TECNOLOGÍA Y CIENCIA |
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Buscando a Phil desesperadamente Los ingenieros Richard F. Sullivan, Cornelius “Neil” Sullivan y Donald MacLellan del Laboratorio Lincoln trabajando en el montaje final del satélite LES1 en la estación de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en Florida (Cabo Cañaveral) donde fueron tomadas las imágenes, ya que el montaje del impulsor se consideró demasiado peligroso para realizarse en sus instalaciones de Lexington, Massachusetts. Aquí se muestra el satélite montado en la parte superior, debajo podemos ver el cohete de impulso secundario (Thiokol TE 375) y los mecanismos de giro. Imagen cortesía de Donald MacLellan. No siempre las cosas acaban como uno espera, pero sin duda lo importante no es el destino como ya sabemos, sino como recorremos el camino y los amigos que en él nos encontramos, así que hace unos meses inicié un largo viaje para averiguar si realmente el viejo satélite LES1, un artefacto enviado ahí fuera al principio, muy al principio de la carrera espacial, había vuelto a la vida como se publicó. Lo que vais a encontrar a continuación es el relato completo de dicho camino. Ahora, al final del trayecto he de reconocer que efectivamente sí, el LES1 sigue girando alrededor de nuestro planeta y luchando por comunicarse, aunque la cosa no es del todo tan sencilla como en algunas noticias y titulares cortos nos explicaron, aún así es una historia fantástica, consecuencia de una concatenación de acontecimientos singulares. Muchas veces prima “enganchar” rápidamente al lector con titulares espectaculares y productos fáciles de consumir, obviando detalles importantes o información que a muchos nos gustaría encontrar para entender y a veces aprender, pero desde luego no es una resucitación milagrosa o están detrás unos hombrecillos verdes con aviesas intenciones, sino el trabajo y esfuerzo de unos hombres excepcionales que han dedicado su vida a una de las tareas más loables del ser humano: ampliar nuestro conocimiento del Universo. Preparando la mochila… Todo comenzó una noche del 2 de noviembre de 2016, acababa de pasarme toda la tarde debatiendo acerca de la veracidad de esta noticia en el foro de menéame donde se publicó, aunque sin negarla realmente, tampoco quería pillarme los dedos, cuestionaba seriamente su veracidad, la información contenida en el artículo era escueta, me supo a poco, así que busqué algo más de información rápidamente sobre este suceso con ayuda del señor Google, quien muy amablemente me llevó a titulares donde incluso se insinuaba si los “marcianos” estaban detrás de todo esto, recordé rápidamente “al caballero oscuro” un trozo de chatarra espacial del que se llegaron a decir toda clase de tonterías, así que esbocé rápidamente una malévola sonrisilla y me dispuse a enfrentarme al enemigo…al final de la jornada comprendí que era muy difícil explicar todo aquello en unas pocas líneas y algunos comentarios merecían sin duda una buena respuesta, así que me comprometí a redactar algo bien preparado, con tiempo y publicarlo en algún sitio… En esta instantánea podemos ver al equipo de ingenieros en la base de Cabo Cañaveral, “testeando” el satélite, todavía por separado de la pieza del impulsor. El nombre formal para este poliedro es: “Rombicuboctaedro”, disponiéndose los paneles solares sobre su superficie (podemos ver a la izquierda de la imagen a Donald MacLellan junto a Robert Mc Nichols y en el extremo derecho a F. Williams “Bill” Sarles el cual fue, y todavía es, uno de los mejores diseñadores de circuitos del mundo al igual que un increíble analista.) Imagen cortesía de Donald MacLellan. 3:15 A.M. La madrugada era interminable, no podía pegar ojo, acababa de comprometerme con algo realmente complicado y tengo la mala costumbre de cumplir mis compromisos, tenía una cierta idea de lo que hablaba pero explicárselo a personas sin conocimiento en la materia iba a ser complicado, incluso contando con más espacio, además había que localizar al radioastrónomo aficionado que había encontrado la señal, comunicarme con él, tenía que comprender el proceso que había utilizado, intentar reproducirlo (no basta con apuntar con una parabólica al cielo y escuchar con unos cascos en las orejas, ya luego os explicaré..), debía conocer el proceso de verificación y a ser posible contactar con una institución o alguien que hubiese participado en el proyecto y me pudiera confirmar o desmentir el suceso… vamos esas cosas que todos hacemos un domingo por la tarde cuando estamos aburridos… -¡Coñe! ¿Pero en qué lio me había metido? Inicialmente opté por cambiar de identidad, abandonar el país y si te he visto no me acuerdo, pero a mi mujer y a mis adorables perrillos igual no les hacía gracia, así que no me quedó otra opción que seguir adelante. Lo primero que tenía que hacer era localizar a alguien que me publicara aquello, no era precisamente el típico tema por el que se mueren por escribir en Internet, sin gatitos monos, ovnis, un videojuego nuevo o algún escándalo político la cosa no prometía muy esperanzadora, conocía algunos amigos con blogs y poca cosa más, todo ello muy alejado del tema en cuestión, había que buscar más… Internet parece enorme, inabarcable, pero al final resultó mucho más pequeña de lo que imaginaba, bien las páginas más grandes, a sus ilustrísimas no les interesaba el tema o mi persona, bien otras, a mí no me daban confianza, hasta que unos cuantos días más tarde mirando las últimas noticias en el mismo lugar donde me había metido con todo este lío encontré un artículo de una página que parecía prometedora para el asunto, así que sin muchas esperanzas volví a enviar otro de mis rutinarios e-mails, pero esta vez en la contestación mostraron cierto interés y por uno de sus comentarios deduje que éramos de la misma provincia como mínimo, así que forcé una entrevista, solo había que coger el coche unas horitas y hacer unos cuantos kilómetros, si la cosa iba bien ya tenía a los pobres incautos que lo publicarían. En la señal de Phil Williams podemos escuchar la tambaleante onda portadora, igualmente podemos ver en esté gráfico de su espectro su lento desplazamiento Doppler asociado con su órbita. Esta grabación comenzó a realizarse el 19 de Diciembre de 2012 a las 12:00h UTC a una frecuencia de 236.998 MHz mientras que se perdió a las 12:30h UTC a una frecuencia de 236.992 MHz (Imagen del espectro generada con Spectravue) Por suerte para mí entendían un poquito lo que les estaba contando y no ponían cara de buscar la puerta más cercana y salir corriendo, aún con escepticismo, les pareció adecuado para su página, aunque cuando les expliqué el tamaño que aquello debería tener me dijeron que semejante texto me obligaría a hacer varias partes… perfecto, por un lado había mucho que explicar sobre lo difícil que es vivir sin nuestra preciosa atmósfera y por otro me temía que verificar todo aquello no iba a ser un trabajo fácil. Un problema menos. Página principal de la Sociedad de Radio de Gran Bretaña, una institución con más de un siglo de vida dando soporte a los amantes de la radiocomunicación y que con la colaboración de Steve Thomas fue de inestimable ayuda para localizar a Phil. www.rsgb.org Así que comencé por un lado a redactar las primeras partes del artículo donde explicaba, sobre todo a los menos aficionados lo complicado del asunto, para allanar el camino sobre el trabajo a realizar y que resultara comprensible, luego tendría que recompilar toda la información que pudiera encontrar sobre este satélite y el hallazgo para comenzar a buscar a Phil Williams y por otro lado intentar localizar la propia señal de este satélite. El mundo de los radioaficionados (y radioastrónomos por supuesto) no es mi fuerte, pero tenía algunos conocidos para ponerme en contacto y que me echaran una mano, lo primero que me preguntaron fue por su indicativo, este es un código de letras y números por el cual se identifica una estación de radio, así que cada nombre de radioaficionado vinculado a uno de estos códigos es como una matrícula única en el mundo, como una huella digital o nuestro ADN, no hay dos iguales, intenté localizarlo sencillamente por el nombre y la localidad North Cornwall, pero fue imposible, no conseguía localizar ninguna referencia que me pudiera echar una mano, así que crucé el nombre del satélite y el suyo propio, eso me permitió localizar su indicativo en páginas conocidas del mundo de los radioaficionados como PEØSAT www.pe0sat.vgnet.nl o la RSGB (Radio Society of Great Britain www.rsgb.org ) donde se hacían eco del hallazgo, (junto a bonitos titulares como el de Daily Star: “Aliens ARE here: Lost space satellite transmits for first time in 50 years”. Que mejor ni traduzco). Desafortunadamente tener el indicativo no me permitió llegar rápidamente hasta él, me faltaba experiencia detectivesca… Mientras tanto en una lejana, lejana montaña… Los chicos de la revista electrónica ya se habían interesado un poco más por el tema y comenzaron a echarme una mano, me fui enterando un poco de su trabajo en el campo de las comunicaciones y comencé a vampirizarles la vida (que es un bonito verbo, que sustituye al de “arruinar”). Para poder “escuchar” un satélite es necesario saber su trayectoria exacta, eso nos permite poder orientar una antena en la dirección adecuada y si disponemos de un equipo apropiado incluso mover la antena de forma automatizada en la dirección adecuada para poder “seguirlo” con precisión hasta que abandone nuestra área de visibilidad. (Todos habréis visto alguna vez esos grandes “huertos” de radiotelescopios apuntando al espacio y desplazándose en esas espectaculares imágenes a cámara rápida). Bueno los radioastrónomos aficionados pueden hacer algo parecido pero a pequeña escala gracias al desarrollo tecnológico de los últimos años. En SATFLARE se puede seguir y predecir la trayectoria de muchos satélites y otros objetos que orbitan alrededor de la tierra incluyendo un intuitivo interface gráfico para nuestra localización o la del satélite, además de otras opciones como imágenes en tiempo real de alta definición de la ISS (Estación espacial internacional). www.satflare.com Existen páginas web donde podemos encontrar los “Elementos Keplerianos” (Término en honor de Johanes Kepler obviamente y los 6 primeros elementos Keplerianos conocidos tal como los describió en sus leyes del movimiento planetario). Son páginas donde podemos obtener las trayectorias de satélites, otros elementos astronómicos y dispositivos. Una órbita Kepleriana es meramente una idealización matemática que nos permite aproximarnos a la posición de un objeto en el espacio en un momento dado respecto a un tiempo en particular (si recordáis de los otros capítulos, estas órbitas son bien circulares, es decir que mantienen constante su distancia a la tierra, o bien elípticas, que se acercan y se alejan en un proceso cíclico, normalmente variarán con el tiempo, así que la órbita de uno de estos satélites construidos por el hombre variará tras el paso de un corto periodo de tiempo, siendo necesaria su actualización.) Bueno bien, pues en las páginas donde podemos encontrar estos datos (normalmente suelen presentarse en dos formatos o bien NASA – 2 Líneas – o en formato ANSAT – digamos que es un formato más fácil de comprender para los humanos-, pero ambos cumplen en el fondo la misma función) permite a los radioaficionados tras introducir los datos de un satélite concreto en su equipo, saber cuándo este satélite pasará por encima de ellos (correspondiente a la elevación óptima que será de 90º ) o que su antena pueda orientarse a este satélite específico (sintonizando el receptor en la frecuencia correcta, naturalmente), una vez hecho esto con la información que estos programas les ofrecen, el radioaficionado emite su señal a dicho satélite, rápidamente este satélite la amplifica y la reenvía a otro radioaficionado en otro punto del planeta, de manera similar a como trabajan otros satélites en aplicaciones más serias o comerciales. Como ya comenté, el espacio alrededor de la tierra está plagado de basura orbitando alrededor de nuestro planeta, consecuencia de los diversos satélites que ya no están operativos, diversos restos de lanzamientos, accidentes u otras razones. Igualmente la densidad del tráfico satelital es muy alta, así que es importante tener catalogados y controlados a todos estos objetos para evitar colisiones y toda clase de problemas relacionados. En esta imagen cortesía de la página web de AMSAT podemos ver un ejemplo del seguimiento en tiempo real de satélites para radioaficionados con la información necesaria. Una manera sencilla por ejemplo de mantenerse actualizado en los satélites para radioaficionados y muchas noticias relacionadas con esta disciplina es visitar por ejemplo la página de AMSAT, aquí podréis encontrar por ejemplo estos satélites, (www.amsat.org/status) clasificados entre Operacionales, Semi Operacionales, No-Operacionales y De lanzamiento futuro (pues sí, aquí hay que reservar sitio con antelación, como en un buen concierto de ópera, es importante tener un buen asiento para evitar futuros problemas y asegurar un reparto adecuado). Por cierto, decir como apunte curioso que AMSAT (AMateur SATélite) www.amsat.org es la organización mundial de satélites de radioaficionados y tiene el privilegio de haber construido el primer satélite para radio amateur del mundo, el OSCAR 1. Sigamos pues, consciente de toda esta información tenía claro que un trozo de metal del tamaño de un gran balón de playa y 31Kgs de peso (observar el considerable tamaño en las imágenes amablemente cedidas por el ingeniero del proyecto Donald MacLellan) seguramente debía estar localizado en algún lugar, probablemente el NORAD (Mando Norteamericano de Defensa Aérea) o el Programa de seguimiento de basura orbital de la NASA nunca había perdido la pista a esta ingente pieza de metal desplazándose a una velocidad capaz de dar la vuelta a la tierra en dos horas! . Sobre todo contando con el hecho de que tienen la capacidad para seguirle la pista a trozos de hasta diez centímetros. Así que pedí a los chicos de NegociosContra y mis conocidos en el mundo de la radioafición que intentaran localizar a este antiguo satélite allí arriba… y ¡sorpresa! La cosa fue realmente sencilla, el satélite estaba perfectamente localizado en muchas páginas especializadas así como en los foros de radioaficionados donde se hacían eco también de la noticia, así que pronto dispusimos de toda la información de este elemento Kepleriano, ya que su trayectoria se podía predecir sin problemas, obviamente no era un satélite perdido en el espacio, si no que como era lógico, estuvo siempre localizado, sin misterio alguno al respecto. Ya que estamos, os aconsejo que visitéis alguna de estas páginas y foros de cómo puede ser las ya comentadas AMSAT o SATFLARE (www.satflare.com) donde podréis encontrar con facilidad un seguimiento de toda clase de satélites y otros objetos como el Caballero Oscuro (si, justo, mi broma oculta de la segunda entrega) o espectaculares videos en tiempo real de las cámaras de la ISS. Dispone de un panel muy intuitivo para curiosear entre los distintos elementos en órbita y poder ver gráficamente su trayectoria, realmente entretenido y espectacular aunque no estéis muy metidos en el tema. A mediados de los años 60 cuando el peso de los satélites era relativamente bajo se desarrollaron modelos de motores de apogeo rápido tales como el STAR 13 (Thiokol TE-M-458 y en este caso la variante STAR 13 “D” TE-M-375) o el STAR 17. Casi 50 años después estos motores STAR 13 y 17 se siguen empleando como motores de inserción orbital. En la imagen podemos ver su disposición, orientación y medidas dentro de la estructura principal, procedente de un manual de seguridad y manejo del Centro de vuelo espacial Goddard, Maryland de la NASA. Despegó a bordo de un cohete TITAN 3A pero desafortunadamente no alcanzó su posición definitiva cuando los cohetes de propulsión fallaron. Llegado este punto les propuse que me ayudaran un poco con sus equipos de radioaficionados, tenían su sede en un punto alto y despejado de una montaña del interior de la comunidad Valenciana... si, ya…yo también lo pensé ¿Es muy raro verdad?, estábamos en el invierno de 2017 y solo tendrían que pasar un poco de frio montando una pequeña antena, orientarla adecuadamente y grabar la señal con el equipamiento de radio correspondiente, sintonizando aproximadamente entre 236.992 Mhz y 236.998 MHz. Aquí hay un dato curioso, en las especificaciones oficiales junto al transmisor de telemetría de UHF cuya banda ocupa el rango de frecuencias entre 300MHz a 3GHz y una longitud de onda entre 1 m a 100 mm, montaba un transmisor de banda X con una potencia de salida de 100mW, más específicamente una baliza transmitiendo a 7740 MHz y un transpondedor de comunicaciones con un enlace de subida a 8350 MHz y un enlace de bajada a 7750 MHz, sin embargo la señal recibida por Phil emitía a 236 MHz ¿Curioso no?... ¿Podría ser por tanto la señal de telemetría, pero completamente desajustada o desintonizada por el paso del tiempo y la inclemencia espacial?. Así que tras comentar esto y escuchar mi sugerencia aceptaron montar un equipo para ver si se podía captar algo. ¡Perfecto! Ya tenía a unos pobres incautos pasando frio en mitad de la montaña, ¡buena suerte chavales! Los peores detectives del mundo Mis intentos para localizar a Phil Williams no habían dado frutos, no encontraba un teléfono o una dirección de correo electrónico pese a tener su indicativo, muchas páginas web tan solo copiaban un extracto de la noticia que reproducían de manera creativa llegando en algunos casos a pasarse con la creatividad. Las páginas más serias de astronomía y radioaficionados hasta donde habíamos llegado a mirar no nos daban ninguna dirección clara y ningún Phil Williams de North Cornwall que pudiera aparecer por Internet parecía un candidato idóneo, encontré entre otros a un periodista australiano, unos cuantos facebooks y una página del Oficial de radio del Queen Elizabeth 2 y su bella esposa Sarah Deere-Jones, una afamada concertista experta en música medieval, el Arpa de pedal o la iconografía religiosa medieval de este instrumento con un más que loable e interesante conocimiento sobre los “colibríes”. Obviamente por aquí no podían ir los tiros… Así que conseguí liar al director de esta página, para que nos pusiéramos en contacto con todo el mundo, alguien tenía que conocer el paradero de Phil Williams, así que comenzamos a mandar correos y a llamar a todo aquel que pasaba por nuestra cabeza desde el MIT (El afamado instituto técnico de Massachusetts donde todo había comenzado) hasta la URE (Unión de Radioaficionados Españoles). Los días pasaban, en algún lugar deberíamos encontrarlo. A día de hoy, como comenta Phil, un buen equipo de radioastrónomo aficionado con excelentes prestaciones es bastante asequible. Para los más curiosos esta es la lista del equipo con el que él localizó la señal: Antena con rango 50-1200Mhz y ganancia de 8dbi con montura motorizada AZ/EI (Portable Rotation, Inc.), amplificador de bajo ruido para mástil LNA580 (RF BAY, inc.), Receptor AR5000 Communications Receiver (AOR Ltd.) y Analizador de espectro y demodulador receptor de 14 bits SDR-IQ (RFSpace) conectado a la salida IF ¡Finalmente Phil Williams se puso en contacto con nosotros! Fue gracias a Steve Thomas de la RSGB (Radio Society of Great Britain www.rsgb.org), aunque no nos podía revelar información personal de sus asociados, nuestra pesada insistencia le llevó a informar a Phil que le estábamos buscando para preguntarle acerca del LES1 y él contactó con nosotros. ¡No podéis imaginar la cara que se nos puso cuando nos dimos cuenta de quién era… sí efectivamente, el Oficial de Radio del RMS Queen Elizabeth 2! Lo había tenido delante de mis narices todo este tiempo y no me había dado cuenta, sin duda alguna nunca me ganaré la vida como detective… Phil Williams G3YPQ here ! Sin duda era una persona muy amable, nos comentó el proceso de adquisición de la señal que había encontrado casualmente en 2012 y cómo había contado su historia ya en 2013 a los Laboratorios Lincoln (un centro de desarrollo e investigación federal gestionado por el Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde se construyó el LES1) donde había intercambiado correos con un ingeniero del proyecto Donald MacLellan que lo confirmó y se interesó por el descubrimiento. Muy amablemente envió el comunicado que redactó junto a unas imágenes analizando la señal, lo pongo completo y traducido a continuación: La astronomía amateur es por supuesto un hobby alrededor de todo el mundo interesado en la exploración del espacio. Frecuentemente estos aficionados son los primeros en encontrar incluso nuevos cometas y ahora un equipo con excelentes prestaciones es bastante asequible, así que es posible ser un Radioastrónomo aficionado también, aunque la mayoría de nosotros todavía solo puede soñar con tener uno de esos grandísimos radiotelescopios. Así pues, una rama de este hobby implica buscar señales de radio de dispositivos espaciales. Si bien, los equipamientos amateur no son capaces de interpretar los datos, pueden recibir las ondas portadoras, observar el desplazamiento Doppler y a través de refrendar de forma cruzada esta información, tras muchas horas de trabajo de adquirir y perder estas señales, a menudo es posible identificar qué satélite está realizando la transmisión. La imagen del espectro de la portadora del LES1 nos muestra que hay dos periodos visibles a la vez, el intervalo de 4 segundos y otro de 30 segundos. Posiblemente el satélite esté rotando sobre sí mismo (cada 4 segundos) y a su vez dando vueltas sobre el otro eje (cada 30 segundos). Señal grabada en 236.99MHz el 4 de enero de 2013 a las 11:50 UTC por Phil Williams. Y así ocurrió que estaba yo a finales de 2012 sintonizando con mi receptor en mi particular “Observatorio amateur” en North Cornwall, Reino Unido y accidentalmente dejé el equipo sintonizado alrededor de 237 MHz, después de unos momentos escuché una distintiva señal vacilante superpuesta a un familiar efecto Doppler de lento desplazamiento de Alto a Bajo que siempre escuchas con las señales de los satélites orbitales. Grabé unos pocos minutos de la señal para mi archivo e intenté escuchar con más atención. Intenté mejorar la señal con el sistema de control para “apuntar” mi antena y escuché la señal portadora con su frecuencia cayendo cada 4 segundos hasta finalmente desaparecer por mi horizonte en dirección Este. Los satélites en órbita baja tardan alrededor de 90 minutos en regresar, así que esperé y después de unas dos horas reapareció y fue audible durante alrededor de media hora, así que era evidentemente una señal de una órbita terrestre alta que todavía mostraba su frecuencia de unos pocos cientos de hercios desvaneciéndose cada 4 segundos. Me tomé un tiempo para investigar más afondo. Puse un mensaje en la sala de chat de satélites y un colega de Croacia fue directo a investigar en una excelente página web realizada por Sven Grahn en Suecia (¿Por qué no pensé yo en eso? ). Esa radiofrecuencia en cuestión había sido usada por el Skylab y los SLES 1,2,4 y 8. Bien, era probable que no fuera el Skylab que había tenido un espectacular final algunos años atrás, así pues, ¿Qué tal algún Satélite Experimental de la serie de los Laboratorios Lincoln? . El siguiente paso era mirar si alguno de estos otros pájaros estaba todavía en la lista de Elementos Keplerianos y cargarlo luego en el software de seguimiento WxTrack, y ver si alguno era visible desde mi localización en ese momento. Representación gráfica del espectro de la señal en el momento exacto del 19 de Enero de 2013 cuando Phill Williams captó la señal procedente del satélite cuando este comenzaba a retransmitir de nuevo al iniciar su periodo de exposición prolongado a la luz solar tras un estancia en la gélida oscuridad. El LES1 (Lincoln Experimental Satélite No.1) parecía prometedor pero seguramente no podría ser, después de investigar un poco más observé que había sido lanzado el 11 de Febrero de 1965, dejando de transmitir en 1967 tras haber fallado el intento de alcanzar su órbita final. Así que si había sido “apagado” 46 años atrás, ahora debía estar muerto. Una vez predijimos cuando volvería la señal, esta regresó de nuevo, pero esta vez otros colegas con equipos más apropiados en Seattle y Florida confirmaron que era el LES1 que estaba de vuelta, transmitiendo después de 46 años. Era evidente que ahora la energía dependía únicamente de la suministrada por los paneles solares, o al menos de los que permanecieran en funcionamiento ya que la frecuencia caía cada 4 segundos, según el ingenio rodaba sobre sí mismo y las placas en funcionamiento quedan ensombrecidas. Es fácil suponer cómo acabó todo después de un periodo de tiempo tan largo. Imagino como las baterías se han virtualmente desintegrado o están ciertamente en circuito abierto, luego algún modo de fallo habría causado que el control del sistema encienda el transmisor de 237 MHz cuando el satélite es iluminado por el sol. Pude captar el momento exacto del amanecer del 19 de enero de 2013 a las 03:04 UTC y ver al transmisor comenzar su emisión desde un estado completamente frio, muy frio. Luego el 11 de Febrero, 47 años después desde el día del lanzamiento, vi como la señal se desvanecía a cero en mi pantalla según el satélite se adentraba en el eclipse terrestre. Finalmente, si observamos los datos orbitales podemos ver que el satélite LES1 había estado continuamente de cara al sol durante las semanas previas a mi descubrimiento, y eso pudo ayudar a que la electrónica se reiniciara de nuevo. ¿O es posible que el LES1 siempre haya estado transmitiendo cuando era iluminado por el sol y no nos habíamos dado cuenta en 46 años? Este satélite fue diseñado y construido a principio de los años 60, en los momentos anteriores a la llegada de los procesadores y los circuitos integrados. Si bien la misión no cumplió completamente su objetivo, sigue siendo un testimonio de las habilidades en ingeniería de aquella época ya que algunos de los equipos electrónicos en el LES1 siguen todavía funcionando y emiten su señal recordándonos que aunque han pasado algo más de 46 años desde su fecha de puesta en funcionamiento, esos cristales de cuarzo, esas resistencias, capacitadores y probablemente esos transistores pnp todavía siguen en el negocio. Mientras el sol siga resplandeciendo sobre aquellas antiguas placas solares habrá una buena razón para poder volver a escuchar esa vacilante señal Doppler a 237Mhz en el futuro. Yo por mi parte seguiré pegando la oreja de vez en cuando a ver qué pasa y desde luego me encantaría estrechar la mano de esos técnicos que soldaron los componentes en el LES1 en los primeros años 60, doce años antes del Voyager1. En la imagen podemos ver como la señal de satélite se va atenuando hasta desaparecer según el satélite se aproxima en el eclipse terrestre, adentrándose en la zona de sombra. (Parece ser que la transmisión no se produce diariamente, sino que está relacionada con la exposición durante periodos prolongados del satélite a la luz solar (recordemos que en las zonas sin exposición a la luz solar la temperatura, fuera de nuestra atmósfera puede bajar rápidamente a más de 100 grados bajo cero). Phil Williams Hay una muestra de la señal en la maravillosa página conducida por Mathias Bopp www.dd1us.de con otros muchos sonidos obtenidos en el espacio. Haga click en “Sounds from Space”, luego en “Commercial Meteorological and Scientific 1962 to 1965” y luego descienda a “1965 SLES”. Después de escucharlo le costará dejar la página sin explorar el resto de las fascinantes grabaciones de la página web de Mathias. Mi agradecimiento a Kodar, Lem and Freq en la lista #hearsat, y al equipo detrás del LES1 liderado por P.Rosen, R.V.Wood,Jr and B.E.Nichols. Phil Williams N.Cornwall UK www.trehawsa.com Recapitulando ¡Vaya! Mis dudas comenzaban a disiparse, el texto enviado mostraba un proceder lógico y correcto, el método deductivo para averiguar si era el LES1 u otro satélite resultaba impecable, además las fuentes utilizadas para comprobar la información y donde se colgaron los resultados, muestras de la señal e imágenes donde se analizaba el resultado eran perfectamente correctas hasta donde pude analizar y con quién lo comenté opinó lo mismo, además planteaba una solución lógica al misterio, (en ningún momento menciona “fenómenos extraños”, desapariciones en la nada, sorprendentes conexiones o sonidos “fantasmales” como pude leer en muchos sitios, era un relato sencillo, claro y honesto, no tenía más remedio que aceptarlo). Como se menciona y tras comentarlo con Donald, la explicación más probable para la transmisión telemétrica que él considera debe ser que las baterías al fallar ofrecieron una conexión de baja impedancia desde los paneles solares hasta el bus de potencia y los acondicionadores de energía, (donde se produce la necesaria estabilización) "La impedancia, explicado de una manera sencilla es la oposición que presenta un circuito a una corriente cuando se aplica una tensión, ahora bien a diferencia del concepto de resistencia, se extiende a los circuitos de corriente alterna (AC). Imaginemos una tubería, digamos que la impedancia sería algo así como lo limpia que está dicha cañería a la hora de abrir el grifo, lo cual provocará el aumento mayor o menor de la presión del agua en la cañería, o sea la tensión, que permitirá la circulación del caudal" Según su experiencia las baterías tienen más probabilidad de fallar en un modo de “circuito abierto”, así que le parece lo más inusual. Si las baterías inicialmente fallaron como un “cortocircuito” y el LES1 siempre ha estado transmitiendo o si este “corto circuito” se desarrolló con el paso del tiempo y el transmisor de telemetría se volvió a encender, aunque él no lo puede saber. Pero este último caso requeriría algún tipo de crecimiento dendrítico metálico en las conexiones internas de la batería que evolucionaron con el tiempo. Aunque como nos comentó la química física de las baterías y su diseño no es su especialidad, creo que es un razonamiento lógico, el crecimiento dentrítico (la formación de una estructura con ramificaciones repetitivas, como es el caso de las estructuras de cristales, -recordad la estructura característica de un copo de hielo-, aunque de igual aplicación a los metales y a las interacciones que pueden permitir el crecimiento de estas estructuras, por las actuaciones físicas, químicas y de temperatura que se pueden dar) resulta quizás menos probable. Por otro lado, obviamente nunca se le perdió la “pista”, sencillamente ya no suponía ningún interés y nadie estaba “escuchando”. Los ciclos de 4 segundos, atendían precisamente a la continua conexión y desconexión causada por el natural deterioro de algunos de sus paneles, la rotación libre del satélite sobre sí mismo provocaba que la luz del sol incidiera solo cíclicamente sobre los paneles con un mínimo de capacidad para obtener energía. Es presumible que se anticipara y diseñara teniendo en cuenta todo tipo de incidencia grave, limitando pues el consumo de energía a lo más esencial para poder emitir esta señal a través de un circuito simplificado de telemetría que garantizase el correcto funcionamiento de la señal en caso de una situación anómala o sencillamente bajo unos niveles de aporte de energía muy bajos como es el caso y que desde luego ha demostrado funcionar hasta hoy en día. Si el satélite no dejó de funcionar como una de las posibles opciones que comenta Donald MacLellan, puede que la señal de telemetría siempre haya estado emitiendo (en los periodos de exposición al sol, claro), solo que nadie la escuchaba, (resulta un poco extraño que nadie se diera cuenta hasta este momento aunque podría ser perfectamente posible) incluso aunque fallara la mayor parte de dispositivos, (recordar por ejemplo los sistemas redundantes citados en otros capítulos, instalados por duplicado o incluso por triplicado con el objeto de evitar fallos) un diseño acertado debería permitir gracias a un sencillo sistema regulador y estabilización, puentear las baterías y alimentar directamente el sistema de telemetría, también podría ocurrir que el deterioro total de las baterías las dejara completamente inoperables pero si la conexión a los distintos bornes (conexiones de la batería) se mantuviera intacta (es de sobra conocido el proceso de deterioro en estas conexiones, resulta fácil entender que se tomaran las medidas necesarias y unos materiales de máxima calidad) permitiendo la continuidad del circuito hacia un acondicionador de energía (regulador-estabilizador) que mantuviera siempre la tensión a niveles operables para no dañar los circuitos y que sería suficiente para hacerlos funcionar (coincidiendo y explicando además las fluctuaciones reflejadas perfectamente), igualmente el tiempo transcurrido y las alteraciones de tensión afectarían a la leve variación en el rango de frecuencias tanto durante la transmisión como respecto a la frecuencia de emisión en sí, curiosamente un equipo digital de hoy en día, ante esta situación anómala probablemente dejaría de funcionar, al no poder operar en un rango menos discreto de valores (pero esto es ya aventurarme demasiado en el campo de las hipótesis ya que plantearíamos el problema con diferentes términos). En la página de Mathias Bopp www.dd1us.de podréis encontrar no solo los sonidos procedentes de la señal del SLES1, sino que además podréis encontrar una gran colección de sonidos procedentes de “ahí fuera” así como un buen surtido de imágenes y contenidos para los aficionados a la astronomía. Parecía pues una deducción correcta que junto a su procedimiento y el material aportado desmontaban mi incredulidad, (por cierto la dirección de la página que menciona de Sven Grahn es www.svengrahn.pp.se otra excelente página para los amantes de la radioastronomía, la historia y la tecnología espacial junto a la de Mathias Bopp). Sin duda alguna tenía bastante idea de lo que hablaba, me envió información adicional, algunas imágenes, las especificaciones del equipo que utilizó y hasta el nombre del ingeniero del proyecto con el que contactó para contrastar su descubrimiento ¿Cómo no pude darme cuenta antes que este Phil Williams era “mi” Phil?, Supongo que en mi empecinada búsqueda me quedé demasiado absorto mirando en su curiosa página www.trehawsa.com donde él y su esposa aparecen junto a esos preciosos instrumentos con atuendos de época. Incluso forman un dúo de música medieval llamado Lammas. (Por curiosidad, esta es la palabra más antigua que se conoce en inglés para nombrar la estación del verano). Quizás si hubiera hecho clic en DC Drives Ltd, la empresa de electrónica de Phil y sus avanzados controles a remoto de infrarrojos me habría dado cuenta… pero no, prefería mirar la parte interesante de la página, ojear por las arpas a pedal, la selección de libros o las preciosas fotos de colibríes y la campiña británica… así soy yo, quizás no sirvo para esto. Acudiendo a las autenticas fuentes Vale, ya teníamos la versión de Phil Williams y unas cuantas entradas en foros especializados que confirmaban la señal, pero nada de esto me servía si no lo comprobaba con la fuente original, no podía permitirme volver a menéame y dar mi brazo a torcer ante todos los que discutieron conmigo sin comprobar la fuente mas fidedigna de todas, los hombres que ayudaron a su creación, así que hicimos lo posible para poder contactar con Donald MacLellan, el hombre con quien Phil había contrastado su teoría en el Laboratorio Lincoln y que había formado parte del proyecto espacial desde su principio. Costó algo de tiempo, íbamos un poco a ciegas al principio y era una historia un poco difícil de explicar, pero conseguimos contactar con él, resultó ser una persona realmente amable e interesada en la historia, sentía curiosidad por saber la causa de nuestro interés, nos contó que supo del aparente “revival” del LES1 a principios de 2013 cuando alguien que había leído los informes de Phil le sugirió contactar con él, así que intercambiaron correos acerca del hallazgo, le envié la nota de prensa completa de Phil y me confirmó que describía con precisión lo que había sucedido. Me comentó que sospechaba que la señal de telemetría siempre había estado transmitiendo pero que nadie se había dado cuenta hasta Phil, él no recordaba que ellos “apagaran” la señal de telemetría ni en 1967 ni en ningún momento. En el laboratorio tuvieron una agenda muy apretada del año 1965 a 1968 con la construcción de los LES, (durante ese periodo se construyeron 6 satélites) no recordaba que les quedara ni siquiera tiempo para pensar en el LES1 durante ese intenso intervalo. A la izquierda podemos ver al ingeniero mecánico jefe del proyecto Lee.P “Bill” Farnsworth junto a Donald C. MacLellan, en las instalaciones de la Fuerza Aérea en Florida (Cabo Cañaveral) Imagen cortesía de Donald MacLellan. Respecto a la profunda sorpresa que suponía (obviamente ya no tanta, al comprender la sencilla lógica de lo que realmente había ocurrido) que un satélite de semejante edad todavía aguantara en funcionamiento en la dura atmósfera espacial (algunos miembros del equipo de negocioscontra realizan su día a día entre avanzados equipos de comunicaciones y son conscientes de la importancia de la fiabilidad de los equipos en condiciones adversas, teniendo que estar siempre en un constante celo y preocupación por su funcionamiento adecuado, por lo que al igual que yo, estábamos increíblemente sorprendidos de esa inusitada resistencia y así se lo comunicamos). Comentó lo importante que era la excelencia en su equipo, ni el más mínimo problema era abandonado hasta que no se resolvía (No olvidemos que el Laboratorio Lincoln es un centro de desarrollo e investigación federal gestionado por el MIT, probablemente el instituto tecnológico más prestigioso del mundo, principalmente financiado por el Departamento de Defensa y centrado en la mejora del sistema de defensa aéreo nacional a través de la electrónica avanzada.) Respecto a la fiabilidad de estos equipos (comparados con los convencionales) su confiabilidad y resistencia estaba en parte ligada a no solo la excepcionalidad de los ingenieros que con él trabajaban o su capacidad para analizar y aprender de los errores, sino a los considerables costes necesarios para conseguir estas calidades excepcionales a las que no estamos acostumbrados, pues en valores actuales se estima que cada libra de peso del satélite LES1 salió aproximadamente por unos 100.000$ (220.000 $ por kilo) así que solo hay que hacer cuentas… Satélite AMSAT-OSCAR 7 otro conocido entre los que han vuelto a la vida. (AMSAT) Al parecer no es el primer caso documentado, es conocido por ejemplo el del Satélite AMSAT-OSCAR 7 lanzado el 15 de Noviembre de 1974 desde la base Vandelberg de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos con un cohete Delta, curiosamente otro radioaficionado Pat Gowen G3IOR descubrió el “re encendido” el 21 de Junio de 2002, desde ese día el satélite OSCAR 7 parece ser que se ha mantenido operativo permitiendo a radioaficionados de todo el mundo mantener contactos de muy larga distancia (-DX- SSB/CW) cada vez que los paneles solares del satélite entran en contacto con la luz solar. Aquí también se piensa que probablemente fallaron las baterías, cortocircuitando el sistema y provocando la detención del sistema, sin embargo en 2002 el deterioro de los circuitos (no olvidemos que la agresiva atmósfera espacial provoca alteraciones constantemente) permitió activarse en circuito abierto gracias a dichos paneles. En este caso fue bastante sencillo de establecer, pues emitía una señal de telemetría muy familiar de los antiguos satélites OSCAR que contenía un característico HI HI seguido de una serie de números en grupos de tres, que facilitó a la frecuencia de sintonización identificar con facilidad este viejo satélite. Desde este enlace de AMSAT del décimo aniversario de la vuelta a la vida del Oscar 7 en Reino Unido podéis ver el correo original enviado por Pat a su boletín https://amsat-uk.org/2012/06/21/10th-anniversary-of-oscar-7s-return-to-life/ así como una interesantísima colección de fotografías de Dick Daniels W4PUJ tomadas durante la construcción, pruebas y lanzamiento del OSCAR 7 donde se ven algunas espectaculares instantáneas de las duras y rigurosas comprobaciones a las que estas máquinas son sometidas antes de ser enviadas al espacio. Este satélite fue enviado al espacio casi una década después, aunque no deja de ser también sorprendente lo sucedido y no olvidemos que probablemente con unos medios inferiores, en una época donde ya se implementaban los circuitos integrados que aumentan el riesgo de fallo, pues la miniaturización pese a toda la protección posible aumenta la complejidad y la probabilidad de errores a medida esta se reduce. Entre los aficionados a la carrera espacial es conocido otro viejo amigo, el Satélite Transit 5B-5 (OPS 6582), desarrollado entre el DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa) y el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins probablemente el satélite más antiguo que continúa retransmitiendo junto al LES1 fue lanzado en 1968, es decir con una tecnología que no dista mucho entre sí, aunque habría que remarcar que en aquellos años la carrera espacial era realmente frenética por las razones políticas y estratégicas asociadas a la guerra fría y la revolución tecnológica que se vivía, así que tres años era una autentica eternidad donde se avanzaba a marchas forzadas y se obtenían grandes lecciones de cada error, analizados sistemáticamente para seguir avanzando. Representación de la red de satélites Transit (NAVSAT o NNSS)
Transit 5B-5 formó parte de un temprano sistema operacional de navegación por satélite usado por la Marina de los Estados Unidos conocido como NAVSAT o NNSS (Navy Navigation Satellite System o Sistema de Navegación por Satélite de la Marina) es decir lo que actualmente conocemos como sistema GPS, este sistema fue usado inicialmente para proporcionar información precisa de localización a los misiles balísticos Polaris con los que iban armados sus submarinos. Montaba un prototipo nuclear para suplirse de energía al igual que paneles solares con los que se cree que todavía alimenta al equipo que todavía sigue transmitiendo una señal de telemetría alrededor de los 136.650 MHz casi 50 años después (otro ejemplo claro de la longevidad de estas antiguas placas solares) Este sería un buen ejemplo de la capacidad de diseñar esos tempranos paneles solares, capaces de resistir las inclemencias, aunque sea ofreciendo unos rendimientos muy bajos frente a las prestaciones iniciales, pues el deterioro que sufren al estar directamente expuestos al exterior es muy superior al de la mayoría de los circuitos, principalmente protegidos por la estructura y armazón del satélite, siempre y cuando tengan la suerte de no recibir un impacto directo de cualquier elemento que viaja a altísimas velocidades por el espacio con el suficiente tamaño como para causar daños irreversibles, recordad lo comentado sobre las altísimas velocidades a las que se desplazan los objetos y las partículas en el espacio. No olvidemos por supuesto la basura espacial y la densidad del tráfico ahí arriba, un auténtico problema que empeora día a día con los nuevos lanzamientos y los equipos que quedan inoperativos. Personalmente y pese a todo, la capacidad de poder seguir suministrando energía de algunos de estos paneles en la LES1 es una de las cosas que más me sorprende. Aunque el efecto fotovoltaico es conocido desde 1839 gracias al físico francés Alexandre-Edmond Becquerel, la primera célula solar no se construyó hasta 1883 por parte de Charles Fritts, que la fabricó recubriendo una muestra de selenio semiconductor con un pan de oro para formar la conexión (este dispositivo ofrecía tan solo una eficiencia del 1 %) aún hubo que esperar hasta 1946 para que Russell Ohl patentara la primera célula solar moderna, hasta que pocos años después en 1954 y por causas accidentales descubrieron en los Laboratorios Bell que los semiconductores de silicio dopado con ciertas impurezas, eran muy sensibles a la luz, llevando a la producción de un panel con un rendimiento aproximado del 6%. En marzo de 1958 el satélite norteamericano Vanguard 1 fue la primera nave espacial que usó paneles solares. Este fue un avance importantísimo y alentó la investigación para su mejora, pero tuvimos que esperar ya a 1970 para que el equipo de Zhorés Alfiórov en la antigua URSS desarrollara la primera célula solar con heteroestructura de arseniuro de galio (GaAs) altamente eficiente. Posteriormente en los años 80 la producción de equipos de deposición química de metales por vapores orgánicos o MOCVD (Metal Organic Chemical Vapor Deposition), permitió alcanzar una eficiencia AM0 (Air Mass Zero) del 17 % a partir de uniones simples de GaAs, hasta que de nuevo en 1989 y de manera otra vez accidental, como consecuencia de un cambio del GaAs sobre los sustratos de GaAs a GaAs sobre sustratos de germanio (si vale, es un poco lioso y parece un juego de palabras) se consiguieron nuevos avances sustanciales, en una carrera que no ha cesado, actualmente cualquier placa comercial que veamos en un tejado supera una eficiencia del 28-30% muy lejos probablemente del rendimiento de estas placas de 1965 expuestas a un deterioro constante, (no olvidemos lo que expliqué en la primera parte sobre la pérdida de eficiencia de un 50% en tan solo 10 años). Además la efectividad de una placa solar depende del tamaño de sus cristales (con excepción de los paneles amorfos donde el silicio no ha cristalizado), de su peso, grosor y el grado de supervisión para mejorar la calidad en el proceso de producción, es decir su coste, obviamente se debió emplear la máxima calidad y con los valores más altos para maximizar el rendimiento además de incluir las medidas de protección más adecuadas conocidas para impedir el deterioro, pero los valores de partida para transformar la luz solar en energía en aquella época eran muy bajos, así que se debió hacer un trabajo excepcional en cuestiones de eficiencia energética en los componentes electrónicos que permitiera que a día de hoy con un aporte mínimo por parte de esos paneles solares se pueda seguir emitiendo esa señal de telemetría, en el espacio la eficiencia energética también es un factor clave, los recursos son muy limitados y a mediados de los años 60 la investigación en eficiencia energética de los componentes electrónicos estaba a años luz de la actual. Tengo que confesar que tras admitir el hecho irrefutable de que el LES1 sigue ahí arriba pataleando me obliga a un duro camino de lógica inversa para comprender la gran efectividad de su diseño y los componentes empleados que ya he comenzado pero aún tardaré en responder, debo empezar un nuevo viaje para vencer a mis propios argumentos con humildad y que espero poder analizar en detalle más adelante pero al revés de mis intenciones iniciales. Una agradable sorpresa final Todas mis dudas y las del equipo que me había ayudado quedaron resueltas, aunque evidentemente ahora me fascinaba averiguar cómo era posible diseñar una máquina con la capacidad para aguantar tantos años en funcionamiento, aunque fuera en condiciones tan precarias y durante tanto tiempo. Los medios de comunicación tienden demasiado a menudo a simplificar o realizar apreciaciones demasiado aventuradas, con el fin de obtener rápidamente un lector ávido de titulares impactantes y lecturas escuetas, pero el largo camino recorrido por la vida del LES1 y el buen hacer de Phil me hizo comprender que a veces debemos exigir mucha más información, seria y rigurosa a su vez que comprensible y amena a dichos medios, también a nosotros mismos a la hora de analizar y corroborar la información que leemos para evitar caer en la confusión, como fue mi propio caso. Aunque a veces ser así de sensible y crítico en la vida tiene sus satisfacciones, pues este veterano ingeniero junto a sus comentarios aclaratorios nos envió unas increíbles fotos de su colección personal de la fabricación del LES1 guardadas en un sobre durante 50 años, donde podemos ver tanto a MacLellan como a otros excepcionales ingenieros trabajando en este fascinante proyecto de comienzos de la carrera espacial, auténticas joyas históricas que capturaron algunos instantes de uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado el ser humano y que ahora todos podemos disfrutar. Así pues quiero dedicar y de manera muy especial, esta serie de artículos a ese increíble ingeniero que es Donald MacLellan tanto por su tiempo como por las fantásticas imágenes que nos ha enviado, al igual que a ese especial y singular genio de las ondas que sin duda es Phil Williams. Por cierto… será mejor ir avisando a los chicos que se quedaron en la montaña que vayan ya desmontando y guardándolo todo… aunque ahora comienza abril y empieza el calorcito… ¿Igual podíamos dejarlos allí un poco más a ver qué pasa?. Sí, ya lo sé, soy muy malo. Mi agradecimiento a Steve Thomas M1ACB y a la RSGB por ponerme en contacto con Phil, a Cristobal Martín (URE) y a todos los radioaficionados que me ayudaron, a todos las profesionales que molestamos en la Oficina de comunicaciones del MIT y el Lincoln Laboratory por su infinita paciencia para ayudarme a localizar a Donald, a Manuel Castelló, el director de esta página, al que más de una noche le arruiné sus planes, sus horas de sueño y lo tuve delante de una pantalla, a Mathias Bopp, a Nacho (Xtrem3) y sus cosas que flotan y a todos esos amigos con los que discuto y meneo, verdaderos artífices de que todo esto comenzara con su pasión desmesurada por saber más. Selección Laureada por los Redactores ¿Te gusta escribir? Francisco S.M. (Serra Calderona) - Valencia La apasionante aventura de mantener “con vida” un satélite 1ª Parte: Los principios fundamentales para entender un poco de que va esto… La apasionante aventura de mantener “con vida” un satélite, 2da parte. Temas relacionados: Astronomía, Divulgación científica, Historia de la Tecnología, ¿Te gusta escribir? Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
12 Comentarios
Raiden
4/4/2017 22:37:26
Aplausos...y enhorabuena por no desistir hasta esclarecerlo. ¡Menuda historia!
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SerraCalderona
8/4/2017 12:03:01
Gracias a todos vosotros amantes del conocimiento... con gente así vale la pena!
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Alex
5/4/2017 13:26:07
Un serie de tres artículos excepcionales. He disfrutado mucho con las tremendamente detalladas, y amenas, descripciones técnicas. Muchas gracias!
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SerraCalderona
8/4/2017 12:08:33
Gracias y mil Gracias! No sabes como me alegro que haya gente que disfrute del saber, la ciencia y la divulgación sin sensacionalismos. Saludos
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Kasmangou (admin)
5/4/2017 21:07:56
En nombre de la revista y de Francisco os agradecemos vuestro apoyo.
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Bluhell
6/4/2017 19:16:24
Francisco eres mi ídolo,hay que tener dos pares para hacer algo así,una pasada el artículo.
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SerraCalderona
8/4/2017 11:56:34
"Dos pares"... uno de pies y otro manos, efectivamente... no es para tanto, lo tienen aproximadamente mas de 6000 millones de personas... nada en especial... de verdad ;-)
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Carlos
7/4/2017 08:00:32
Enhorabuena por tu determinación. Espero que tu tiempo y trabajo dedicado te sean compensados con nuestra gratitud.
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SerraCalderona
8/4/2017 11:16:14
Muchas Gracias! Ha quedado compensado de sobra. Solo quería hacer un trabajo como los que me gustaría leer a mí y supongo que a mucha gente más.
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Volsetes
8/4/2017 02:09:55
Impresionante artículo, congratulaciones...
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SerraCalderona
8/4/2017 11:51:10
Hola! Actualmente tan solo emite una señal "temblorosa" a causa de las fluctuaciones de la energía y el deterioro, procedente de su transmisor de telemetría (el objeto inicial de está señal es ofrecer información sobre la posición y desplazamiento de un objeto) pero desafortunadamente es imposible "interactuar" de ninguna manera como tu preguntas. Para ello se necesitaría, para empezar, un transpondedor operativo al que poder "subir" tu señal para poder "reenviarla", algo aparentemente imposible, en su actual estado. Digamos que sólo funcionan ciertos componentes y "a ratos". Con la información adecuada de su posición, la tuya y el equipo adecuado (como pone en el artículo) puedes tan solo "escuchar". En la página PEØSAT o la de Matthias Bopp podrás encontrar a gente que lo ha conseguido (puede que pronto tengas noticias mías al respecto...). Espero que te haya sido de utilidad mi aclaración.
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Volsetes
8/4/2017 16:06:38
Vale, me faltaba leerme las dos primeras partes... fallo mío.
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