El precio de las revistas científicas es cada vez más caro y en Europa el consorcio cOAlitionS piensa que es el momento de romper uno de los obstáculos que dificulta la producción del conocimiento, proponiendo un cambio radical en la forma de hacer ciencia y difundir sus resultados.
A comienzos de septiembre del año pasado se hacía pública la tarea de trece agencias europeas de financiación unidas en el consorcio cOAlitionS. En el comunicado informaban de la realización de un nuevo plan para la ciencia “en abierto”, el PlanS, donde se describían sus diez principios.
Según este plan a partir de enero de 2020 los resultados de los proyectos financiados por las agencias que conforman cOAlitionS deberán publicarse de forma inmediata en plataformas de acceso abierto. Esta propuesta, estimulada por Robert-Jan Smits exdirector general de Investigación e Innovación de la Comisión Europea, donde participa el Consejo Europeo de Investigación (ERC) y ScienceEurope viene de la insatisfacción con el mercado editorial científico actual. El consorcio publicó el pasado 27 de noviembre su Guía de Implementación y partir de ese momento se abrió un periodo de consulta pública para recoger opiniones y quejas de los agentes implicados en hacerlo posible que terminará en unos pocos días: el 1 de febrero. Investigación pública, conocimiento privado Este movimiento es el resultado de un análisis incómodo que viene provocado una larga polémica, pues el trabajo de los científicos, que son financiados con fondos públicos, luego se envía a empresas privadas que los revisan y publican, haciendo los contenidos cerrados. Y aquí está la injusta paradoja: para acceder a ese conocimiento generado por sus científicos con capital público, los Estados tienen que recomprarlo a esas revistas. Así que ante lo que muchas agencias europeas consideran un atropello, trece de ellas se han comprometido a que los resultados de las investigaciones que financian se publiquen en abierto de forma inmediata. El PlanS supone un compromiso concreto y ya materializado negro sobre blanco quince años después de la Declaración de Berlín sobre el libre acceso a la literatura científica, pero las críticas no han sido pocas, incluso dentro de los modelos de “Open” ya que parece dar más peso a las revistas de acceso abierto que a los repositorios institucionales, cuando algunos países como España han invertido bastante en ellos. Aquí por ejemplo, tenemos la herramienta Recolecta, una especie de buscador de los repositorios nacionales, un sistema útil en el que incluso nos hemos adelantado a algunos países de nuestro entorno cercano.
Nos encontramos pues, ante una Europa que lleva años intentando impulsar el acceso abierto a los resultados que financia a través de los Programas Marco para la Investigación y la Innovación, pero hasta el momento poco parece haber cambiado y eso que por ejemplo en España, todas las convocatorias del Plan Estatal de I+D incluyen la obligación de publicar en open access y gran parte se direcciona al repositorio nacional, Recolecta.
Hecha la ley, hecha la trampa Por supuesto nada iba a resultar tan sencillo y la redacción de la Ley Española (como la de otros estados) permite omitir ese precepto de una manera sencilla ya que el último artículo de dicha Ley de la Ciencia indica que no se tendrá en cuenta, si el investigador llegará a otro acuerdo con una editorial, prevaleciendo dicho pacto, así que realmente todo queda en papel mojado y los fondos públicos de una investigación no garantizan para nada unos resultados abiertos. ¿En qué consiste el concepto de “ciencia abierta”? Pese a la polémica con el negocio editorial es algo que va más allá del acceso abierto a las publicaciones y los datos procedentes de las investigaciones, pues propone un cambio radical en la forma de investigar y ofrecer los resultados al público, que exige un gran desarrollo tecnológico y la necesidad de un cambio social que permita la apertura y la colaboración, con el objetivo de promover una ciencia más accesible, eficiente y honesta, dotada de más transparencia. Es el camino que parece lógico en esta nueva sociedad digital, pero no es nada fácil de implementar, más bien se le antoja a muchos científicos una misión imposible. La proposición de una ciencia en abierto comprende todo el ciclo de producción del conocimiento científico, desde la concepción del proyecto de investigación, la toma de datos y su procesamiento, las conclusiones, su publicación y distribución, así como la evaluación o la reutilización de los resultados. Por tanto es ofrecer una práctica honesta de la ciencia en sus distintas dimensiones. La vía dorada y la vía verde Actualmente existen dos modelos que ofrecen cambiar el mercado de la información científica hacia la Open Science: la vía dorada y la vía verde. La vía dorada, consiste en que el autor pague a la revista de Open Acces con el fin de que todos los lectores tengan acceso automático a su artículo, sin necesidad de gasto y trámite alguno. Para poder llevar a cambio esta vía haría falta una regulación de los precios por publicación a escala mundial, puesto que el sistema debería ser global, además de existir otras opciones y mecanismos para legitimar la publicación en abierto dentro de los repositorios acceso abierto dado el gran esfuerzo invertido en ellos. La vía verde, por otro lado propone que la versión final del artículo se publique en una revista, pero tras un período de embargo, el autor deberá llevar su obra a un repositorio de acceso abierto, sin gasto alguno para él.
Sobre el modelo a seguir existen ya algunos países que cuentan con estrategias globales sobre Open Science, tal es el caso de los Finlandia o Países Bajos. También existen otras naciones que se han aproximado a la cuestión con diferentes políticas. Así que muchos de los países de la Unión Europea ya cuentan o están debatiendo políticas nacionales sobre el acceso abierto a la investigación.
Sin embargo la cuestión de los datos de investigación es más compleja y difícil de resolver y las soluciones se presentan más dispares, haciendo que la implementación del Open Science varíe mucho de unos países a otros. FAIR Los principios del concepto Open Science están regidos por el acrónimo FAIR, (Findables, Accessible, Interoperable y Reusable) el cual propone que todas las publicaciones y los datos de investigación estén disponibles siguiendo los principios que describe, en resumen: “abierto por defecto”, pero involucrando a los propios ciudadanos en la investigación, la educación en abierto y nuevas metodologías colaborativas, lo cual cambia y revoluciona de arriba abajo toda la visión social de la cuestión. Semejante propuesta haría ineludiblemente necesario crear nuevas y avanzadas infraestructuras digitales respaldadas por un nuevo código ético de integridad científica o la creación de todo un nuevo sistema de medidas, ponderación y evaluación de los resultados de las publicaciones o su impacto que permitiera reemplazar el actual sistema de incentivos, algo que en estos momentos resulta complejo y polémico. Con este objetivo está trabajando OSPP, una plataforma europea que está trabajando en los problemas reales y compromisos que supondría la implementación este cambio de paradigma en la investigación. Hasta el momento las recomendaciones realizadas pueden resultar útiles pero no es suficiente si no son vinculantes ya que los Estados deben aplicar las recomendaciones a nivel de sus competencias para que estas sean efectivas y basta con las reticencias de unos pocos para tambalear todos los planteamientos.
Políticas Europeas
En la Unión Europea, la política de investigación e innovación, se reparte la competencia entre los Estados miembros y la propia Institución y sin consenso nada de todo esto es posible. Pero el mayor problema para la open science es el sistema tradicional de incentivos basado en el factor de impacto de las revistas, donde las más relevantes ofrecen los trabajos de investigación tras barreras de pago y diversos modelos de suscripción que resultan muy lucrativos para las principales editoriales, pero que conducen a pagar con fondos públicos en muchos casos por el acceso a la información o la publicación produciendo una severa contradicción que cuestiona el empleo de capital público en muchos casos de esta irracional pescadilla que se muerde la cola. Esto lleva a una contradicción al investigador: por un lado, la predilección del mismo respecto a sus deseos en coherencia con las herramientas de producción, su compromiso con la sociedad y la moderna comunicación digital de la ciencia frente a lo que se tiene que ver obligado a realizar para promocionar su carrera investigadora. Agencias de Evaluación, el problema pendiente Para empeorar el problema, las agencias de evaluación no están implicadas en el proceso. Cuando se ofrece dinero para un proyecto se piden unos requisitos a cambio, pero cuando se evalúa el mérito investigador, no se considera con imparcialidad, lo cual ha sido uno de los problemas más hirientes. Al respecto, hasta hace poco la Comisión Europea no había comenzado a ejercitar su capacidad punitiva, pero desde hace siete años que se estableció la obligatoriedad, están empezando a mandar notificaciones a los investigadores para que cumplan el criterio pudiendo perder la financiación en caso de incumplimiento. Falta de información y apoyo institucional para publicar en abierto Pese a los aparentes esfuerzos de muchos estados por promover la ciencia en abierto los científicos se topan a veces con la falta de información clara sobre el mejor camino para publicar en esta modalidad, lo cual empeora, si sumamos la falta de apoyo institucional y financiero o el sistema de incentivos, pues hay que tener en cuenta la necesidad de promoción y desarrollo profesional que necesitan los científicos, la cual sospechan puede verse mermada con publicaciones en abierto que no les ofrezcan las contraprestaciones necesarias para poder seguir avanzando. Es así necesario un apoyo claro tanto en información, como medios para producir el cambio cultural global por parte de los investigadores, las instituciones y los organismos de financiación, a favor de la ciencia abierta para que se pueda llevar a cabo. El resultado es por tanto todavía incierto y la propuesta ha recibido críticas de algunas disciplinas y asociaciones científicas europeas desde que se publicara su Guía de Implementación. Ahora se analizarán las propuestas para su mejora y adopción tras el periodo de consulta pública que terminará en unos pocos días. De momento el PlanS implica a un pequeño número de agencias de financiación entre las que España no está presente y este cambio de modelo difícilmente será posible si no existe un volumen suficientemente alto de entidades como para cambiar el actual modelo de negocio de las grandes editoriales académicas basado en el pago por publicar, así que este cambió dependerá de la acogida final de las medidas y el número de entidades dispuestas a sumarse. El tiempo nos dirá si el cambio se produce. Te puede interesar:
Autor: Mani G. (ManiPinkless)
Temas relacionados: ManiPinkless, Investigación Y Ciencia , Divulgación científica, Economía Social Reconocimientos y más información sobre la obra gráfica ADVERTENCIA: En este foro, no se admitirán por ninguna razón el lenguaje soez y las descalificaciones de ningún tipo. Se valorará ante todo la buena educación y el rigor sobre el tema a tratar, así que nos enorgullece reconocer que rechazaremos cualquier comentario fuera de lugar.
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