MODA Y SUPERVIVENCIA |
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No es la primera vez que advertimos en NeCLO sobre los peligros de tomar el sol, pero ahora nuevos estudios añaden evidencias claras acerca del desconocimiento sobre el exceso de exposición al que nos sometemos empleando incorrectamente la protección solar.
Un trabajo publicado a finales de junio en la revista Acta Dermato-Venereology, evalúa de manera minuciosa el daño en el ADN de la piel después de reducir el espesor de la aplicación de protección solar por debajo de 2 mg/cm2, que es la cantidad de crema necesaria para lograr la clasificación de FPS (factor de protección solar).
La radiación solar ultravioleta es la causa del cáncer de piel derivado de los melanocitos epidérmicos (melanoma), los queratinocitos (carcinoma de células basales y carcinoma de células escamosas. La incidencia de cáncer de piel está aumentando en muchos países con predominantemente piel clara en sus poblaciones. La epidemiología ya ha demostrado sobradamente una relación entre las quemaduras solares (eritemas) y los melanomas malignos, especialmente esto se vuelve grave en el tramo infantil. También tenemos las evidencias de tal relación para los carcinomas de células basales y la epidemiología para el cáncer de células escamosas respalda un papel claro en la exposición incluso a dosis bajas . Sin duda alguna el cáncer de piel se está transformando en una pesada carga para la salud pública en muchos países. La mayoría de los cánceres de piel, como acabamos de comentar son causados por el daño en el ADN por la radiación ultravioleta de la luz solar. El estudio realizado por Investigadores del King's College de Londres muestra que un protector solar con un factor de protección muy alto puede inhibir el daño del ADN en la piel causado por altas dosis de luz solar, incluso cuando el protector solar se usa incluso por debajo del nivel óptima. El problema es que precisamente esto ocurre casi siempre y sabemos que los datos sugieren que es más que probable que el uso de protección solar reduzca el cáncer de piel, por lo que según los investigadores debería haber más énfasis en comunicar cómo se usan correctamente los protectores solares con campañas de salud pública.
Espectro de emisión de la fuente de radiación solar simulada (SSR) empleada en el estudio en comparación con el espectro de solsticio de verano solar simulado de mediodía en Tenerife. Los componentes UVB / UVA de los espectros son 10.7 / 89.3% (SSR) y 6.2 / 93.8% (Tenerife), que corresponden respectivamente a 86.8 / 13.2% y 84.8 / 15.2% de la energía eritemamente efectiva. ActaDV
Los investigadores analizaron cuánta protección se obtiene realmente al usar crema solar, ya se sabía desde mucho tiempo que no se obtenía el beneficio completo al aplicar una capa más fina de lo que recomiendan los fabricantes de protectores, pero esta investigación a puesto de relieve las nefastas consecuencias del uso incorrecto. Las pruebas mostraron que un FPS de 50, un factor realmente elevado, para lo que habitualmente emplea la gente, aplicado de una manera típica, como se hace normalmente, ofrecería al usuario en el mejor de los casos tan solo el 40% de la protección esperada. Los resultados llevaron a Antony R. Young, Jessica Greenaway y al resto de colaboradores a sugerir el uso de un factor de protección más alto de lo que las personas consideran necesario habitualmente para garantizar su seguridad. Para Young, no cabe duda que los protectores solares ofrecen una protección esencial contra el cáncer que causan los rayos ultravioleta del sol cuando nos exponemos, pero el estudio cuestiona seriamente la forma en que se aplica la crema solar para determinar su efectividad. Para llegar a estas conclusiones había que considerar que era una “dosis de aplicación habitual” además de simular otros parámetros necesarios, así que los participantes recibieron varias dosis de radiación con el fin de replicar las condiciones en distintos lugares, centrándose en latitudes tropicales y subtropicales tales como Tenerife o São Paulo en Brasil durante diferentes épocas del año. Se realizaron dos grupos, concretamente fueron reclutados dieciséis voluntarios jóvenes y sanos del foto tipo I y II, mientras que unos recibieron una única exposición a rayos ultravioletas en áreas tratadas con una capa variable según el individuo (de 0,75 hasta 2 mg/cm2 con un protector solar con un alto factor de protección), otros recibieron exposiciones en cinco días consecutivos con una capa de 2 mg/cm2, tratando de simular una exposición más prolongada como ocurriría cuando nos vamos de vacaciones. Después de realizar las pruebas los resultados revelaron cómo en cinco días de exposición a altas dosis de radiación usando un protector solar a 2 mg/cm2 (es decir la cantidad de protección más alta) causaba un daño en la piel significativamente menor que la exposición con cantidades más bajas de protector durante un solo día.
Resultados del grupo de exposición aguda. Dímeros medios de timina (TT) para (a) de la espectrometría de masas en tándem HPLC (HPLC-MS / MS) expresada como TT / 106 pares de bases normales, (b) epidermis completa, (c) capa basal y (d) melanocitos de la inmunotinción. Los datos para (b), (c) y (d) se expresan como% del control positivo de 4 dosis estándar de eritema (SED) sin protector solar. ActaDV
Tras la exposición se realizaron biopsias (tomaron muestras de las áreas de piel expuestas) mostrando que los participantes expuestos repetidamente tenían daños muy considerables en el ADN de las áreas que no recibieron protección solar, a pesar de que la dosis de radiación era muy baja para las condiciones de exposición, que si las consideramos bien ni se acercaban a las barbaridades que solemos realizar. El daño causado frente a las zonas con protección resulto mucho mayor de lo esperado donde se redujo en las zonas donde se aplicó protector solar a un espesor de 0,75 mg/cm2 y de una manera muchísimo mayor cuando se aplicó una capa de 2 mg/cm2, incluso con cuando los participantes recibieron dosis de radiación mucho más altas. Si las cremas realizan su función casi perfectamente ¿Dónde está el problema? Para empezar decimos: casi, pues tenemos que recordar que el daño siempre está presente y a periodos más prolongados, más probabilidad de daños irreparables, pero para los investigadores, el verdadero problema sucede debido a que la mayoría de las personas no usa los protectores solares de la misma manera a como son probados por los fabricantes, ni mucho menos, así que una de dos: los empleamos en las cantidades adecuadas aconsejables, muy superiores a las que utilizamos habitualmente o que se emplee un factor de protección solar (FPS) más alto de lo que se considera necesario para bloquear los rayos solares. La investigación deja claro algo evidente: es muy importante elegir un FPS de 30 o más, además de aplicarlo correctamente y en las cantidades adecuadas, pues aunque en teoría un factor menor como FPS15, en muchos casos debería ser suficiente, lo cierto es que a la práctica resulta completamente insuficiente y necesitamos protección adicional. Tendemos a poner capas extremadamente finas, resulta normal que nos dejemos puntos por cubrir de difícil accesibilidad y prolongar la exposición más allá del tiempo que puede actuar el protector de forma eficaz, si sudamos o nos bañamos estos tiempos disminuyen todavía más.
Para empeorar la situación existe la mala costumbre de emplear protectores caducados de forma habitual y aquí la legislación además es muy laxa, pues las advertencias al respecto se realizan en un formato muy confuso que induce al error de muchas personas que tienen la creencia infundada que los productos de protección solar no tienen fecha de caducidad ni se degradan.
Habitualmente las empresas solo ponen en los embases el dibujo en un tamaño muy pequeño de la silueta de un embase con una cifra indicando los meses que mantiene su efectividad desde que es abierto y poco más. Si comprobamos concienzudamente la caducidad de los alimentos que tomamos, los medicamentos o hasta las propias ruedas de nuestros coches. ¿Por qué no la de los productos que nos pueden proteger de un cáncer de piel? Pero si esto fuera poco, muchas personas confían exclusivamente en el uso de los protectores, lo cual es una medida completamente insuficiente contra el sol, ya que debemos usar ropa adecuada y mantenernos a la sombra siempre que podamos. Ya es hora de comprender que acabar morenos hasta la exageración por razones estéticas solo lleva a un peligroso daño de nuestra integridad y que no es ni mucho menos un síntoma de salud si no que puede llegar a ser todo lo contrario.
Mani G. Morales (ManiPinkless)
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2 Comentarios
Ricardo Morales
8/5/2020 19:37:03
Excelentes artículos, me gustaría seguirlos
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