Después de un verano sin espacio para las “vacaciones” hemos terminado por fin las obras, justitos pero a tiempo.
En los últimos 45 días hemos ido adaptando la publicación a todos los requisitos y exigencias a los que nos ha llevado dos años de experiencia continuada peleando en todos los frentes, tanto a nivel técnico y artístico como en la propia estructura.
Los principios no cambian, crecemos y buscamos nuevas maneras de hacerte pensar y ayudar a que te escuchen
Como nadie acostumbra a leerse estos editoriales no me molestaré en aburriros contando detalle tras detalle todos los cambios, algunos se ven a simple vista y otros no, pero si el resultado os gusta, todo lo demás no importa. Así que me limitaré a destacar lo esencial, que es precisamente todo lo contrario: ¡NO HEMOS CAMBIADO! Nuestra esencia, principios y filosofía se mantienen intactos como prometimos el primer día: Compromiso con la preservación del medio habiente y la sostenibilidad, promoción de la ciencia y la cultura como única vía para un futuro mejor y una honestidad a prueba de bombas donde nadie va a intentar venderos ni promocionar nada. Queremos ir a contracorriente y denunciar el peligroso camino que ha emprendido la Red, donde la publicidad invasiva, la falta de información veraz y la destrucción del periodismo justo y honesto han abanderado el constante crecimiento de la red. Por otro lado, hemos podido observar un profundo interés por la salud, los problemas médicos y la educación de vanguardia que no hemos podido obviar asignando secciones propias. Nuestro interés por la tecnología, el cine o la cultura de vanguardia se mantiene intacto pero no podíamos mirar hacia otro lado. La medicina: Expresión máxima de lo que podría significar avanzar tecnológicamente por el camino correcto En estos dos últimos años hemos descubierto algo sorprendente: el ansia de conocimiento médico de muchos internautas y la ausencia casi absoluta (con honrosas excepciones) de lugares donde informarse de forma asequible de temas médicos. Las pseudociencias, el contenido sensacionalista y las mentiras campan por todas partes intentando obtener beneficio económico de la enfermedad de las personas. Hemos podido comprobar hasta qué punto Internet y quienes lo pueblan pueden ser malvados y miserables para enriquecerse a cambio de tu desgracia, incluso ver con tristeza como muchos comunicadores que podrían ofrecer información honesta y de calidad, se ven obligados a ofrecer continuamente contenidos inútiles para poder subsistir en una Red donde las visitas lo marcan todo: sin publicidad, no hay dinero. La visibilidad manda y todos discuten como aves carroñeras por una poca, pero al final lo único que consiguen es un caldero de confusión, donde encontrar información veraz y de calidad es una tarea demasiado cansada y difícil de realizar para casi todos (máxime si están enfermos o no gozan de un conocimiento extremadamente avanzado de la materia que buscan o de Ia propia idiosincrasia traicionera y comercial que impera en la Red) Todo esto hace que la herramienta más potente que ha diseñado el ser humano en toda su historia se transforme en algo cada vez más inútil, pese a consumir cada vez más recursos y provocar el desinterés de las personas por el verdadero conocimiento, ya que la moderna tecnología les ha hecho pensar que todo está detrás de un clic. Pero es mentira. Vamos a demostrar que es posible ofrecer información honesta, amplia y comprensible sobre medicina sin tener que competir con nada ni nadie, además de intentar ayudar a que podáis encontrar en la Red los lugares donde también podréis informaros con garantías de evidencia científica y honradez. Predicar con el ejemplo: nosotros somos quienes te apoyamos económicamente El mundo de la comunicación se ha acostumbrado a que todo se transforme en Internet en una jungla de publicación invasiva, contenidos “patrocinados” y mentiras contadas como noticias para poder llegar a fin de mes y no enfadar al amo que los alimenta. Los jóvenes mejor preparados que aspiran a poder contar algo que valga la pena se enfrentan a sueldos de miseria, y solo pueden limitarse a tratar a los usuarios como meros productos sin cerebro a los que hay que vender algo. Si se esfuerzan en hacer algo realmente excepcional, da lo mismo, no obtendrán una recompensa por ello y acabarán cansados y apáticos. Pero no escucharás nada de esto en las noticias. Hace poco me contaron que un joven periodista, muy bueno, como no era conocido, con suerte podía escribir gratis en un periódico de renombre o en la página web del mismo y dar las gracias de rodillas, da igual la calidad y el esfuerzo dedicado porque ahora todo funciona así. Personalmente pienso que es un poco exagerado, pero define perfectamente la dirección en la que va todo. Es una dirección real causada por la aceptación de las nuevas reglas del juego, donde tú siempre pierdes el partido, aunque no te das cuenta Como denunciarlo es inútil y no sirve ya de nada, nosotros vamos a invertir las reglas del juego: No te vendemos nada, no dependemos de nadie, no hacemos negocio contigo y realmente te ayudamos económicamente si publicas con nosotros, sin engañarte y sin apropiarnos de nada, porque ese es el truco: deseamos que la cultura, la formación y la información sea libre así que te ayudamos a cambio de que la hagas pública y des a conocer tu trabajo para denunciar una situación vergonzosa. No paramos de repetirlo, porque es la verdad, aunque ya nadie se cree nada, a veces cuando contactan con nosotros les cuesta creer que seamos reales, resulta divertido ver como ya todo el mundo se cree que les mientes, (lo más terrorífico es que lo dan por cierto y les da igual) porque hemos acabado con la concepción de la honradez que deberíamos exigir por “omisión” a todo el mundo. Ahora “todos mienten” todo son palabras vacías y eslóganes, nos hemos acostumbrado a que nos engañen para conseguir algo de nosotros y nos da igual: Todos sabemos que los bancos no nos quieren y se aprovechan de nosotros “legalmente” con la letra pequeña, sabemos que todos los periódicos nos mienten con los titulares según les paguen unos u otros, sabemos con casi total certeza que la mayor parte de lo que leemos, vemos o escuchamos no contiene nada interesante, simplemente nos entretiene como mucho y ha sido diseñado para que hagamos “clic” para que al menos les “paguemos” la publicidad que nos meten. Pero ya no te irritas. Todo funciona así, sabes que tu nuevo coche no te dará la felicidad y que antes o después comenzarán los fallos de siempre por los que te sacaran tu tiempo y tu dinero. Sabes que ninguna empresa, ningún político, ninguna televisión se preocupa por ti, solo quiere que te gastes el dinero con ellos, que les des tu voto o te tragues miles de horas delante de la pantalla…lo sabes y ya no te cabrea, lo aceptas ¿Porqué? Defendamos a quien lo merezca Te han vendido un modelo que depende del actual desprecio por el autor, reducido a un esclavo que debe dar gracias por plasmar su firma en un diario, en una publicación o sencillamente para que engorden las cuentas de beneficios de las redes sociales. Si nosotros podemos cambiar eso sin engañarte ni venderte nada, solo con nuestro esfuerzo y el de las personas que creen en nosotros: ¡Imagínate lo que podría hacer el resto! Internet está al borde de transformarse en un televisor en blanco y negro, dos canales y mucha, muchísima tecnología para recabar toda la información posible de ti a cambio de nada (quizás un poco de entretenimiento insustancial y ver las fotos de las mascotas). Es tan solo cuestión de años que esta descripción sea incluso más real, por mucho que pienses que eso es imposible (si te queda alguna duda léete bien la nueva ley de derechos de autor en Europa y reflexiona un poco). ¡Pero si podemos lo vamos a evitar! Lo más probable es que no lo consigamos, pero da igual, lo importante es intentarlo y haber descubierto por el camino que no estábamos solos. Te puede interesar: Manuel Castelló (kasmangou) Temas relacionados: Editorial, Kasmangou, ¿Te gusta escribir? Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. 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