TECNOLOGÍA Y CIENCIA |
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Foro para padres principiantes – Pregunta tus dudas (1)
El objetivo de este foro será proporcionar a los padres o tutores de un niño las herramientas y conocimientos básicos para establecer un seguimiento y control del uso que hacen los menores a su cargo de las nuevas tecnologías.
Así mismo comentaremos las buenas prácticas que se pueden llevar a cabo con los niños desde temprana edad de manera que sea cada vez menos necesario un control y supervisión por parte del adulto.
Puedes continuar desde aquí a la 2da Parte: Control parental en Windows 10
¿Es malo que mi hijo use Internet?
Todos sabemos que los teléfonos móviles, los ordenadores y las tabletas son herramientas muy útiles ya que ponen a nuestro alcance una cantidad enorme de información y son fundamentales para una educación moderna. No tiene sentido de privarles del acceso al principal medio de comunicación e información, el uso de Internet presenta muchas ventajas para la educación y socialización de los menores, facilitando la comunicación, como herramienta lúdica y también puede ofrecer innumerables posibilidades de aprendizaje o de acceso a una información de un valor incalculable. Ahora bien, cuando esa información se le ofrece a un menor de edad sin ningún tipo de filtro o restricción, cuando no hay control de uso y mucho menos una educación mediática adecuada por parte de los padres o la escuelas, el acceso a contenidos peligrosos se hace más factible y el riesgo de que dañe a nuestro hijo de infinitas maneras. Es un arma de doble filo, como lo puede ser cualquier medio, no es lo mismo una enciclopedia que una revista pornográfica, pero no prohibimos a nuestros hijos que aprendan a leer y escribir o el acceso a los libros ¿Verdad? ¿A que nos enfrentamos? Pues si todavía somos principiante comencemos con un repaso de los diferentes riesgos a los que se enfrenta un menor y conozcamos su lenguaje específico. Mensajería Premium, pagos en Internet y Micro-pagos en juegos Tanto de una manera consciente o inconscientemente, un menor o un adulto pueden realizar una acción que acarree un pago adicional en la factura de la telefónica o de la tarjeta de crédito. Hacer un solo click en el lugar equivocado, contestar al Whatsapp o el Telegram equivocado y sin darnos cuenta estamos suscritos a un servicio de mensajería que se cobra en la factura del teléfono.
Campaña contra los peligros de la web, en Brasil - Flickr
Mensajería Premium Es ya una estafa “clásica” en Internet y consiste en la suscripción a un servicio de mensajes de pago. El incauto se suscribe y comienzan a llegar mensajes sobre noticias que le interesan, avisos, el tiempo, determinadas alertas, etc. Parece una buena idea que puede resultar parece útil, pero en la casi totalidad de los casos resulta ser una estafa (y decimos “casi” por si alguien conoce una que no lo sea, en nuestro caso, no). Cada mensaje se cobra. Cada vez que el usuario recibe una alerta, se le cobra una cantidad que ya no se puede recuperar, y que se considera un pago a un servicio ya consumido. Incluso con el cuestionable coste, el hecho del cobro, podría tener sentido, si alguien quiere suscribirse, es mayor de edad y consciente del peligro que supone. En teoría, el proceso de suscripción estipulado y legal sería así:
Pero en la práctica no es así, es un proceso completamente malintencionado donde no es necesario que se escriba el código de confirmación, ni tan siquiera escribir tu teléfono en la página. Las empresas solo tienen que conseguir el número de teléfono de cualquier manera posible: comprando incluso bases de datos de teléfonos de las miles que están a la venta, por ejemplo las que venden las páginas web, esas que lo dan todo “gratis” por ejemplo y que pueden acceder con facilidad a nuestro número de teléfono tan solo con la autorización de permisos al acceder a una página o instalar una app.
speedofcreativity.org
Es muy probable que el “proceso de venta” sea completamente “legal”, puede que la página en la que la que dejamos nuestros datos haya vendido esa información a un tercero y quede claro en los términos y condiciones de uso, que aceptamos.
Cuando una empresa se ha hecho con el teléfono, puede mandar un mensaje. Pero no un mensaje con un código de confirmación, sino simplemente un mensaje tipo:
-Hola guapo, ¿me has escrito? Soy María, Me ha dado tu número un amigo, ¿te conozco?. Basta con contestar a uno de esos mensajes y el niño quedará suscrito a un servicio de mensajería premium. Casi nuca se puede hacer nada, aunque se puede denunciar, cuando se acumulen la denuncias la empresa, alojada en un país probablemente a miles de kilómetros y unas garantías legales vergonzosas simplemente desaparecerá. Puesto que no tenemos ningún tipo de notificación avisándonos de que el niño está suscrito, no nos damos cuenta hasta el momento en el que llega la factura y para entonces ya es tarde. Además la operadora no se hace responsable de los cobros que se hacen a través de estos servicios.
Muchas veces en el caso de los cobros Premium tiene fácil solución y se debería prevenir que esto os ocurra llamando a nuestra compañía de teléfonos y diciendo que restrinja las mensajerías premium y los pagos a terceros en la línea de vuestro hijo.
Por desgracia la ley es bastante ambigua en todo esto y la regulación en las compañías de telefonía e Internet escasa, careciendo también en la práctica de un código ético que se aplique (buen ejemplo es el fracaso en muchos casos de la “lista Robinson” un sistema voluntario de suscripción para que no nos molesten con publicidad y los miles denuncias que se producen continuamente en todas partes por este motivo). De todas maneras más peligro presenta últimamente una “moda legal” basada en uno de los entretenimientos más comunes de los jóvenes: Los videojuegos. Es un negocio en alza que genera miles de millones, y unos cuantos vienen de una de las modalidades que vamos a explicar.
El peligro de los micropagos, loot boxes, dlc, etc. en los videojuegos
Comenzaremos con un buen ejemplo no demasiado lejano y que podemos comprobar con facilidad en los medios de comunicación en Internet, es una muestra clara y letal de lo que puede ocurrir: A finales del año 2017 un niño de 14 años en Irlanda gastó todos los ahorros de sus progenitores a base de micropagos incluidos en el célebre juego FIFA 18, lo peor era que el niño lo hizo sin ser consciente de ello, ya que no había activado ninguna opción de pago, simplemente la tarjeta de crédito de la madre ya estaba introducida en el sistema. El asunto era aún más sangrante, pues la compañía no se hacía responsable de estos costes derivados del juego. Pese a estar hablando de un videojuego de fútbol, que resultaba de lo más normal que fuese jugado por menores (legalmente la compañía no había incurrido en ninguna omisión que le obligase al reembolso). Se hacen necesarias medidas de seguridad para bloquear este tipo de micropagos o elementos de azar cuando puedan dirigirse a usuarios menores de edad, pero en la práctica no existen y las pocas restricciones legales son fácilmente sorteables. El problema es más grave además de la falta de mecanismos de seguridad que impidan estos pagos cuando hay menores implicados, algo ya habitual, la manera en la que esos micropagos son introducidos en los juegos fomenta hábitos en los menores que los hacen vulnerables a la ludopatía.
Los videojuegos buscan en lo posible ocultar la transacción económica y camuflan frecuentemente los cobros en forma de puntos o dinero virtual que impiden tener una percepción clara de lo que es real y que no.
En los juegos para móviles estas prácticas poco éticas son frecuentes hasta el punto de que es raro ver ya alguno que no los incluya. Pero desde hace ya un tiempo, nos hemos encontrado con micropagos en un buen número de grandes producciones para consolas y PC: las loot boxes. A grandes rasgos, nos encontramos con que pagar el precio de un juego no supone adquirirlo en su totalidad (técnicamente hoy en día solo los alquilamos durante un tiempo), algo que llevamos un tiempo viviendo con los DLC, con la diferencia de que ahora, todo está repartido en pequeños anzuelos que las compañías en cuestión ponen con la esperanza de que alguien pique, sobre todo los más pequeños. Desde el punto de vista del negocio puro y duro tiene desgraciadamente bastante sentido: un juego puede costar entre 15-20 euros a 100-120 euros dependiendo el rango y plataforma, precio que puede tirar para atrás a muchos jugadores, sobre todo niños con pocos medios a su alcance, sin embargo, conseguir el juego gratis o casi gratis y mientras juegan proponer conseguir una espada que dispara fuego por un euro... ¿No resulta demasiado atractivo para progresar en el juego?
Wayan Vota - flickr
Vamping El Vamping es un nuevo fenómeno que se ha vuelto común entre muchos adolescentes: pasar despiertos gran parte de la noche “pegados” a la pantalla de un ordenador, teléfono u otro tipo de dispositivo. No es una práctica exclusiva de los adolescentes ya que los adultos muchas veces también tienen el mismo problema y cada vez, gracias a la disponibilidad de dispositivos móviles, se presenta a edades más tempranas. Exactamente no supone ningún tipo de delito, es más bien un fenómeno de adicción también propiciado por muchas páginas y plataformas con el fin de “enganchar” a los usuarios con técnicas que causen dependencia de sus productos y servicios a través de muy variadas técnicas. Internet es un negocio, así que las empresas buscan desarrollar cualquier estratagema para que los usuarios pasen el mayor tiempo posible sin importar las consecuencias. Para poder controlar el tiempo que pasa tu hijo delante de una pantalla establece con él si es posible, a través del diálogo un lugar de la casa donde todos utilicéis los dispositivos que impida por ejemplo que se lo lleven a su habitación o un lugar donde no puedas saber que hacen. Pactando unos horarios para el uso de los ordenadores y los smartphones. Un buen truco por ejemplo puede resultar tener la conexión a Internet centraliza a través de una conexión de Wifi donde solo los padres puedan controlar el Router, así, pasada cierta hora solo hay que desconectarlo. Con la telefonía móvil, resulta más difícil porque es difícil bloquear las tarifas de datos, pero lo mejor es que dispongan únicamente de tarifas de datos muy limitadas, así si lo usan fuera de horas resultará muy fácil de averiguar observando las facturas. Además en algunas operadoras el tráfico de datos fuera de “bono” o “tarifa” suele apuntarse en la factura reflejando las horas en las que se produjeron los cargos y conexiones igual que una llamada telefónica.
Ciberbullying
No es la primera vez que hablamos de este fenómeno en nuestra página y que consiste en el uso de la telefonía móvil, Internet o videojuegos online para ejercer el acoso psicológico entre iguales. Estamos ante un caso cuando un o una menor amenaza, molesta, hostiga o humilla o a otro mediante tecnologías telemáticas. La palabra Ciberbullying viene de su variante en el mundo real, “Bullying” una palabra anglosajona que significa “intimidación” pero que con el paso del tiempo se ha trasladado al mundo de la pedagogía y la psicología de manera común y generalizada para definir este problema. Por tanto cuando hablamos de Bulling o Ciberbullinr realmente la línea que los separa es difusa. Gracias al “anonimato”, la no percepción directa e inmediata del daño causado y la adopción de roles imaginarios en la Red convierten al Ciberbullying en un grave problema. La sensación de anonimato sin embargo es completamente falsa ya que en internet absolutamente todo es rastreable. En teoría en caso de que darse un caso de Ciberbullying que termine en una denuncia policial, la policía tiene completo acceso a las comunicaciones enviadas y recibidas a los dispositivos, pudiendo ser causa de delito, en cuyo caso los responsables son los padres del menor en gran parte de los casos.
Fuente: Save the Children/Statista
Es importante realizar políticas educativas donde se explique a los jóvenes la importancia de preservar el honor y la dignidad tanto propios como de las demás personas y que este tipo de comportamientos no deben consentirse, haciendo copartícipes a todos los jóvenes de la necesidad de hacer frente a estas situaciones y no mirar a “otro lado”.
Educaintef/Ministerio de educación
Grooming
El Grooming consiste en acciones deliberadas y malintencionadas por parte de una persona adulta con el objetivo de establecer lazos de amistad con un niño/a o adolescente en Internet, con el objetivo de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas del menor. También puede ser más grave, incluso con la planificación para poder tener un encuentro sexual con este.
El Grooming es un proceso de acercamiento y manipulación que puede llegar a ser muy complejo y que consta de varias fases:
Búsqueda de la posible víctima Para encontrar a sus jóvenes víctimas los acosadores utilizan salas de chat como las de redes sociales, los videojuegos o foros de discusión de todo tipo y temática donde un joven pueda interesarse, además en menor medida pueden emplear correos electrónicos y otros tipos de mensajería instantánea como grupos de Whastapp, Telegram o Gmail. El acosador para localizar a su víctima se preocupa por analizar tres factores esenciales: Vulnerabilidad, necesidad emocional y poca autoestima. Fase de Amistad Para establecer una relación de amistad sin levantar sospechas en la víctima, el acosador se hace pasar normalmente por un niño o niña de una edad parecida al menor. Lo primero que suelen hacer es preguntar por sus gustos y aficiones, para mostrar inquietudes similares, así, al adaptarse a ellos, gana su confianza y facilita que la víctima se sienta rápidamente cómoda con el extraño, ya que siente que tienen puntos en común. Aislamiento de la víctima Para poder llevar a cabo sus planes con impunidad el delincuente intenta separar al niño de su relación con padres y amigos, de manera que así el se convierte en la persona más afín a la víctima, para ello no dudará en sembrar la duda sobre la “bondad” del resto de sus relaciones, intentando enfrentar en muchos casos al joven con su familia y amigos para conseguir que este se acerque al acosador Chantaje Una vez se ha ganado la confianza del menor y ha obtenido fotos o videos de la víctima, los acosadores suelen pasar a sus verdaderos objetivos, chantajeando a los menores y amenazándoles con publicar el contenido que les dieron si no les envían más imágenes con contenido explícito e incluso llegando pedir encuentros en la vida real para tener relaciones sexuales o realizar más contenidos audiovisuales del mismo estilo.
www.projuventute.ch - flickr
Sexting Esta modalidad consiste en el envío de contenidos de carácter sexual, principalmente fotografías o vídeos, pero a diferencia por ejemplo del grooming suelen ser creados por el propio remitente y enviados a otras personas por medio de teléfonos móviles, tablets, cámaras deportivas, etc. Realmente esto no sería algo nuevo, desde el origen de los dispositivos de comunicación y captación de imágenes, las personas los han empleado para enviar contenidos de carácter sexual, tanto eróticos como pornográficos en todas sus posibles variedades. El problema surge con las nuevas tecnologías digitales e internet que suponen un grave peligro por dos razones:
Para impedir que cometan el error de difundir contenidos propios de carácter comprometedor resulta esencial hablar de manera “amigable” sobre los riesgos del sexting. Dada la temática es recomendable establecer con ellos una relación previa moderna y “natural” respecto al sexo, sin culpabilidades, que permita vencer las reticencias de los jóvenes a hablar de estos temas con los padres, así se conseguirá tener más confianza y que no sea un tema tabú.
Es importante que comprendan que en el momento que se envía un contenido audiovisual, sea un audio, fotografía o vídeo a través de internet, se pierde todo el control sobre ese contenido. Deben ser conscientes que por mucha confianza que se tenga en un amigo en cierto momento de la vida, esto puede llegar a cambiar en cualquier momento y no se debe enviar nunca contenido comprometedor.
Debe quedar claro que incluso si la confiabilidad respecto a una persona es a “prueba de bombas”, todo el mundo es susceptible de un robo de información tanto físico (sustracción del teléfono o del ordenador) o informático por parte de hackers, ciberdelincuentes, etc. Tienen que entender que incluso sin ninguna voluntad por parte del receptor de distribuir esos contenidos sensibles, la probabilidad de que acaben en malas manos es demasiado alta como para correr el mínimo riesgo. Por último no hay que olvidar recordarles que las plataformas de Internet hacen negocios muy lucrativos con su información y hacerles conscientes de cómo pierden sus derechos de propiedad sobre gran parte de lo que suben a Internet.
www.projuventute.ch – flickr
Acceso a contenido no adecuado Si no establecemos ningún tipo de control de contenido en los dispositivos que utilizan los menores pueden acceder libremente a contenido no adecuado para su edad, incluso accidentalmente. Los niños y los jóvenes se sienten cómodos al manejar las nuevas herramientas tecnológicas. Internet se les antoja un entorno seguro, que ellos mismos pueden controlar estableciendo sus propias reglas. Pero por desgracia no es así. En Internet circula todo tipo de información, y es responsabilidad de los padres ayudar a verificarla y proteger a los niños, niñas y adolescentes. Por regla general los contenidos no adecuados de dividen en cuatro tipos:
Hay todo tipo páginas web en las que venden productos, se realizan las compra, pagas y esperas el pedido, pero nunca llega, lo reclamas varias veces y no contestan, hasta qie al final se pierde el dinero de la compra. Solo sirven para estafar a las personas y que pueden llegar a causar serios problemas. Etiquetas PEGUI
Además tenemos la etiqueta “PEGI OK”, más reciente que sirve para asegurarnos que los juegos de una página web no contienen material que requiera de una revisión formal, de manera que nuestros hijos pueden jugar tranquilamente con ellos. Es decir, no contienen ninguno de los siguientes elementos: violencia, actividad sexual o insinuación sexual, desnudos, lenguaje soez, juegos de apuestas, fomento o consumo de drogas, fomento del alcohol, tabaco o escenas de miedo.
Por desgracia el sistema no está adecuadamente implantado y resulta sencillo de esquivar por parte de los niños. De todas maneras es aconsejable informarse, lo podéis hacer aquí: http://www.pegi.info/es/index/id/96/
¿Qué es el control parental y gestión de la privacidad?
Básicamente el Control Parental no es más que es el conjunto de herramientas y procedimientos, de los que disponen los padres o tutores de un menor para supervisar y controlar los accesos a internet a través de los dispositivos que utilizan, ya sean consolas, ordenadores, smartphones u otros dispositivos, para evitar o mitigar así los posibles peligros a los que se pueden enfrentar en internet. La regla más básica en cuanto a seguridad en la red es establecer contraseñas seguras. De nada sirve que utilicemos unas aplicaciones de seguridad y control muy complejas y bien diseñadas para soportar un ataque por parte de un ciberdelincuente si cualquiera puede conocer nuestra contraseña y con ella desactivar todos nuestros servicios de seguridad. Todos sabemos que ninguna contraseña es indescifrable, pero no por eso vamos a ponerlo fácil a quien quiera conseguirla, las plataformas y servicios de Internet, como las redes sociales, pueden llegar a acumular muchísima información sobre nuestros hijos y debemos evitar que llegue a malas manos.
El método más básico de control parental es que solamente los padres conozcan la clave de la red wifi casera, de manera que si algún menor quiere acceder a ella tiene que pedir a los mayores que lo conecten.
Es un método bastante sencillo y robusto de seguridad, al menos dentro de casa, aunque ciertamente no es demasiado cómodo ya que tendremos que estar conectando los dispositivos cada vez y apagando manualmente el router, pero facilita mucho que menores no se conecten a horas fuera del plazo establecido o en lugares de difícil acceso para la supervisión. Otro método básico seria la configuración de los pagos en las tiendas online, aplicaciones y servicios para evitar que nuestro hijo pueda realizar compras sin nuestro consentimiento. Luego tenemos las redes sociales, aplicaciones que nos permiten crear grupos e interactuar con usuarios que tienen intereses comunes con nosotros, la gran ventaja que nos brindan las redes sociales es la posibilidad que poder llegar a contactar con gente de todo el mundo ya que la mayor parte de ellas son de ámbito global. A la mayor parte de niños y adolescentes de hoy en día les encanta utilizar las redes sociales y probablemente este hábito se consolide según crezcan, con lo cual, prohibirles el acceso a ellas no es una opción que se recomiende puesto que crearía una sensación de exclusión en los jóvenes que puede ser bastante perjudicial. Pero tampoco deben utilizarlas sin ningún tipo de control y de cualquier manera, deben ser conscientes de los peligros y estar alerta. Uno de los aspectos fundamentales a tener muy en cuenta es la gestión de la privacidad dentro de estas redes sociales.
En las redes sociales se comparte fotos, videos y todo tipo de información referente a nosotros, nuestras aficiones, ideas políticas o religiosas, nuestras amistades y cualquier otro aspecto que podamos imaginar. Toda esta información en manos de un delincuente o una empresa es “oro puro”, pero sí de niños estamos hablando, su valor puede multiplicarse. La gestión de la privacidad, se refiere a la manera que nosotros configuramos sus cuentas de manera que sólo permita compartir información con las personas que nosotros queremos que lo haga, ya que en internet puede haber muchas personas con intenciones nada lícitas u honestas, al igual que en el mundo real. Por este motivo es muy importante que tanto en las cuentas de las redes sociales de los padres como en las de los menores se configuren correctamente estas opciones de seguridad. Del mismo modo debemos ser conscientes del modo en que las empresas que dan soporte a estas plataformas gestionan la información que ponemos, pues ellas mismas llegan a usarla con fines nada lícitos y pueden manipularnos (recordemos el gran escándalo que supuso el uso de datos de Facebook por parte Cambridge Analytica). Así que los niños deben estar bien informados y comprender los riesgos de exponer sus vidas ante unas empresas que los observan, pueden vender sus datos y aprovecharlos para manipularles. Aprendiendo a educar Resumiendo ya para acabar, este foro permanente pretende ayudar a los padres con todas aquellas nociones informáticas y de seguridad esenciales destinadas a proteger a nuestros hijos de los riesgos de Internet con el objeto de que puedan sacar provecho de su parte positiva, NO de impedir que accedan a una herramienta esencial de nuestra actual sociedad. Esto se puede conseguir por dos vías de las que informaremos y contestaremos preguntas, por un lado la técnica: uso de claves y firewall, configuración de los servicios sobre cómo pueden emplear nuestros datos, legislación, etc. pero sobre todo la más importante: EDUCACIÓN del menor, explicando las vías para hacerle consciente de los peligros y que sepa tomar cuando antes las decisiones correctas para impedir en lo posible el último camino: la restricción parental. Puedes continuar desde aquí a la 2da Parte: Control parental en Windows 10
Autor: Rubén Luna S.
Temas relacionados: Taller De Informática, CiberSeguridad, Taller, Rubén Luna S., Informática, Tecnología, Curiosidades De La Tecnología Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
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