TECNOLOGÍA Y CIENCIA |
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En mi primera parte sobre las criptomonedas, reflejé la visión más o menos aceptada por los economistas más conservadores, pero entender el Bitcoin o Ethereun es mucho más complejo, consiste en entender la historia del dinero, del material con el que se construyen los sueños (y que no es precisamente el oro del Alcón Maltés) si no la confianza.
Sencillamente te voy a explicar algo muy simple que posiblemente te revolverá el estómago: todo es lo mismo, todo se basa en nuestra necesidad de “confianza” pero si lo comprendes primero que otros y entiendes los mecanismos de funcionamiento que han llevado a las criptomonedas a hacerse un hueco en la economía, es probable que tengas alguna oportunidad de no pagar tú la “fiesta” y comprender el apasionante momento único en la historia de la humanidad que ahora estás viviendo con las criptomonedas, tanto si prosperan como si no.
Así que a no ser que vivamos en algún lugar perdido de la selva amazónica o una isla desierta y no queramos saber nada de la sociedad, todos tenemos unas necesidades comunes, (excepto una): comida, agua, medicinas, un lugar donde refugiarnos y cuidados sanitarios cuando caemos enfermos o heridos y por supuesto la excepción: dinero, para muchos, cuanto más mejor. Casi todas las transacciones en este planeta se realizan intercambiando dinero por bienes y servicios, el combustible del vehículo con el que nos movemos, una hamburguesa o hasta la marihuana que nos ofrezca el traficante de turno al pasar por nuestro bar favorito un viernes noche, cualquier cosa que podamos imaginar, todo hay que pagarlo, prácticamente todo tiene un precio, que puedes pagar con dinero, te guste o no. Como consecuencia directa pasamos gran parte de la vida intentando conseguir ese dinero para poder cubrir desde nuestras necesidades básicas hasta hacer realidad nuestros más oscuros deseos. Podríamos decir por tanto que el dinero es también un elemento de maldad y perversión, podría considerarse así ya que incita en muchas ocasiones a mentir, robar o incluso matar. Supongo que, si pensasteis que mi primera aproximación al Bitcoin era una exaltación al dinero tradicional, pues ya veis, craso error. Sencillamente todo es más complejo de lo que imaginamos a simple vista, el concepto en sí del dinero o sus recientes versiones digitales no tiene nada de bueno o de malo per se, el problema llega con la naturaleza de quien lo emplea, sus deseos y objetivos.
¿En serio dijiste eso Henry? Porque más bien parece un meme para las redes sociales. flickr
Tan solo debemos comprender esto con una visión histórica y quizás nos resulte más sencillo entender el origen y posible futuro de las criptomonedas. ¿Conocemos la verdadera naturaleza del sistema bancario? Desde hace miles de años, el dinero ha operado como inductor de las mejores y las peores causas humanas, ha resultado el combustible para las guerras y un perfecto camino hacia el poder. Considerado a partes iguales elemento clave del progreso y a su vez enemigo de la innovación, el dinero es un elemento integral de toda la sociedad. Pero extrañamente, en una economía global, su verdadera naturaleza sigue constituyendo un misterio para casi todo el mundo y probablemente si piensas que lo entiendes, la probabilidad de equivocarte es muy alta, su complejidad es tremenda. Así que vamos a contar la historia del dinero, porque ha evolucionado hacia modelos alternativos “digitales” y quizás hacia su final tal y como lo conocemos, pero desde una perspectiva diferente a como lo entiendes, tanto si te gusta tal como es, quieres acabar con él, destruirlo y volver a la edad de piedra o transformarlo únicamente en valores digitales, confiar en Internet en vez de en tu odiado banco. Aunque creo es un término un poco inexacto a mi entender, dadas sus posibilidades, lo podemos llamar Criptomonedas o Bitcoin para empezar, pues está en el origen de todo, aunque inventado casi en secreto, se ofrecía como un bonito regalo a una sociedad oprimida: No era solo una moneda, era un nuevo dinero programable, una potencial condena a muerte para los tan traídos y odiados banqueros, ni ellos, ni los políticos nadie, podía hacer nada para detenerlo. ¡Qué bonito suena cuando te lo cuentan! Se nos vendía como algo capaz de hacer temblar las reservas de divisas de los gobiernos, representaba para el dinero lo mismo que significó Internet para la información. Realmente hay que tener mucha imaginación para inferir cuál es la importancia real del Bitcoin y a día de hoy los reguladores y el sistema bancario son conscientes de que es algo que deben tomarse en serio. Nadie lo niega ya. Pero comprender realmente que es y significa no se puede explicar con cuatro eslóganes “revolucionarios” si quieres saber realmente de que estamos hablando. ¿Pueden las criptomonedas cambiar la cultura económica? El Bitcoin y otras criptomonedas podrían ser un milagro económico, pero también podría ser un veneno para la macroeconómica. ¿Es por tanto la semilla de una catástrofe financiera? ¿Un regalo para los delincuentes? …o tan solo la moneda del futuro en una transición natural causada por el avance tecnológico. A mi entender nada de eso, es algo más complejo en fase de transición. Pero ya llegaremos más tarde a eso, ahora no es tan relevante si no entiendes que nos impulsa a vivir según dicta el dinero, sea este como sea.
Albañiles trabajando. Decoración del hipogeo de Trebius Justus en la Via Latina (Roma). Siglo IV Artehistoria
Bueno, si confías en tu dinero tal y como es ahora, existe una historia bastante difundida que te ejemplifica muy bien el asunto, digamos, un bonito cuento con moraleja que te contaran en muchas partes para empezar, sobre todo quien te quiere vender una criptomoneda, así que como yo no voy a ser menos y te lo voy a intentar contar tan fielmente como pueda, aunque supongo que te lo conoces de sobra, así que procuraré ser muy rápido: “Erase una vez una vez un mundo que era una gran y continua fiesta, espectacular y divertida, en la que todos los invitados se concentraban alrededor de un gran banquete repleto de manjares, vino y licores, donde parecía que todos estaban completamente borrachos. Los políticos, los dirigentes (y ¡cuidado! muchos de sus ciudadanos) creían que la fortaleza de la economía se basaba en sus sabias decisiones. Así que los negocios, las empresas y los inversores entraban en nuevos y lucrativos mercados ignorando el riesgo, de hecho, los expertos decían que no había ningún riesgo (es lo que tiene un buen vino, nos hace olvidar la realidad). Pero un día los problemas económicos de algunos pequeños países asustaron a los mercados financieros, ebrios ellos, rápidamente se extendieron los rumores, las malas noticias hicieron bajar el precio de las casas compradas rociadas en licor, del cual todos bebían compradores y vendedores repletos de etílica felicidad. En unos días, la mesa se cayó al suelo, rompiéndose en mil pedazos todas las botellas: un gran banco se declaró insolvente, así que ahorradores, inversores y empresarios se acercaron a sus bancos, aún con una tremenda resaca, sin entender muy bien lo que estaba sucediendo, pero completamente aterrorizados, exigiendo la devolución de sus depósitos. Las mayores instituciones financieras entraron en shock por el desastre, los activos fueron incautados, los bancos cerraron y la reducción del crédito amenazaba la economía. Finalmente, el gobierno, ya con unos cuantos días de abstinencia y dolor de cabeza tomó cartas en el asunto y puso en marcha el mayor rescate bancario de la historia, el gobierno actuó con rapidez y contuvo el desastre. - ¿Te acuerdas de todo eso? ¿A que sí? ¡Pues No! Lo veo un poco difícil a no ser que seas un vampiro o algo similar, porque pasó hace 2000 años. Sucedió en Roma, en el año 33 D.C allí se localizó el epicentro, la zona cero de la primera crisis de liquidez y del primer rescate bancario de la historia, un desastre financiero que puso de rodillas al mayor imperio que había conocido el mundo, obligando al emperador Tiberio a echar mano del dinero del tesoro nacional para rescatar a las entidades financieras y empresas con problemas. Resulta sorprendente la facilidad con la que olvidamos como la naturaleza humana transforma en cíclica la historia, donde pese a toda la evolución filosófica, tecnológica y social parece que siempre tropezamos con la misma piedra. El dinero siempre ha estado en el centro de todo, pero ¿Lo inventamos para tener poder?
Ludwig Thiersch
La civilización y el dinero van de la mano, en cierta manera su existencia era inevitable, cuando vivíamos hace millones de años en pequeñas tribus, llevar la cuenta de las deudas era bastante fácil, tu debías unas gallinas a alguien, tu vecino te debía un saco de cereales, las deudas se apuntaban en la cabeza como una contabilidad mental. Tenía sus pequeños inconvenientes, claro, como que el cerebro tendería a cambiar los apuntes siempre a tu favor, aunque eso no era un gran problema en una pequeña aldea con muchos fedatarios, pero si la gente quería comerciar fuera de su tribu o aldea necesitaba algo sobre cuyo valor todo el mundo estuviera de acuerdo, algo que pudiera dividirse y una cosa llevo a la otra, apareciendo el dinero en forma de mercancía. El dinero era en sí un lenguaje que permitía expresar valores transaccionales entre las personas, había de muchos tipos, pero todos tenían en común varias características: Era relativamente escaso, pero fácilmente reconocible, podía dividirse en piezas más pequeñas o sustituir una pieza por otra de igual valor, así como transportarlo sin demasiadas molestias. Así apareció el primer dinero mercancía: el más conocido, por supuesto, la sal en la antigua Roma, aunque existieron muchos otros como los dientes de ballena en Fiji, granos de cacao en la sociedad azteca, conchas, pepitas de metal, marfil, piedras raras, etc., si cumplía las características mencionadas era susceptible de ser usado. Pero ¿En qué valor real se cimentaban esas monedas? Si nos acercamos a una escuela y observamos a unos niños pequeños en el recreo, les veremos cambiándose cromos de fútbol, canicas, pequeños juguetes o cualquier otra forma de moneda que cumpla los requisitos antes mencionados, sencillamente es nuestra naturaleza y una necesidad: La gente crea monedas cuando carece de un medio útil para sus propósitos y ahora ha inventado la moneda digital. Volvamos de nuevo al pasado y a esas primeras monedas en forma de mercancías, estas no eran duraderas, así que no podían almacenarse, el descubrimiento de una nueva mina de sal podía aumentar la oferta rápidamente o el mal tiempo estropear las cosechas de grano de cacao, así que estos factores podían hacer que se tambaleara nuestra moneda y nuestra economía, por lo que se necesitaba un sistema más estable.
Dinero hindú de plata marcada. Valle del Indo e Imperio Maurya. Siglos V-III a. C. Museo de Prehistoria de Valencia.
Hace unos 2500 años probablemente se acuñaron las primeras monedas de metal en China y en lo que es ahora Turquía. Por supuesto esas monedas compartían las mencionadas características del dinero mercancía, pero aportaban una nueva e importante propiedad: eran muy duraderas. Con el paso del tiempo, el desarrollo de las sociedades y la división del trabajo, la gente se dio cuenta que si uno tenía huevos y otro cabras era obvio que necesitaban algo que a todos les permitiera tanto comprar huevos como cabras pese a la tremenda diferencia de valor objetivo. Así que podemos concluir que el dinero no se origina con los gobiernos sino surge de forma natural, cuando empiezan a desarrollarse los mercados a causa de la necesidad. Así las monedas se convirtieron en una unidad contable y objetiva, permitía que la gente vendiera y comprara cosas en grandes territorios: había nacido la economía de mercado. Las monedas cumplían su objetivo, pero solo si la gente pensaba que el rey o emperador de turno que las ponía en circulación no les engañaban con el contenido de metal precioso. Por otro lado, una de las consecuencias directas de la utilización de monedas significaba que una autoridad controlaba el suministro de moneda, así que el poder político estaba unido y centralizaba el control de ese dinero, es decir de la sociedad que lo empleara.
Pronto en la historia se observó que acuñar moneda de forma regular, con un valor estable en el tiempo favoreció el crecimiento económico y la estabilidad. Por ejemplo, en Constantinopla el Solido Bizantino mantuvo un valor estable durante más de cinco siglos.
¡Que comiencen las trampas! En los albores de la economía las monedas no tenían el canto estriado como ahora, es un detalle importante, pues eran lisas y a medida que las iban pasando de mano en mano, la gente las limaba o recortaba pequeños fragmentos, de hecho, una de las formas de cobrar impuestos por parte de algunos reyes era: ¡recortar la octava parte de la moneda! Con esos impuestos se desarrolló la historia: construyeron infraestructuras, lugares de esparcimiento, acueductos, carreteras o armas y financiación para las campañas militares, necesidades intrínsecas del poder si desea mantenerse en su sitio, pero muy caras y que pronto provocaron que las casas de monedas reales comenzaran a usar metales baratos en vez de plata y oro de calidad para facilitar la financiación y los gastos crecientes de los estados: a esto lo podríamos llamar devaluación, un deporte nacional, que pronto los monarcas europeos tomaron como un hábito, conocedores de las cualidades beneficiosas de este saludable ejercicio para el bienestar de una economía de excesos… Pero sí nadie podía confiar en el contenido de oro o plata de una moneda, ¿Cómo iba a comerciar con otros países? Los comerciantes encontraron varias soluciones, se dieron cuenta que la deuda de una persona tenía un valor y por tanto podía comerciarse con ella o transferirse, si esos pagarés provenían de fuente fiable, entonces podían usarse como una forma de dinero.
El Jiaozi o Jiao Zi fue probablemente el primer papel moneda en aparecer alrededor del siglo XI en la capital de Sichuan, Chengdu, China, durante la Dinastía Song del Norte (960–1127 dC)
Jiao Zi – Las Primeras Monedas de Papel en el Mundo Si comenzamos a preguntar donde apareció la primera moneda papel, encontraremos más de una discrepancia, pero la antigua moneda de papel China llamada Jiao Zi (o también Jiaozi), es un buen comienzo. Apareció a principios de la Dinastía Song del Norte (960-1127). Debido al gran desarrollo en la economía mercantil, el aumento del comercio, y la alta demanda de la moneda, los comerciantes necesitaban evolucionar en su “tecnología” para el comercio.
Primeras monedas fechadas de China en los años 7, 8, 9 y 10 del reinado Chun Xi del Emperador Xiao Zong (1180, 1181, 1182 y 1183 d.C.). La gente en la antigüedad creía en China que el cielo era redondo y la tierra cuadrada, es una de las razones de que la moneda de cobre tiene la forma redonda y un agujero cuadrado en el centro. Además de las monedas de cobre redondas, también hay monedas de cobre en otras formas: en forma de pala y en forma de cuchillo en el Período de primavera y otoño (770 a.C-476 a.C), y la forma de anillo en el Período de los Reinos Combatientes (475 a.C a 221 d.C). Además, los lingotes de plata y lingotes de oro también se encuentran en la antigua China, y el uso de las monedas de plata fue a partir de finales de la dinastía Ming (1368-1644) numisarchives
Esta fue impresa por primera vez en el año 1023, al ponerse de acuerdo 16 mercaderes principales en Chengdu, provincia Sichuan. Esta primera moneda de papel consistía en un pedazo de papel impreso con casas, árboles, hombres y estaban cifradas para su seguimiento y comprobación. Este papel moneda, no estaba basado en mercancías o en metales preciosos sino en la palabra de alguien que prometía pagar lo acordado, en el primer caso citado, un grupo de 16 reputados mercaderes de la provincia de Sichuan o en el caso de Europa, unos siglos más tarde, familias de mercaderes como los Médici en la Florencia del siglo XV actuando como cámaras de compensación para esos pagarés. El tinglado funcionaba así: Un comerciante ingles pedía un cargamento de fino tejido italiano por valor de 50 monedas de oro, su promesa de pagar a los Médici se escribía en un papel. Por otro lado, los Médici debían 50 monedas de oro a otro socio comercial que importaba vino desde la Borgoña francesa, ambas partes no se tenían que preocupar por los gastos de transportar e intercambiar las monedas de oro, lo que se transfería era ese primer papel y la transacción podía llevarse a cabo. Aquello, en un mundo casi sin ley y muchas espadas de por medio, no era un tema baladí, trasportar un liviano trozo de papel era algo mucho más barato, sencillo y seguro en muchos aspectos. Todos estaban de acuerdo en que aquel papel tenía un valor 50 monedas de oro, porque confiaban en la solvencia de los Médici y sabían que como último recurso los monarcas y la justicia de la época podían intervenir y devolver las aguas a su cauce si alguien incumplía su palabra: habían creado una máquina de papel moneda.
Miembros de la familia Médici en un fresco pintado por Benozzo Gozzoli en 1461
Así que en apenas unas pocas generaciones, los Médici pasaron de ser considerados poco menos que delincuentes a las altas finanzas, su enorme riqueza hasta hizo posible en parte el mecenazgo que impulso los artistas del Renacimiento y permitió a la familia alcanzar un inmenso poder político, que les permitió casarse con miembros de las familias reales y ser elegidos incluso Papas, pues los lazos que unían al dinero, con el poder político y las influencias, vinculaban ahora de una nueva manera la iglesia con el estado. Los mercaderes ya habían demostrado que crear papel moneda era un excelente negocio, pero aún resultó más cómodo y rentable cuando artesanos, comerciante u orfebres se fueron dando cuenta del nuevo mecanismo que facilitaba las transacciones comerciales. Pensemos en esto: cuando estos observaban como algunas de las monedas que guardaban para sus clientes acumulaban polvo –literalmente- porque daba la impresión de que sus propietarios no las iban a necesitar en un corto plazo, comenzaron a plantearse seriamente arriesgarse y prestárselas a la comunidad cobrándoles un interés por el préstamo. - ¿Parecía un buen negocio verdad? Y lo fue durante un tiempo, pero comenzaron a darse cuenta de que la gente, dejaba de pedir esas monedas, prefería un papel que dijera que las monedas de oro estaban en el banco, (en poder del orfebre o el mercader). Así este, al caer en la cuenta, acuerdan hacer préstamos con papel mientras que la gente confíe en él, la gente confiará en lo que el orfebre escriba en un papel y así los orfebres y mercaderes, precursores de los banqueros de hoy, adquirieron el poder de imprimir dinero, aunque era un papel moneda privado de mercaderes y bancos que circulaba cada vez en mayores cantidades, rivalizando con las monedas acuñadas por los diferentes reinos o estados. Así que las autoridades empezaron a perder el poder que les confería la capacidad de emitir y controlar el dinero, ya no podían grabar con impuestos o devaluar esa nueva clase de dinero, pero su ambición era más grande que nunca con los crecientes enclaves comerciales, nuevas colonias e imperios que se extendían por todo el mundo y el asunto no iba a quedar ahí. Durante siglos los países europeos se turnaron en construir grandes flotas, ejércitos y declararse la guerra unos a otros para dominar el mundo conocido, con el descubrimiento de América la rivalidad se multiplicó hasta límites inimaginables con constantes alianzas y traiciones que permitieran la expansión del imperio de turno y los gobiernos necesitaban el dinero de la gente para financiar sus guerras, poder expandirse y mejorar su posición económica resultante de los beneficios de tal proceso, esa es en esencia la historia del dinero, una relación simbiótica donde el dinero financia la guerra y la conquista de mayores cuotas de poder que favorezcan a su vez obtener mayor riqueza y control sobre todo, tierra y gente en un infinito ciclo sin final. No digo que sean ni origen, ni consecuencia, el ser humano se lleva matando entre sí desde que todavía colgaba de los árboles, sencillamente era inevitable que se encontraran, el poder, cualquier poder debe mantener las vías de subsistencia y perpetuación, así que el dinero era una herramienta eficaz para tal propósito y nadie la iba a desperdiciar. A más necesidad de dinero, nuevos “productos financieros”
Marca medieval tardía del Banco Médici, utilizada para la autenticación de documentos. Florence, Biblioteca Nazionale Centrale
Muchos historiadores afirman que en el año 1694 se creó el Banco de Inglaterra para financiar la guerra contra Francia, (era el segundo Banco Central creado en la historia, después del Banco de Suecia) de propiedad privada y tenía el monopolio de emitir billetes de banco, papel que podía cambiarse por una cantidad de oro de las reservas del gobierno, así que el banco central no tardó en controlar toda la deuda de la corona. El Banco de Inglaterra, creado seis años después de la Revolución Gloriosa no fue nacionalizado hasta el 1 de marzo de 1946 a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Resulta fácil ver como el dinero ha sido una herramienta de la soberanía durante siglos, la capacidad de emitir moneda proporciona un gran poder y por si fuera poco ese dinero que emites está respaldado por la fuerza del estado, es decir, con la deuda del estado. Un ejemplo muy curioso de la importancia que se otorga a la acuñación de moneda lo vemos en Estados Unidos, tras su sangrienta independencia de Gran Bretaña, ya que leemos en el primer artículo de la constitución como concedía al congreso el derecho exclusivo de acuñar dinero, podían haber puesto muchas cosas en el primer artículo ¿verdad?, pero por alguna razón concedían a esta un valor especial. Pues bien, este valor de su moneda estaba ligado a los metales preciosos de las reservas del gobierno que garantizaba la liquidez del papel emitido. Estabilidad, clave de todo A largo plazo, en todo lo referente a los temas de ahorro y dinero, las personas quieren lo predecible, quieren estabilidad, solo así pueden hacer planes, es muy difícil hacer planes cuando la moneda es frágil e insegura. En el año 1913 los banqueros y políticos de EE.UU. decidieron que por el interés nacional y el suyo propio tenían que crear un Banco Central permanente, así crearon la Reserva Federal Entre sus funciones se encontraba aumentar o contraer el suministro de la única moneda nacional, el dólar, ligado a los metales preciosos, principalmente oro y plata, cuyo control estratégico moneda impediría la formación de burbujas financieras susceptibles de estallar, al menos ese era la idea, pero entonces llego el año 1929 y estalló La gran depresión la cual tendría un efecto profundo en la política monetaria de casi todo el mundo.
Banco de Inglaterra en Lothbury, 1828.Thomas H. Shepherd/ British Library
Pronto la reserva federal había imprimido casi todo el dinero que podía imprimir legalmente para inyectar vida a la economía pero como necesitaba oro para alimentar el fuego, en 1933 el presidente Roosevelt, promulgó una controvertida orden ejecutiva que obligaba a todos los ciudadanos de los EE.UU. a vender todo su oro a la Reserva Federal a un precio fijado o sufrir las consecuencias legales, esta ofrecía también mucho más dinero a los gobiernos extranjeros por su oro, muchos aceptaron la oferta, el flujo del oro hacía esa nación creció y el dólar se extendió por todo el mundo. El tiempo transcurrió, EE.UU. se recuperó y tras Segunda Guerra Mundial, muchas economías quedaron devastadas excepto ellos, así que este gigante industrial y militar emergió como la superpotencia financiera global y el dólar se había convertido en la divisa más estable y fiable del mundo. De hecho, EE.UU. poseía más de la mitad de las reservas de oro del mundo, en las siguientes décadas más dólares fluyeron a países extranjeros, los gobiernos empezaron a devaluar sus monedas e imprimir más dinero que las reservas de oro que tenían, el vínculo entre los metales preciosos y el papel moneda se estaba desquebrajando. No enfades al escorpión En 1966 unas cuantas naciones se habían hartado de que EE.UU. acumulara oro e imprimiera dinero, algunos países al parecer, ya tenían más dinero en dólares que los propios americanos, solo en sus reservas, así que exigieron el oro a cambio de sus dólares de papel, aquello devino en un debate entre el valor del dólar y las divisas extrajeras que en 1971 el presidente Richard Nixon resolvió a la americana: la divisa de EE.UU. ya no dependía del patrón oro.
Richard Milhous Nixon (1913-1994) trigésimo séptimo presidente de los Estados Unidos entre 1969 y 1974, año en que se convirtió en el único presidente en dimitir del cargo. Oliver F. Atkins
Con esta jugada, el mundo económico cambió para siempre, ahora ya nadie podría exigir legalmente a EE.UU. oro a cambio de sus dólares de papel, para bien o para mal ahora el dólar pasaba a sostenerse únicamente en la fe, la fuerza de su economía o su poder hegemónico que recaía en del gobierno de EE.UU., el país más rico del mundo vinculaba su futuro económico a una sola palabra: confianza. Todo se limitaba a uno compleja situación sociopolítica mundial, con una guerra fría de por medio, los países petroleros calentando motores para provocar una crisis y mil factores que llevaron a unos cuantos países, gobiernos e intereses económicos a intentar ganar la partida a una nación por entonces demasiado poderosa y les salió mal, pero que muy mal. Ahora todos los principios esenciales que llevaron a los primeros mercaderes y comerciantes a confiar en un trozo de papel se habían fulminado para siempre. Las crisis se sucedieron, pero la tecnología todavía no estaba al nivel de aportar soluciones, de hecho, incluso contribuyó a acelerar las nuevas crisis globales. Tendríamos que esperar al fin de la primera década del siglo XXI para que algo cambiara. En la tercera entrega, nos metemos ya de pleno en ese cambio, donde ahora que ya comprendes el significado y objeto real del dinero verás que las criptomonedas son el nuevo mecanismo para facilitar una nueva economía digital basada en un planteamiento tan antiguo como la confianza. ¿Podremos ahora confiar en Internet para preservar nuestros ahorros e inversiones? Pulsa aquí y comienza a tener tu propia respuesta Criptomonedas 3ra parte: Pros y Contras esenciales de la deuda actual y el dinero electrónico o Repasa el anterior artículo "Criptomonedas: ¿Por qué adoramos los tulipanes electrónicos" Te puede interesar:
Autor: Salvador Alonso
Temas relacionados: Economía Social, Internet, Política Y Ciencias Sociales, Sociedad. Tecnología.
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