea y lo anunciaban con luces de neón escondiendo la letra pequeña… el plan de ruta funcionaba a la perfección. El polémico neurocirujano italiano, junto a su colaborador Xiaoping Ren de la Universidad Médica de Harbin en China ya se comprometían a realizar un trasplante de cabeza humana a finales de 2017, sin dar explicación alguna sobre como reconectar la médula espinal, un problema insalvable según la ciencia médica a día de hoy (lo llamaremos así de momento, pero supongo que vamos dando pistas ¿No?). Heaven/Gemini Group El método de estos neurocirujanos consiste en utilizar un cuchillo muy afilado para cortar la médula espinal y luego colocar el cuerpo en un estado de hipotermia para permitir que se cure. En un lenguaje médico esto es como decir en aeronáutica: “Vamos a conseguir que un señor vuele a más velocidad que el sonido sentándolo encima de un cohete que quemará combustible altamente inflamable”. Hemos lanzado varios miles de estos cohetes y tras pasar la barrera del sonido han explotado, así que estamos listos… Disculpen pero no podemos ofrecer planos, cifras, cálculos, tipo de combustible, como se tripulará el avión, fórmulas aerodinámicas que garanticen que la nave no se desintegrará, etc los papers mas adelante…pero a finales de 2017 lanzamos a un señor muerto que ha explotado con el cohete y ha sido un éxito… tras lo cual seguimos investigando ” ¿Absurdo, verdad? Pues no, la notica se difundía como pólvora con las reticencias en letra pequeña, avivando la ignorancia que promueve la falta de cuestionamiento riguroso o las expectativas de personas de buena fe con problemas medulares y otros tipos de enfermedades, pero solo es la punta de un gran iceberg que espera pacientemente, ya que no va por aquí la cosa y los medios inconscientemente amplificaban un mensaje más importante difícil de vislumbrar a simple vista. Canavero ya había anunciado tras estas intervenciones que su paciente sería Valery Spridonov, un hombre ruso que sufre de la enfermedad muscular degenerativa de Werdnig-Hoffman, pero posteriormente el médico declaro que probablemente fuera un chino aún no seleccionado, sin dar razones claras de las causas de este cambio (para variar), pero en la ecuación sensacionalista de los medios ya teníamos “trasplante de cabeza”, “humano” , “Rusia”, “China” y nombres propios circulando como algo normal en la papilla de los medios de comunicación. Esta clase de experimentos no son nuevos, el científico soviético Vladímir Petróvich Démijov (1916-1998) fue pionero en los trasplantes de órganos, realizó trasplantes entre los años 1930 y 1950, como el trasplante de un corazón dentro de un animal o una substitución de pulmón y corazón, pero también es bien conocido por sus polémicos trasplantes de cabeza de cachorros en cuerpos de perros adultos, que consistían en trasplantar la cabeza, hombros y patas delanteras de un pequeño perro, en el cuerpo adulto de un pastor alemán. Los perros trasplantados por este procedimiento sobrevivieron entres unos días y unas semanas, antes de sufrir un rechazo de tejidos. Esta imagen corresponde al último trasplante de cabeza llevado a cabo por Vladimir Demiknov el 13 de enero de 1959, en Alemania Oriental. Bundesarchiv, Weiß, Günter Según los especialistas, los experimentos fueron diseñados para investigar problemas que podrían surgir durante un trasplante humano, como el aporte sanguíneo al cerebro y la posibilidad de rechazo del nuevo órgano, pero del problema principal que es la re-conexión de la médula espinal no existe ninguna, repito NINGUNA información, documentación o pruebas acreditadas del procedimiento y por supuesto, mucho menos experimentos que se puedan reproducir en laboratorio donde podamos estudiar la re-conexión de dichas células nerviosas de la médula espinal y que aporten luz sobre los principios que se aplicarán en la intervención para reconectar las células nerviosas. Muchos expertos dicen que no hay pruebas suficientes de que un trasplante de cabeza humana tuviera el mínimo éxito (es desalentador observar como muchos medios de comunicación rigurosos han suavizado o minimizado estas críticas, para conseguir un mayor sensacionalismo y la atención hacía este despropósito interesado). El mismísimo presidente electo de la Asociación Americana de Cirujanos Neurológicos, Hunt Batjer ha criticado abiertamente y sin tapujos los planes de Canavero y sus colegas para trasplantar una cabeza humana: El neurocirujano Tipu Aziz, acreditado especialista, conocido públicamente por su tratatamiento del piloto de Fórmula 1 Michael Schumacher, una de las figuras del John Radcliffe Hospital de Oxford, declaró abiertamente a The Times: "Ha perdido la razón". Canavero sencillamente replicó: "No entienden mi plan". Resulta un poco difícil entender un plan cuando no existe plan, cuando no existen publicaciones o información acreditada. Sin embargo el equipo de este neurocirujano italiano vuelve a ganar la partida, dispone de fondos y equipo en China. La hoja de ruta es ya una autopista por donde se circula a gran velocidad mientras la comunidad médica y científica asiste estupefacta a este circo absurdo. Si todavía estamos lejos de poder resolver los problemas que supone un trasplante de cabeza y todos los implicados lo saben ¿De qué va entonces todo esto? Una vez más sencillamente de dinero. Pero no como imaginamos, si no a nivel de la industria de investigación farmacéutica y biomédica. Concretamente la de los países dispuestos a ofrecer ventajas a la hora de facilitar procesos de investigación y desarrollo biomédico a costes más baratos y legislaciones más laxas. Estamos asistiendo simple y llanamente a una campaña publicitaria donde lo de menos es que se consiga lo que es obviamente imposible. Aquí lo importante es el donde. YouTube /TEDx Estos sucesos no son una actuación descabellada, implican grandes sumas de dinero, quienes lo poseen y permiten estos experimentos saben perfectamente la escasa probabilidad de éxito, pero no buscan estafarnos vendiéndonos algo imposible en la actualidad (aunque sí es cierto que despiertan infundadas esperanzas en personas con terribles padecimientos de manera colateral). El objeto de inyectar medios económicos es sencillamente potenciar dicha experimentación para que alcance relevancia pública y mostrar músculo en vanguardia de desarrollo y sobre todo…. Legal con el objeto de atraer cierto tipo de negocio ¿Extraño? Veamos: Lo primero es ver quién son realmente los actores de esta obra: Sergio Canavero Nacido en Turín hace 53 años, estudio la carrera médica en la propia universidad de su ciudad para luego pasar a trabajar como brillante neurocirujano en el Hospital Universitario de Turín, acumulaba un buen prestigio ganado con esfuerzo y sobradamente documentado, nadie lo puede negar, durante 22 años operó a cientos de enfermos e investigó nuevos métodos para tratar el Párkinson. Así que no se puede decir que sea un intrusista o un estafador llegado de la nada, su interés es real. Aunque su interés por los trasplantes extremos sea ahora conocido, es una larga historia que ronda su carrera profesional. De hecho en el año 2015 el Grupo de Neuromodulación Avanza de Turín se separó del Hospital de Turín, precisamente por su oposición a su trabajo en materia de trasplantes de cabezas materia donde lleva investigando hace mucho tiempo. Ya en el año 2013 Canavero publicó un protocolo donde explicaba que el trasplante de cabeza era posible: el proyecto “HEAVEN” (head anastomosis venture). Así que el año pasado, siguiendo al pie de la letra su plan de ruta, anunció que ya lo había realizado en perros, aunque ninguna revista científica pudo certificarlo. Pero tiempo después por fin aparece una publicación en CNS Neuroscience adn Therapeutics donde firma el experimento con ratas junto al neurocirujano Xiaoping Ren de la Universidad de Harvin (China), donde curiosamente se realizan los ensayos, no en Italia u otro país de occidente. Xiaoping Ren Xiaoping Ren, nacido en1961, tampoco es un advenedizo o un impostor en el campo de la medicina, profesor asociado de farmacología y biopsia celular en la Universidad de Cincinnati, recibió su titulación como doctor en la Universidad Médica de Harbin en China en 1984, recibiendo una extensa formación y experiencia en Estados Unidos pasando por la Universidad de Louisville, Kentucky (1996-2000). Xiaoping Ren junto a Sergio Canavero. La República.ec Su trabajo en la regulación de las reacciones de inmunidad y la investigación de inmunosupresores es notable así como en la comprensión a nivel molecular del comportamiento neuronal, siendo miembro de la Asociación Americana de Cirugía y la Asociación Americana del corazón. Su curriculum es cuanto menos extenso y fiable dentro del campo de la medicina, contrastable y desde luego tangenciales cuanto menos en las disciplinas asociadas a las aspiraciones del doctor Canavero. De hecho hay que destacar su meritorio trabajo en la investigación para el primer trasplante de mano a Mathew Scott el 25 de enero de 1999 reconocido por la comunidad médica. Ren ha trabajado durante años practicando con ratas, dar el salto inmediato a personas es imposible a corto plazo, en teoría, la distancia entre un roedor y un ser humano es tremenda, pero es válido para según Ren y Canavero investigar la posibilidad de que el sistema inmune del animal receptor rechace la nueva cabeza y cuestiones relacionadas con el flujo sanguíneo al cerebro, problemas que podrían surgir durante un trasplante humano. De hecho, se emplearon 1.000 ratas para llegar a mantener con vida algún roedor (imaginemos por un momento el coste económico de facilitar los medios para toda esta investigación). El propio Canavero afirma que el coste de una intervención en humanos rondaría los 10 millones de dólares, ¿De dónde sale el dinero?, inicialmente todo giraba en torno al Grupo de Neuromodulación Avanza de Turín, para luego orbitar hacia el Grupo Colaborativo Internacional Heaven/Gemini, creado específicamente para lograr el trasplante de cabeza entre humanos, aunque desde el anuncio de la intervención en el primate, todo esto escora ya hacía el centro médico universitario de Harbin en China, donde Canavero ha recibido vía libre para experimentar de la mano de Ren, sin mostrarse críticas visibles a la opacidad de su trabajo. Gel ¿Qué gel? El mayor problema al que Canavero y su colega se enfrentan se enfrenta es, de momento, insalvable: reconectar la médula espinal, algo que nadie ha logrado y tampoco existen estudios ni experimentos en la comunidad biomédica que nos den esperanzas de estar precisamente cerca, pero Canavero nos presenta su solución: Pegamento para nervios. Actualmente los médicos no saben cómo unir las fibras nerviosas que salen del cerebro y llegan a la médula para después dar movimiento a nuestros miembros y órganos, esa es la realidad constatable. Pero siempre que le preguntan al respecto, el neurocirujano italiano saca a relucir su biogel, una especie de pegamento plástico que, asegura, está revolucionando la medicina y que permitiría empalmar los nervios de la cabeza del donante con la médula del receptor. La investigación de Canavero está inspirada en parte por la del doctor Robert Joshep White (1926 – 2010) Neurocirujano norteamericano que en 1970 logró trasplantar con relativo éxito la cabeza de un simio en el cuerpo de otro, aunque sin conectar el sistema nervioso. Bizarrepedia El mismísimo Rafael Matesanz, responsable hasta hace poco de la prestigiosa Organización Nacional de Trasplantes declaro: "No es más que el sueño de una noche de verano; no lo veo" Hablamos de un biogel, del que nadie tiene constancia en la industria farmacéutica, en la FDA, (la conocida Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) ni esta, ni se le espera. No existe documentación ni estudios verificables, ni tan siquiera una aproximación a su composición más allá de citas periodísticas y en las redes con palabras genéricas como prepárense: polietilenglicol (PEG) que por poco no lo confundimos por ejemplo, con uno de los componentes propios de las tintas de las impresoras de inyección… Pues nada, este pequeño detalle parece ser olvidado cuando se pone altavoz a sus declaraciones, aunque desde un punto de vista médico y científico es crucial, mucho más que los problemas de rechazo o reconexión de los vasos sanguíneos y otros tejidos, donde curiosamente se pone mucho énfasis y los estudios en el campo médico están previamente muy avanzados y resulta fácil argumentar. La excusa perfecta Llegamos pues al tipo de declaraciones que ofrece Canavero y que más interesan a sus patrocinadores: "La cuestión ética no es un problema. Haga donde se haga la intervención quirúrgica, al final conseguiremos el permiso para llevarla a cabo porque habrá tantos pacientes que solicitarán someterse a tal operación que el país que la acoja no podrá decir que no", Actualmente Sergio Canavero es una estrella mediática pagada y patrocinada, llena aulas en las universidades a donde va, e incluso muchos hospitales reclaman su presencia provocando tanto indignación como asombro en los foros científicos más reputados del mundo. Pero lo cierto es que no existe ni un paper publicado que ofrezca la más mínima tranquilidad sobre sus intenciones y quienes lo patrocinan lo saben, pero no importa, porque como ya habrán adivinado muchos de nuestros lectores el objeto de promocionar esta investigación tiene que ver con cuestiones muy distintas de índole económico, moral y legal. La industria farmacéutica invierte miles de millones en investigación y las medidas para la experimentación, obligan a largas y costosas fases de control hasta que se llega a las pruebas clínicas con humanos. Hasta que un medicamento alcanza la aprobación de las autoridades sanitarias se exigen pruebas y largas fases de experimentación que suponen unas cifras tremendas que tienen que ser costeadas por los laboratorios o las empresas biomédicas que deseen que sus productos se autoricen para la venta. Sergio Canavero junto al ingeniero ruso Valery Spiridonov, confinado en una silla de ruedas a casusa del síndrome de Werdnig-Hoffmann una seria enfermedad genética degenerativa. ¿Es justo y éticos ofrecer esperanzas antes de tiempo, a sabiendas de los intereses que existen detrás de todo esto? Sevendaynews Antes de que un medicamento, un instrumento, dispositivo o un procedimiento quirúrgico sea empleado debe garantizar la seguridad del paciente en muchos aspectos tanto presentes como futuros. Todo ello implica largos años de investigación y gasto en cada fase. Pero, ¿Cómo podemos decir que nos lo saltamos sin decirlo? ¿Cómo decirle a una empresa? Tranquilos, aquí pueden investigar a un coste menor medicamentos, instrumental, intervenciones peligrosas, lo que necesiten con una regulación menor y de paso evitar el cuestionamiento ético. Obviamente, se ha encontrado en Canavero y Ren ese vehículo para ofrecer un aviso a navegantes, sutil pero claro, se ha encontrado un camino ideal para ofertar un lugar donde experimentar y desarrollar sin las restricciones éticas o legales que podrían encontrar en otros lugares. A partir de aquí las opciones se vislumbran: Damas y caballeros, bajen el listón regulatorio o ya sabemos dónde acelerar la investigación y el desarrollo de nuestros productos a un coste menor. La conclusión resulta en apariencia simplista así de resumida. Desde luego lo es, sacada de contexto y carente de reflexión, puede que incluso equivocada reducida a tres o cuatro líneas. Pero nadie invierte tanto dinero y tiempo en una empresa probablemente avocada a la derrota si no obtienen algo a cambio. Los intereses altruistas, como hemos mostrado se pueden incluso aceptar en el caso de Canavero y Ren, llevan en sus espaldas una vida de trabajo y convicciones por las que han luchado, las consideremos alocadas o no, para ellos son reales, incluso factibles y se aliarán con el diablo si fuera necesario, su prestigio lo es todo para ellos y al final pueden acabar como dignos ejemplos del significado de la palabra fracaso y ridículo, lo saben y se la juegan por lo que creen. Sin embargo detrás de toda esta puesta en escena hay gobiernos y entidades que autorizan y fomentan estas investigaciones dejando la ética y la ley en el lugar que consideren oportuno para maximizar la entrada de beneficios en el campo de la regulación biomédica, hay demasiado dinero a ganar suavizando las leyes y la crítica ética, pero decirlo en público resulta muy difícil, es más fácil ejemplificar y dejar que estos investigadores enarbolen la bandera. Tienen una tarea difícil quienes les apoyan para conseguir sus objetivos, pero parece que ahora han encontrado un camino firme para publicitarse y hacer presión. Así de sencillo. Manuel Castelló (kasmangou) Temas relacionados: Divulgación científica, Biomedicina, kasmangou. Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. 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1 Comentario
Ignaci Casal
16/12/2017 10:20:26
Efectivamente, no es casualidad que China esté detrás para variar, quisiera recordar que es una de las grandes industrias de fabricación de medicamentos falsificados junto a parte de sus países vecinos. Que quiera presionar para disminuir la regulación farmacéutica o medica parece lógico si atrae inversión del tipo que sea. Sin ética todo vale por el dinero y se han montado con esto una campaña publicitaria inmensa para dejar claro que allí se puede hacer lo que quieras pagando el correspondiente tributo. Enhorabuena por decirlo tan claro: es una campaña publicitaria
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